martes, 3 de febrero de 2015

Llamada misteriosa (Un asesino en las calles 92).





92 – Llamada misteriosa.


-          Hola, estoy hablando con José Ramón Carballo?

-          Sí, dígame, quién me llama?

-          Verá soy un antiguo compañero suyo de la academia de policía, mi nombre es Antonio Peña, me recuerda?

-          Pues la verdad es que no me acuerdo, disculpe.

-          Bueno, verá, seguramente me conozca más por el apodo, me llamaban el moños.

-          Hombre, por supuesto, Moños cómo está?

-          Bien Comisario, retirado ya de la policía hace algunos años, me prejubilé.

-          Y eso?

-          Estaba ya harto de todo el mamoneo político.

-          No me extraña.

-          Verá Comisario le llamo porque quería verle, tengo que hablar con usted, podría ir a verle en algún momento?

-          Claro, cuando quiera, ya sabrá que ahora mismo estoy en el hospital, por cierto, cómo me localizó?

-          Verá Comisario es largo de contar, prefiero contárselo cuando nos veamos.

-          Ya.

-          Cuando usted quiera me llama y nos vemos, es importante, pero comprendo que ahora no se encuentre con fuerzas. Le doy mi número de teléfono 722457286, no deje de llamarme.

-          Ok, así lo haré.

-          Cuídese Comisario.


Carballo iba a preguntarle por qué decía aquello pero la comunicación se cortó de manera abrupta.

Carballo se quedó pensativo, de qué se trataría exactamente?, hasta donde él recordaba el moños había sido un poco tarambana desde siempre y se había dedicado principalmente a tareas de confidente en misiones especiales, de qué diablos se trataría?, tendría algo que ver con el presunto intento de envenenamiento que había sufrido Carballo?, sabría algo el moños?

El pensamiento de Carballo acariciaba una serie de ideas contradictorias y poco firmes que le desorientaban aún más.

El moños…, pero cómo había dicho que se llamaba en realidad?, Antonio Peña?, buscó en Google en el móvil y aparecieron muchos, miró en las imágenes, repasó las fotos, no le parecía que pudiera ser ninguno de ellos, pero habían pasado casi 30 años, habría envejecido, difícil reconocerlo, tal vez ya ni tuviera moños y estuviera calvo, cualquiera de los que aparecían podría ser, cualquiera de los que estaban en la cincuentena, de repente algo llamó la atención de Carballo, debajo de la foto de uno de esos Antonio Peña aparecía la palabra Vancouver, miró la foto, si era él ya no tenía casi moños, ahora le recordaba, la sonrisa de conejo, las gafas, el gesto aturdido, la pose distraída, era él, abrió la página y le aparecieron datos de un blog, entró en el blog y pasó revista a las entradas, había de todo un poco, nada destacable, un remix de lugares comunes y fútiles ejercicios literarios, siguió buscando en Google, aparecía otra foto de él junto con alguien más, un grupo de gente, al fondo se veía la imagen de un lago, Carballo abrió la foto, era de Facebook, allí estaba de nuevo, lugar de residencia Vancouver, algo pasaba, estaba claro, ésa era la conexión, parecía que sus sospechas se confirmaban, la conexión Vancouver, eso era, habían intentado envenenarle y de improviso aparecía un antiguo compañero de policía que vivía en Vancouver donde Carballo y Bruttini estuvieron investigando el asesinato de Cony y Brown.

Antonio Peña…, y qué diablos hacía viviendo en Vancouver?, todo era muy misterioso, y cómo había logrado localizarle? Carballo metió la mano debajo de la almohada y volvió a tocar la magnum, allí seguía, estaba tan fría que sintió un escalofrío como si la muerte le cruzara por el cuerpo, convendría estar precavido a partir de ahora, las cosas podían complicarse, pensó en hablar con el moños cuanto antes y saber qué quería comunicarle pero decidió pensárselo un poco más, no precipitarse, a veces las apariencias engañan y lo que es tan directo y claro encubre un engaño, sería realmente el moños o estaría alguien intentando llegar hasta él bajo una falsa identidad para matarle?

Esperar y pensar era lo más prudente, decidió meter el número del móvil en la memoria del teléfono y consultar el wasap, sí, allí estaba la foto, coincidía con las de Google, era la misma persona, pero eso no significaba nada, podía haber pirateado la foto, decidió observar la actividad del wasap del supuesto moños, caramba, echaba humo, continuamente escribiendo y en línea, qué raro…, se preguntó si estaría en Vancouver o en España, a juzgar por la diferencia horaria en aquel momento en Vancouver era de madrugada, tal vez el moños estaba aquí, seguiría observando su wasap…

Carballo se recostó en la cama y se dio media vuelta, metió la mano debajo de la almohada y sujetó la pistola entre sus dedos, el seguro estaba puesto, eso era importante no fuera a dispararse de forma casual.

No podía dejar de pensar en el asunto, de pronto se cruzó una idea por su cabeza, con quién estaba el moños en la foto del lago que aparecía en Facebook?, volvió a buscar en Google, pinchó y amplió la imagen, estaba borrosa, apenas se distinguían los rostros, todos sonreían, de repente Carballo se fijó en una figura que apenas se veía, estaba detrás de todos, volvió a ampliar aún más la imagen, sí, estaba claro quién era, allí estaba sin duda, Carballo se quedó de piedra…, no daba crédito a lo que estaban viendo sus ojos.


(continuará)



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