Ni mucho ni
poco, un término medio, parece decir la sentencia, parece una graduación de la
pena previa, a la cual se ha adaptado su contenido, el de la sentencia, para
justificarla, y en esa justificación es donde se embarra todo, ¿cómo es posible
condenar a 13 años de prisión a alguien por una simple ensoñación?, ¿y cómo se
justifica que la violencia callejera tiene su origen en ese alguien que es
condenado?, no se condena sin embargo a todos aquellos que ejercieron la
violencia en las calles, una violencia que comparada con la de ahora fue un
juego de niños, sin embargo ahora al que la alienta desde las instituciones ni
se le detiene. Los recientes acontecimientos en las calles convierten la sentencia
en discutible cuando menos, es mucho más grave lo de ahora y no hay reacción
por parte de los poderes, reacción para exigir responsabilidades me refiero.
Todo el
cuerpo legal que aprobó el independentismo en el Parlamento para declarar la
independencia quedó en simple ensoñación transcrita, eso parece, por tanto, de
rebelión nada, ésa era, sin embargo, la prueba fundamental de la rebelión,
todas esas normas.
Un lío,
primero Rajoy dejó ir las cosas hasta el límite, y cuando llega al límite se
lía a palos, y ahora la sentencia viene a intentar parchear la situación sin
crear alarma social e intentando congraciarse con todos, un término medio, que
a nadie satisface sin embargo y que enciende al independentismo.
Pero si
mantienes prisión provisional durante dos años tampoco puedes ahora dejarlo
todo en desobediencia y malversación, que es, sin embargo, lo que mejor casa
con una ensoñación.
Sinceramente
no creo que ellos pensaran que lo de la independencia iba en serio, tan tontos
es imposible que sean, simplemente quisieron generar un estado de alarma y ante
el panfilismo del gobierno de entones ver si colaba o si se sentaban a negociar
al menos.
Creo que las
penas de cárcel se irán diluyendo como un azucarillo en el café más pronto que
tarde mediante beneficios penitenciarios y que en las sucesivas instancias de
los recursos se desactivarán totalmente, y saldrán absueltos porque ya no habrá
habido ni siquiera desobediencia o malversación al no haber sido contempladas
éstas en la sentencia primera, que es lo que de forma más clara en realidad
hubo como mínimo.
Por otro
lado, el azucarillo en el café también es aplicable a la desactivación del
radicalismo, sólo a través de la toma de conciencia de la mayoría de la
población catalana de los peligros y de las urnas se irá saliendo de este
atasco institucional, social y político, por eso el President no quiera
convocar elecciones, porque no las tiene todas consigo.
La papeleta
es una papeleta heredada desde mucho tiempo atrás, la táctica del avestruz de
los gobiernos nacionales desde siempre y el consiguiente envalentonamiento del
independentismo.
La mayoría
quiere orden y paz, no revoluciones que no traerían más que penurias, véase el
ejemplo del Brexit, ésa pretendida independencia de Gran Bretaña que por unos
sucesivos e inconscientes deslices políticos sin rumbo tiene bloqueado un país.
El paseante