99 - Instagram.
A la noche Carballo subió a la buhardilla y se acostó, si la
nevada seguía tan intensa el pueblo quedaría totalmente incomunicado, la casa
parecía un horno, los dos perritos seguían profundísimamente dormidos, la
perrita había comenzado a roncar, emitía un fino ronquido que más que ronquido
parecía silbido, a Carballo le hizo sonreír, y con cada resoplido la coletita
con el lacito rosa temblaba, el perrito estaba junto a ella, los dos frente al
fuego intenso de la chimenea que
crepitaba dulcemente, Cachemir se había solidarizado con su infortunio y salió
de su cesto para tumbarse pegado a ellos, eso sí, una vez que se hubieron
secado con el calor y no antes, daba gusto mirarlos, era una imagen idílica,
hogar dulce hogar, Carballo tomó el móvil, se acercó sigilosamente a ellos y
les hizo una foto con el fuego de la chimenea de fondo, era para subirla a
Instagram sin duda, pero Carballo desconocía cómo podría hacerse eso, se limitó
a subirla a su blog como foto de la semana y la tituló “Ternura”, estaba claro
que salvo que apareciera imprevistamente su dueño los perritos se quedarían con
él, lo malo iba a ser que apareciera el moños para matarle y tuviera que salir
campo a través con los dos perros y el gato a la carrera, pero bueno, ya vería
cómo se las apañaba, al momento de acostarse cayó en un profundísimo sueño y
volvió a encontrarse en sueños con el moños, era una pesadilla, el moños seguía
obsesionado en hacer el amor con Carballo fuera como fuera, a toda costa, para
conseguirlo le apuntaba con una magnum del 57 a la sien, pero qué pretendía que
hiciera Carballo?, cómo se hace el amor con un hombre?, se decía a sí mismo
Carballo mientras sudaba de angustia, en el momento en que más difícil parecía
salir de aquel atolladero unos ladridos débiles repetidos le hicieron
despertarse, trató de incorporarse de la cama pero se sintió atrapado, como
atado, miró y allí tenía encima de él a Cachemir y al perrito, los apartó
suavemente, se levantó y fue a la escalera, cuando miró hacia abajo vio que la
perrita reclamaba desde abajo poder subir junto a ellos ladrando suavemente,
Carballo bajó medio dormido, la cogió en brazos y la llevó a la cama junto a
sus dos compinches, rápidamente se acomodaron los tres, el problema era que
Carballo no tenía apenas espacio para acostarse y tuvo que hacer filigranas
para acomodarse debajo del edredón sin importunar a los nuevos propietarios de
la cama, estaba visto que acabarían por echarle de su propia casa de seguir así
pero en cualquier caso era un placer sentir a los tres cerca de él, se sentía
acompañado y extrañamente protegido con ellos al lado, como si toda la bondad y
tranquilidad que desprendían crearan una barrera protectora en torno a él y no
pudiera pasarle nada malo en su compañía, vale, pensó Carballo, si aparece el
moños estoy bien protegido, eso espero, se sonrió para sí mismo y se volvió a
dormir, retomó el sueño o la pesadilla con el moños en el punto en que la dejó,
pero todo cambiaba cuando de improviso aparecía Bruttini y de un tiro certero
al aire hacía que el moños se asustara y saliera corriendo como un forajido
dejando a Carballo perplejo y con los pantalones bajados…
(continuará)
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