Blog dedicado a reflejar mi trayectoria vital y mis reflexiones.
jueves, 31 de julio de 2014
La lectura del fin de semana. La busca. Pío Baroja. 1903.
" A oscuras anduvieron el Bizco y Manuel de un lado a otro, explorando los huecos de la Montaña, hasta que una línea de luz que brotaba de una rendija de la tierra les indicó una de las cuevas. Se acercaron al agujero; salía del interior un murmullo interrumpido de voces roncas. A la claridad vacilante de una bujía, sujeta en el suelo entre dos piedras, más de una docena de golfos, sentados unos, otros de rodillas, formaban un corro jugando a las cartas. En los rincones se esbozaban vagas siluetas de hombres tendidos en la cama. Un vaho pestilente se exhalaba del interior del agujero....Manuel pensó haber visto algo parecido en la pesadilla de una fiebre.
(...)
Era la Corrala un microcosmos, se decía que puestos en hilera los vecinos llegarían desde el arroyo de Embajadores a la plaza del Progreso; allí había hombres que lo eran todo y que no eran nada: medio sabios, medio herreros, medio carpinteros, medio albañiles, medio comerciantes y medio ladrones.
(...)
Era, en general, toda la gente que allí habitaba gente descentrada, que vivía en el continuo aplanamiento producido por la eterna o irremediable miseria; muchos cambiaban de oficio, como un reptil de piel; otros no lo tenían; algunos peones de carpintero, de albañil, a consecuencia de su falta de iniciativa, de comprensión y de habilidad, no podían pasar de peones, había también gitanos, esquiladores de mulas y de perros, y no faltaban cargadores, barberos ambulantes y saltimbanquis. "
Suscribo en su integridad como propio tus argumentaciones del impacto personal que la belleza realiza sobre ti.
Suscribo en su integridad como propio tus argumentaciones del impacto personal que la belleza realiza sobre ti, idénticamente que sobre mí. Lo único único que no suscribo es esa relación de dios con la belleza, posiblemente porque nos han machacado desde la pintura y escultura pagadas por el poder religioso de Roma. Y no olvides que las desviaciones y recalentamientos sexuales de las autoridades religiosas tenían que tener su válvula de escape. En la época en que no existía el youporn ni el cine X, el poder religioso inventó otra manera de excitarse sexualmente, con recogimiento, espiritualidad y con mucho arte, por supuesto. La Capilla Sixtina es la meca del poder masturbador de altísimo nivel. Pero también las pequeñas congregaciones religiosas siempre han dispuesto de alivios sexuales bajo la excusa de esa espiritualidad artística. Y por eso lo que muchas veces llamamos angelical... es un deseo sexual desenfrenado y reprimido al mismo tiempo.
Te entiendo, hazme una lista de cajeros angelicales de Madrid para visitar esos santos lugares en mi próxima visita a la capital. Lo mismo abandono mi ateísmo por una causa tan espiritual.
La cabrita loca
miércoles, 30 de julio de 2014
Venice, mon cher Bety, the lagoon… (Aventura veneciana 15).
Venice, mon cher Bety, the lagoon…, no sé ni lo que digo,
Venecia me emborracha, hace tanto calor en agosto, debería estar prohibido
viajar a Venecia en agosto, pero por otro lado esa humedad aplastante, ese
calor sofocante, esa ondulada quietud, ese movimiento permanente de reflejos,
agua y turistas, todo eso es tan bello, espero que me comprendas, yo vivía
atrapado en Venecia sin poder salir, prisionero del diablo, menudo pájaro,
había encarcelado a toda la corte celestial en los sótanos del palacio, así me
lo contó durante el desayuno, luego todo fue cierto, me dije para mis adentros,
sucedió realmente, apareció, se me apareció Dios en mi dormitorio junto con
toda la corte celestial…, increíble pero cierto, me contó el diablo que en
realidad me había utilizado como señuelo, como cuando vas a cazar perdices y
pones una en una jaula para que se acerquen las demás y entonces disparas,
horrible, odio la caza, pues así me utilizó a mí, como a una perdiz en una
jaula, por mi bondad, me dijo que era la persona más buena que conocía y que
sabía que aparecerían Dios y todos los demás para intentar rescatarme de sus
garras, y entonces los secuestraría para llevar a cabo su plan, que cuál era su
plan Bety?, muy sencillo, un disparate, ponerme a mí en el trono de San Pedro,
hacerme Papa, tremendo no?, imagíname a mí con la casulla, tan delgado, de
horror, para ser Papa hay que llenar la casulla, nunca se vió un Papa como un
fideo, y encima ponerme la mitra, madre mía!, yo con la mitra parecería una
cerilla, todo cabeza, no quita que mi porte sea elegante y distinguido pero no
para Papa, solamente para una indumentaria clásica masculina doy bien, y te
preguntarás qué pretendía hacer con el Vaticano cuando yo estuviera dentro,
pues eso te lo dejo para otro día porque verdaderamente merece cumplida
explicación aparte y se me hace tarde que tengo que irme, besos,
(continuará)
El paseante
La erección del miércoles (Un asesino en las calles 34).
34 - La erección del miércoles
Durante un tiempo sólo sucedía los miércoles, no fallaba, los miércoles erección, sólo los miércoles, el Comisario Carballo sabía que era miércoles porque tenía una erección, sin falta, pero desde hace tiempo las semanas dejaron de tener miércoles...
Hasta el miércoles que comió con Bruttini y éste le contó que era cross dresser, esa semana volvió a tener miércoles para Carballo, Carballo no dijo nada pero se quedó de piedra cuando mientras oía hablar al chico sobre sus nuevos gustos sexuales se excitó y tuvo una erección. Cómo debía explicarse eso?, se preguntaba Carballo...
Sea como fuere lo de ser cross dresser o como se diga a Carballo le parecía una guarrería, no quería ni imaginar lo que significaría eso en la cama, un honrado padre de familia convertido en cross dresser, pero en qué tiempos vivimos?, se preguntaba Carballo, es que ya no se respeta nada?, también se preguntaba si haciéndose cross dresser como Bruttini él recuperaría igualmente sus erecciones, pero le daba igual, prefería no tenerlas a ese precio, tan a gusto como estaba sin complicarse la vida con el rollo del sexo, algo totalmente sobrevalorado, ahora tenía tiempo libre para tantas cosas, le cundía más la vida, el sexo consume tiempo y energías, debería uno poder elegir si tener deseo o no de forma voluntaria y cuándo tenerlo, si eso fuera así, la mayoría de la gente elegiría no perder el tiempo ni complicarse la vida con semejante futilidad, o al menos él eso pensaba.
Bruttini resultaba previsiblemente aburrido en ocasiones con su ingenua vida tan nebulosa, el chico no se aclaraba, el que no la corre de joven la corre de viejo, como suele decirse, Bruttini se casó joven y vinieron las obligaciones familiares, los hijos, y se sintió enjaulado, ahora quería volar, conocer la libertad, ése era su deseo, y buscaba coartadas, justificaciones, disculpas, para aprovechar de alguna manera la ocasión de vivir nuevas experiencias antes de que empezara su decadencia.
Decadencia, decadencia, decadencia…, a eso ya había llegado Carballo, estaba inmerso en la decadencia pero al menos había vivido, es decir, la había corrido de joven, Bruttini iba contra reloj, debía recuperar el tiempo perdido, de ahí su bandazos y su desorientación, hoy cross dresser, y mañana qué?, se preguntaba Carballo que empezaba a estar algo harto del muchacho, parecía que ahora que su mujer se había librado de él le había caído a él en gracia, y eso no, Carballo quería ser libre.
(continuará)
Durante un tiempo sólo sucedía los miércoles, no fallaba, los miércoles erección, sólo los miércoles, el Comisario Carballo sabía que era miércoles porque tenía una erección, sin falta, pero desde hace tiempo las semanas dejaron de tener miércoles...
Hasta el miércoles que comió con Bruttini y éste le contó que era cross dresser, esa semana volvió a tener miércoles para Carballo, Carballo no dijo nada pero se quedó de piedra cuando mientras oía hablar al chico sobre sus nuevos gustos sexuales se excitó y tuvo una erección. Cómo debía explicarse eso?, se preguntaba Carballo...
Sea como fuere lo de ser cross dresser o como se diga a Carballo le parecía una guarrería, no quería ni imaginar lo que significaría eso en la cama, un honrado padre de familia convertido en cross dresser, pero en qué tiempos vivimos?, se preguntaba Carballo, es que ya no se respeta nada?, también se preguntaba si haciéndose cross dresser como Bruttini él recuperaría igualmente sus erecciones, pero le daba igual, prefería no tenerlas a ese precio, tan a gusto como estaba sin complicarse la vida con el rollo del sexo, algo totalmente sobrevalorado, ahora tenía tiempo libre para tantas cosas, le cundía más la vida, el sexo consume tiempo y energías, debería uno poder elegir si tener deseo o no de forma voluntaria y cuándo tenerlo, si eso fuera así, la mayoría de la gente elegiría no perder el tiempo ni complicarse la vida con semejante futilidad, o al menos él eso pensaba.
Bruttini resultaba previsiblemente aburrido en ocasiones con su ingenua vida tan nebulosa, el chico no se aclaraba, el que no la corre de joven la corre de viejo, como suele decirse, Bruttini se casó joven y vinieron las obligaciones familiares, los hijos, y se sintió enjaulado, ahora quería volar, conocer la libertad, ése era su deseo, y buscaba coartadas, justificaciones, disculpas, para aprovechar de alguna manera la ocasión de vivir nuevas experiencias antes de que empezara su decadencia.
Decadencia, decadencia, decadencia…, a eso ya había llegado Carballo, estaba inmerso en la decadencia pero al menos había vivido, es decir, la había corrido de joven, Bruttini iba contra reloj, debía recuperar el tiempo perdido, de ahí su bandazos y su desorientación, hoy cross dresser, y mañana qué?, se preguntaba Carballo que empezaba a estar algo harto del muchacho, parecía que ahora que su mujer se había librado de él le había caído a él en gracia, y eso no, Carballo quería ser libre.
(continuará)
Comida con Bruttini (Un asesino en las calles 33).
33 – Comida con
Bruttini
El Comisario Carballo y el Subcomisario Bruttini quedaban a comer periódicamente, se
mantenían en contacto, eran muy buenos camaradas y amigos, cuando se veían
principalmente se dedicaban a contarse cotilleos de conocidos comunes del
Cuerpo de Policía, se ponían al día, se reían, casi siempre contaban las mismas
anécdotas, recuerdos del pasado que les gustaba rememorar una y otra vez,
momentos difíciles, momentos buenos, todo ello plagado de valoraciones en las
que coincidían cada uno matizando y ampliando lo que el otro decía como
queriendo llegar una vez más al mismo convencimiento de siempre, como
revalidando el concepto de víctimas y perdedores que tenían de ellos mismos,
pero dejando claro al final que preferían perder semejante guerra a ganarla
porque ellos estaban hechos de otra pasta, la pasta de los héroes, de los
idealistas, de los que quieren salvar al mundo de la mediocre rapiña de los
malvados.
Quedaban siempre en el mismo restaurante, un restaurante
argentino de la calle Echegaray que se llama La Cabaña, muy buena carne, y
pedían siempre lo mismo, Bruttini el lomo alto de buey al punto argentino,
Carballo como no comía carne pedía el salmón en salsa de pimientos del
piquillo, de entrantes lo típico de un restaurante argentino, la provoleta,
empanadillas, chorizo criollo para Bruttini también, por supuesto, de postre
sorbete de limón al cava y unos chupitos, les gustaba después de comer fumarse
un puro, era una tradición, uno invitaba a comer y el otro llevaba los puros,
Cohibas petit robusto, siempre igual,
pero con la ley antitabaco prescindieron del tradicional puro, lo de fumarlo
por la calle era un rollo y Carballo no quería tampoco que se lo fumaran en su
apartamento para que no oliera a puro.
En esta ocasión la conversación dio un giro nuevo y
sorprendente con respecto a los temas habituales.
-
Comisario quiero comentarle una cosita, pero
prométame que no se va a enfadar, me lo promete?
-
Ya sabe que es difícil que yo me enfade.
-
Verá Comisario, es relativo a mi sexualidad.
-
Cómo va lo de su pene?
-
No, eso perfecto, totalmente recuperado gracias
a Dios.
-
Entonces?
-
Verá Comisario no quiero que se escandalice o deje
de ser mi amigo, sabe lo que le aprecio, usted es muy conservador y hay cosas
que tal vez no entienda.
-
Dígame, no creo que sea tan grave.
-
Verá Comisario es que ahora soy cross dresser.
-
Cross dresser, y eso qué es?
-
Pues para que lo entienda, me visto de mujer y
así vestida, perdón, he querido decir vestido, tengo relaciones sexuales.
-
Ya.
-
Relaciones sexuales con hombres.
-
Entonces es usted gay?
-
En absoluto, es diferente, yo soy cross dresser,
o sea, en la cama soy totalmente una mujer y como tal me comporto, y me acuesto
con hombres heterosexuales no con gays.
-
Me deja de piedra, no es más común ser
simplemente gay?
-
Es diferente, yo disfruto sexualmente en el rol
femenino.
-
Es usted transexual?
-
Tampoco, no quiero cambiar de sexo, me gusta
disfrutar teniendo pene.
-
Y con ese pene tan grande que tiene pasa por
mujer?
-
Bueno, verá, el pene lo escondo.
-
Lo esconde?
-
Sí, uso ropa interior de mujer y lo escondo
entre las braguitas, me pongo ligas, tacones, peluca, me maquillo, voy
totalmente depilado…
-
Pues a simple vista parece el mismo.
-
Claro, soy el mismo, ya lo ve, pero para el sexo
me transformo, soy otra, perdón, he
querido decir otro.
-
Ya.
-
Se ha quedado de piedra Comisario…
-
Hombre, compréndalo, es una sorpresa.
-
Lo reprueba?
-
En absoluto, es más, cuenta con mi total apoyo,
si así es feliz eso es lo importante, su felicidad, comprenda que tardaré un
poco en hacerme a la idea, nada más.
-
Gracias por su reacción Comisario.
-
De nada.
-
Hay algo más…
-
Algo más…?
-
También me dedico al mundo del espectáculo,
actúo en un club de Chueca, el Divas Club, le suena?
-
Pues no, es importante?
-
Es el mejor, hago un espectáculo junto con otras
compañeras y tenemos mucho éxito, los hombres me llevan ramos de flores al
camerino cuando termino mi actuación y me invitan a champán, gusto mucho a los
hombres Comisario…
-
Ya.
-
Además ahora ya no me importan tanto mis
erecciones, me importan más las erecciones de los demás.
-
Qué quiere decir?
-
Que soy una mujer en la cama, ya se lo he
explicado, desde que disfruto como mujer tengo mejores erecciones y recibo más
placer.
-
Recibe?
-
No sé si acaba de entenderlo.
-
Pues no…
-
Comisario, tiene que venir a verme, va a venir a
verme?, prométamelo por favor, tiene que
prometérmelo.
(continuará)
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