Además está mi maldita pereza que se extiende por mi vida como una mancha
de aceite y todo lo invade en ocasiones y más con la edad cuando las energías
van debilitándose, la falta de energía hace que uno se vaya reduciendo a lo
esencial, pero si uno deja que la pereza le venza totalmente acaba hecho una
pena, una especie de despojo, conviene mantener un mínimo, y es ahí donde los
horarios y la actividad laboral desarrollan su componente terapéutico, casi
tendría uno que pagar por poder estar activo a partir de cierta edad, sentirse
útil, objeto de la atención de alguien, comunicarse, participar en la vida como
un actor más y no ser un simple espectador, eso es terapéutico.
Son
reflexiones que me hago, una especie de cambio de punto de vista.
Qué opinas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario