miércoles, 20 de diciembre de 2017

Lavapiés. Poema.




Lavapies

Me refugio en ti barrio
Como en una madriguera
De la que nunca quisiera salir
Prefiero tu pobreza, tu abandono
Tus basuras, tus malos olores
Todo tú, te prefiero
Prefiero tu caos, tus inseguras calles
Tus olores a curry y a menta
Prefiero todo lo que huela a ti
Tus hojas secas sin recoger
El llanto de tus niños
La desesperación de tus jóvenes
Tus drogas, tus abusos, tus incomprensiones
Prefiero tu violencia, tus nocturnos
Soledades, tus promiscuidades, desastres
Desencuentros, indiferencias, tus humedades
Tu frío y tu calor, tu abandono
Prefiero toda tu ruina, tu desastre, tu nada
Eres como yo barrio, un deambular solitario
Un lugar imposible
Algo que no debió ser nunca
Y sin embargo es
Por un tiempo
Poco más que un sentimiento
Una isla
Un palpitar
Un olvido y un adiós
Hasta siempre barrio mío
Nací para ser tuyo
Para perderme en tus calles
Y entre tu escoria
Descubrirme
Y ser yo
Aunque mi vida solo dure un rato
Y nadie me recuerde jamás
En mi alma moribunda vivirás por siempre
Barrio moribundo y olvidado
Como una flor que me dio
El perfume de su dicha

José Ramón Carballo
19 de diciembre de 2017


martes, 12 de diciembre de 2017

Seguiré viviendo. Poema.




Seguiré viviendo

Seguiré viviendo tal vez
Y marcharé, soldado herido por la vida
Con paso renqueante que firme fue y desfallecido será
Avanzaré por el mundo como si nada hubiera pasado
Como desde el primer día avancé sin parar ya nunca
Aquí llegué, a esta ninguna parte, lugar perdido en el que estoy
De noche estrellas, de día soles, vientos me guían
Bonancibles atardeceres de recogimiento
Crudos anocheceres de invierno
Perfectas mañanas de verano
Solo mi corazón soportará todo
Suficiente
Como un reloj que calibra el universo mi corazón hace tictac
Hasta ahora
Como un reloj que no para y que no sabe qué hora dar
Qué hora es?
Loco corazón desesperado
La hora de la despedida, del reencuentro?
La hora final?
Cada hora es siempre la hora final
Cada momento de cada hora de cada día
Es la campanada última de la vida
Y no lo sabemos

José Ramón Carballo
11 de diciembre de 2017


miércoles, 29 de noviembre de 2017

Escribir. Reflexión.




Me pongo a escribir un libro que no sé de lo que va pero necesito escribirlo, necesito decir algo, es imprescindible, eso creo, o no?, tal vez no, no lo sé, depende de lo que se entienda por necesidad, es necesario respirar, muy necesario, no es tan necesario escribir, es innecesario entonces, dependerá de cada cual, para cualquiera es imprescindible respirar, pero para algunos es imprescindible también escribir, en ello no les va la vida como en el respirar pero tal vez les pueda ir otra vida diferente a la física, la espiritual, necesito decir cosas por decirlas, aunque nadie las escuche porque en el fondo me las estoy diciendo a mí, yo soy el emisor y el receptor del mensaje a la vez, poca distancia entre el uno y el otro, estamos superpuestos, como la vida física y la espiritual, compartimos recipiente, un cuenco en el que va cayendo la vida como un líquido a veces transparente como el agua, a veces turbio casi como el lodo, y me pregunto por qué esta necesidad mía de contarme a mí mismo lo que supuestamente ya sé, es absurdo, mejor si me quedo callado, mis pensamientos ahí están, me configuran puede decirse, sin embargo están indefinidos dentro de mí, puede algo indefinido aún existir realmente?, claro que sí, una idea, una impresión, un sentimiento, una emoción, laten dentro de nosotros, son parte de nosotros y, sin embargo, hasta que no las formulamos a través del lenguaje parece que no son del todo nuestras, necesitamos el lenguaje igual que un ciego necesita el tacto, para delimitar los contornos, las texturas, la calidez o el frío, el volumen, necesitamos el lenguaje aunque sea interior, para definirnos, se puede decir que nuestra vida espiritual se conforma, toma cuerpo, a través del lenguaje, porque nuestro pensamiento a la postre no es sino palabras, frases, historias, explicaciones, justificaciones, un discurso, un discurrir, y todo eso nos conforma, y resulta como un bálsamo hasta cuando formula lo más cruel, lo que más nos duele, porque al tomar forma nos separamos de ello, nos desdoblamos y ya somos otro por un momento, y ese paréntesis en el cual el receptor oye al emisor, supone un alivio enorme porque somos conscientes de la otredad de nosotros mismos, de lo nuestro no es tan nuestro, y, sobre todo, que al final la vida es un cuento que vamos leyendo queramos o no, nos guste o no, porque ella se impone indefectiblemente a nosotros, hagamos lo que hagamos. Quién me iba a decir que iba a llegar hasta aquí y que me iban a suceder todas las cosas que me han sucedido?


El paseante


jueves, 23 de noviembre de 2017

La partida. Poema.





La partida

No siempre que se hace algo bien sale bien
En ocasiones sale mal
Pensamos que saldría bien pero no fue así
Que se haga algo mal y salga bien es más raro
Pero puede ser de chiripa
Lo que sí suele suceder es que si se hace algo mal salga mal
Hacer es tan subjetivo, es imposible en ocasiones acertar
Numerosos factores se salen de nuestro control
Y la casualidad influye, las casualidades enlazadas
Que llevan a un desenlace guiadas por nuestro hacer
Marcamos tendencias que pueden escaparse de nuestras manos
Y el resultado no es el deseado
Querríamos ser dioses, tener el control
Hacer milagros
Pero somos mortales que erramos aún sin querer
Sufrimos con la adversidad impotentes ante la vida
Con frecuencia
Si bien ella al fin nos ha de ganar la partida
En todo siempre
Nos queda el haber luchado, haberlo intentado

José Ramón Carballo
23 de noviembre de 2017


lunes, 13 de noviembre de 2017

Lectura de poesía. Empty space. Poema.





Lectura de poesía. Empty space. Poema.

Hay un espacio entre todos y yo infranqueable
Un espacio vacío, una distancia imposible
Yo declamo en silencio mis versos, los versos de mi vida
Los escojo delicadamente, los deletreo con mi alma
Pero nadie los escucha, quedan mudos dentro de mí
Sólo algunas personas los escuchan en el silencio mudo de mi alma
De mi mirada, mi sonrisa, mi tristeza, mis gestos
Los poemas viven en mí, me habitan, me alimentan y dan vida
Otra vida, una vida diferente a la vida común
Una vida inversa, hacia adentro, como una sima de vértigo
Pero vosotros, todos, no me oís y pasáis de largo sin verme
Pero si de verdad me conocierais, si algún día me escucharais
Me amaríais como a mí me gustaría
Y conoceríais al fin mi poesía, mi alma
La poesía de mi vida que me conforma
Y me hace vivir día tras día
A pesar de todo

José Ramón Carballo
11 de noviembre de 2017