Escena de la película My own private Idaho del director Gus van Sant. |
Es tanto como decir "tener un mundo propio", eso es "my own private Idaho", una expresión, un latiguillo, una muletilla.
Te pregunto: ¿tienes tú un mundo propio?
Sin un mundo propio se vive malamente, se malvive.
Tienes que ir creando tu propio mundo, o mejor decir, tienes que ir descubriéndolo primero, seguro que lo tienes pero no eres consciente de ello.
Analiza valores, creencias, emociones, sentimientos, filias y fobias, adicciones, amores y desamores, amigos y enemigos, analiza tus gustos, tus aptitudes, tus actitudes, analiza tu subconsciente, tu creatividad, tus capacidades, tu bagaje, analiza tu entorno, tu pasado, tus personas más queridas..., tus logros y tus frustraciones...
Analiza todo eso, analiza todo, y luego reflexiona sobre ello, verás como te encuentras contigo mismo, con tu yo esencial, ése que en el día a día parece desparecer pero que ahí sigue siempre agazapado esperando su momento culminante de salir a escena y darte carta de naturaleza en este mundo.
Saca a escena a tu propio yo, sácate a escena a ti mismo, sé tú mismo, por encima de todo y siempre.
Sal a la luz de las candilejas, déjate iluminar por los focos, unos te descubrirán, otros confirmarán que ya te conocían, otros te aborrecerán, no importa, así sabrás a qué atenerte en tu relación con los demás.
Habrás llevado a escena tu "own privaye Idaho" y ya nunca podrás escapar de él, porque tu "own private Idaho", es decir, tu mundo propio, eres tú.
Besos,
el paseante