223 - Las musas de los sueños,
nereidas de lo onírico
Desconozco vuestros cantos de sirena
Los olvido
Desconozco vuestros rostros,
vuestras manos, vuestros labios
Los olvido
Os desconozco musas de los sueños
Nereidas de lo onírico
En vuestras aguas me sumerjo cada
noche
En vuestro reino secreto penetro
Tímido, inseguro, humano, vulnerable
Y allí no sé bien qué hacéis conmigo
Lo olvido
Pero sé que algo sucede entre
nosotros
Musas de los sueños
Nereidas de lo onírico
Vuelvo a la vida al amanecer
Y aún llevo en mis labios la
delicada dulzura de vuestros besos
Y aún llevo en mi piel el suave
tacto de vuestras manos
Subo a la superficie del día, busco
su luz
Escapo del placer de vuestra
compañía
Y abrasado por la pasión despierto
Y el día rompe con su aleteo de luz
la sombra de mi sueño
Y despierto al fin a la mañana
En la cual vivo exiliado de vuestro
reino
224 - Tejados de Madrid
Allí la ciudad se pierde, se acaba
Delgada línea donde comienza el
cielo
Madrid, tejados de Madrid, ciudad
inversa
Inversa sombra sobre la luz del
cielo
Inverosímiles alturas, inalcanzables
pináculos
Cuadrigas, carrillones, centauros,
aves fénix
Mitologías todas que pueblan los
tejados de Madrid
Y pequeñas mansardas, ventanas
diminutas, casitas para enanos
Hoy Madrid se esfuma por entre sus
tejados
Desaparece entre el vuelo quieto de
sus antenas
Se evapora como un humo de nubes
Un cónclave de ángulos superpuestos
Finales laberintos de vértigos
finales
Precipicios, mazmorras, guillotinas
Tejados todos, que nadie ya os
contempla
225 - Poema a Nerea
Nerea, Nereida de mi alma toda
Suave sinfonía de melodías dulces
Enamoradas palabras de encendidos
recuerdos
En tu esbelta figura de náyade
En tu hermosa presencia de ninfa
En tu amable sonrisa de sátiro
Te veo, Nereida de mis sueños
Surgiendo de los manantiales
transparentes
Por entre las rocas de las
profundidades
Emergiendo desde el fondo de las
aguas
Hasta la luz del lejano cielo
Mientras yo, Neptuno de simas
abisales
Te contemplo
Bella y eterna
226 - Las montañas al anochecer.
Tienen algo mágico las montañas al anochecer
Tras de ellas cae la luz del sol, se va a otro
hemisferio
Un pálido halo rosado llena el éter de un vapor que se
desvanece
Son un misterio las montañas al anochecer
Parecen gigantes dormidos, tumbados sobre la tierra
Y da miedo que se despierten
Sobre sus azules, oscuras ya, laderas
Imagino que voy caminando, subiendo su pendiente
Alcanzando sus elevadas cimas
Divisando el otro lado del resto del globo terráqueo
Que se comienza a iluminar
Saludando al sol, a una nueva mañana lejana
Y al nuevo amor que tal vez un día habrá de llegar
Imagino que el día que termina
Que el día que se va
Mañana volverá
Y me despertará el dulce calor de la luz del sol
Con sus dorados hilos de luz
Con sus dedos de oro acariciando mi cara
227 - Responde a mi ternura
Oh, morir de amor
Y en tus brazos
Oh, tu dulce voz
Sobre la aurora
Responde a mi ternura
Amor, responde a mí
Las flores se abren a la primavera
Como mi corazón se abre a tu voz
El amor es una fuerza sobrenatural
Un impulso divino
Responde a mi ternura, amor
Y dame de tus labios toda tu dulzura
Mira junto a mí
Desde este escondido lugar
Como el lejano mundo gira cada día
Y refúgiate en mi pecho
Calma tu dolor en mí
Ya nunca más sufrirás, amor
Responde a mi ternura hermosa diosa
Y abre tu corazón a mi voz
Como las flores se abren a la
primavera
Felices de contemplar la gloria de
nuestro amor
Responde
a mi ternura, amor
228 - Thinkings of a rose
I am
a rose
Only
a rose
No
more than a rose
And
no less than a rose
I
don't know if you can understand the roses
Perhaps
a rose it's quite complicate for a man
But a
man it's not complicate for a rose
The
man can smell my parfum if he wants
Can
see my beautifuls colours if he wants
Can think
in my beauty if he wants
Essential
things that the man can do with the rose
Pleasure
things
But
some men cut me and so that I dead in a vase with water a few days later
Crying
my destiny with mute words of pain that men can't ear
I am
a rose, only a rose, no more, no less
But
remember this next time you see me
I'm
not yours, I'm not a property of anyone
I am
a live being
See
me, smell me, think on me
But
not kill me, please
The
rose
229 - Melancolía
Si la muerte fuera algo tan bello
como un acorde prolongado, como un arpa que apenas hace sonar su delicada
armonía, como una flauta lejana que anunciara la cercanía del paraíso, como una
trompeta que cantara la dicha del reencuentro con Dios.
Si la muerte fuera algo tan bello...
Si la muerte fuera algo tan bello
como una música, si la muerte fuera algo como la llegada a una sala de
conciertos en la cual estuviera la orquesta tocando, y allí uno se sentara a
oír el concierto sin más..., y se fuera quedando dormido entre las dulces
armonías de una bella canción.
Si la muerte fuera eso, sólo eso...
Algo envolventemente placentero,
como un abrazo de amor, tierno como el dulce beso del amante, sublime como la
pasión, algo deliciosamente elevado, puro y eterno.
¿Es algo así la muerte tal vez?
Vuelve a mí el acorde, vuelve a mí
el arpegio, repetido en una emoción que nace desde mí, que soy yo, instrumento
final de la orquesta, resuena la música dentro de mi alma y vibran sus
desnudas, descarnadas, temblorosas cuerdas, haciendo tocar en mi alma la más
deliciosa y emocionante partitura de la feliz dicha de una vida que va quedando
atrás.
Una música que todo el universo lo
contiene, que toda la emoción la renueva, que todo el sentimiento lo traspone,
para llevarme a un más allá en el que siempre quise estar, el más allá,
perfecto paraíso de mi reencuentro con Dios.
Si la muerte fuera algo tan bello...
Tan bello como el reencuentro con
Dios.
230 - Clouds over me
Desde la
ciudad todo se ve tan lejano, me pregunto por qué todo queda tan lejos de la
ciudad, las montañas, el campo, las nubes, las estrellas, el sol, todo está
lejos, no sé si alguna vez lo habréis pensado, yo si lo pienso a menudo, y miro
con nostalgia a través de la distancia esas cosas lejanas, tan bellas, como
imposibles desde la ciudad, y las disfruto en su contemplación sin poder
alcanzarlas, y me imagino junto a ellas, en una visión cósmica o planetaria de
la vida, como si de repente pudiera volar y volara, y me perdiera por entre las
montañas, el campo, las nubes, las estrellas, el sol...
Pero no puedo,
me limito a contemplar en la lejanía la perfecta belleza de esas cosas que
lejanas e imposibles parecen saludarme y recordarme que están allí esperándome
por si algún día puedo ir, por si algún día puedo soltarme del yugo que me
aprisiona, de la ciudad, y voy por fin a reunirme con ellas y a charlar de
nuestras cosas.
Tenemos
muchas cosas en común todas esas cosas lejanas y yo, somos parte de la
naturaleza, del universo, del cosmos, por eso nos entendemos tan bien, y aunque
a veces lo olvide perdido entre tanta gente, entre tanto tráfico, en los
vagones del metro, en los grandes almacenes, en las grandes avenidas, en los
restaurantes de menú del día, entre las luces de neón, por entre las
callejuelas oscuras, aunque a veces lo olvide digo, siempre hay algún atardecer
con su dorada luz iluminando las fachadas de las casas, o unas nubes pasajeras
sobre mí, que me lo recuerdan, haciéndome una caricia en el pensamiento y
refrescando mi alma del calor de la ciudad.
Mi alma
vuela entonces por encima de todo y recorre el universo con la imaginación, y
entonces todo el universo me parece un gran acuario en el cual yo voy buceando,
buzo de la luz, hasta salir a la superficie del cielo y traspasar el éter
azul y el blanco vapor de agua de las nubes.
Eso me consuela
de los rigores de la gran ciudad que cruel me aprisiona en su sutil yugo de
obediencias, compromisos, obligaciones y luchas.
La ciudad es
esa parte de mí que se niega a ser libre, que prefiere ser esclava, que se
somete a todo y que nunca alcanza la luz.
231 - Oda a la vagina
Cierro los ojos y con el deseo logro
imaginarte ya
Eres apretada, coqueta, tierna y
siempre preparada estás
Dime si no es cierto que siempre
dispuesta te sentirás
A la llegada del pene por delante y
por detrás
Cierro los ojos y te imagino
funcionando ya
Menudo meneo que a la succión el
movimiento da
Esperas siempre que la intensidad
suba más y más
Y al final termina todo de manera
sobrenatural
Te gusta que te acaricien, que te
chupen y que te penetren ya
Poco te gusta cuando quieres que te
hagan esperar
Y si en ese momento encuentras a la
buena verga bien plantá
Allá te encaramas, te subes, te
elevas, para hacerla estallar
Cuando todo termina parece como si
nada se esperara ya
Pero a veces queda un rescoldo,
alguna lumbre que encendida está
Y aunque no te apetezca apagarla no
te queda más que aceptar
Terminar tu trabajo es el pago que a
un buen polvo se debe dar
232 - Oda al pene
¡Oh pene! Me pregunto qué tamaño
tendrás
¿Serás grande o pequeño serás?
No sé muy bien ya qué esperar
Porque nunca tu dueño palabra dirá
No se vislumbra tu tamaño de lo
tapado que vas
No se nota tu estado por prudencia
de mirar
Pero siempre estás presente si junto
a ti se está
Y siempre de ti emana un gran
bienestar
Es tu potencia un misterio que nunca
se descubrirá
es tu suavidad, tu ternura, algo que
prueba necesitará
Pero asusta tu bravura, tu dureza y
tu verdad
Siempre cierta tu embestida, un buen
día se disparará
Todo el mundo se pregunta cuándo esa
joya verá
Si será pronto o tarde, y si la disfrutará
Parece difícil conseguirlo pues
propietaria tiene ya
Se llama Vagina y feliz junto a él
siempre estará
Luz del sábado por la tarde (poemas 41 a 50)
José Ramón Carballo