Es mi librería favorita de Madrid, ya os he hablado de ella
con anterioridad cuando os recomendé el pequeño ensayo sobre la novela
de Pamuk
El novelista ingenuo y el sentimental, ¿recordáis que me saludó desde el
escaparate?
Está en el número 7
de la calle Santa Isabel, cerca del
antiguo cine Doré, hoy sede de la
Filmoteca, al lado de la plaza de Antón Martín, en la
foto
podéis verla, se llama La fugitiva, en honor a la obra de Proust según
me dijo
el dependiente, ayer por la tarde volví a pasar por ella de camino al
Retiro,
por cierto, estaba el Retiro precioso, ya apuntaba la primavera en las
flores
de los almendros que tímidamente comenzaban a aparecer iluminadas por el
último
sol de la tarde de invierno.
Siempre
que paso por la librería entro a ver qué tienen y
como la selección de libros es tan buena siempre compro algún libro que
otro,
más de los que pensaba generalmente, hay un momento en el que dejo de
mirar los
libros por temor a acabar llevándome todos, ayer acabé comprando más de
la
cuenta, me gasto más en libros que en comer, me gasté 45 euros en los
libros
que veis en la foto, más tarde fui al supermercado y sólo me gasté 22
euros.
No me pude resistir a esa edición
en dos tomos de Las mil y
una noches con ilustraciones de Gustavo Doré, a ese pequeño librito
titulado
Vida y opiniones filosóficas de un gato de Taine, al Lincoln de Gore
Vidal que
andaba buscando desde hace tiempo y que ahora vuelve a estar de moda por
la
película, y a esa novelita de Henry James Los europeos en una cuidada
edición
de hace ya 10 años.
Lo que digo, una
buena selección la que tienen en esta
librería, muy acorde con mis gustos y mi sensibilidad, además es un
deleite
entrar y contemplar un local intacto desde los tiempos de don Benito
Pérez
Galdós, con sus vigas vistas, su tarima de grandes listones de madera
gastada
por el paso de los años, los postigos de las ventanas, los escaparates,
las
alhacenas, todo de la época de Galdós, y con wifi y cafetería, lo que ya
os
dije, modernidad y clasicismo sabiamente conjugados, lo de la cafetería
consiste en que sirven café con galletitas y que hay algún velador con
sillitas
entre las estanterías y mesas cargadas de libros, tampoco esperéis más,
siempre
está llena de gente joven pegada al portátil por lo del wifi, se piden
un té o
un café y echan allí la tarde, y luego entra alguien como yo y compra
libros,
supongo, uno compra libros cuando tiene dinero pero no tiene tiempo de
leerlos,
lo contrario a cuando era joven que tenía tiempo y no tenía dinero, y
uno
compra, todo hay que decirlo, desde siempre, más libros de los que lee,
con la
esperanza de que algún día tendrá tiempo para leerlos.
Bueno,
nada más, espero que visitéis la librería, aunque no
compréis nada vale la pena ver el local, es muy interesante, tal vez me
estoy
poniendo un poco pesado con lo de esta librería pero es que me tiene
hechizado,
no es que me den comisión, todo lo contrario, cada vez que paso allí me
dejo
los cuartos, y es que un libro siempre permanece, es un valor seguro,
algo
inmortal, y os pregunto: ¿puede tener precio la inmortalidad?
Diario de un
paseante. 09-02-2013 20:00. Lohengrin.
Están retransmitiendo por Radio Nacional Clásica la ópera
Lohengrin de Richard Wagner desde en Teatro alla Scalla de Millán en directo,
ha comenzado a las 7, lo anunciaron esta mañana pero lo olvidé, me fui al super
a hacer la compra y al regresar me he encontrado esta grata sorpresa, siempre
tengo sintonizada en la radio de la cocina Radio Nacional Clásica, es una
delicia, nada como esa música que te acaricia los sentidos como un néctar
delicioso, estoy ahora en el salón oyéndolo en la cadena estéreo, es como estar
en la Scallapero con más comodidad, en el sofá, con el perrito al lado que no me deja
escribir esto, mete la pata en el teclado como si él quisiera también escribir
y me mira, a los gatos y al perrito les encanta la música clásica, se la tengo
puesta todo el día, ellos son muy melómanos, qué remedio les queda, sólo apago
la radio cuando nos vamos a dormir a eso de las 10 ó 10:30, nos acostamos temprano
porque madrugamos mucho, tenemos horario de convento, nos levantamos para los
maitines, con los animales es así, ellos siguen el ciclo de las luz solar, y yo
ahora también los sigo, bueno, ahora, desde hace ya más de 20 años, desde que
tengo mascotas, qué remedio me queda, yo les pongo música clásica y ellos en
venganza me meten en la cama a las 10 y me levantan con los maitines, pero la
convivencia entre especies animales es así, acaba habiendo una simbiosis.
Espectacular la ópera, no sé si alguno la estáis oyendo en
estos momentos como yo, Wagner fue un genio absoluto, la obra de arte total y
todo eso. Ahora están luchando, se oye el choque de las espadas, Lohengrin
entona un melancólico canto que se eleva al cielo como una plegaria y el coro
le responde aterrado, ahora Elsa entona un trémulo y emocionado discurso que se
abre paso en el espacio como el canto de un ave, afilado como un trino lleno de
modulaciones y notas musicales melodiosas, cantan ahora todos al unísono en una
especie de himno triunfal lleno de esperanza, un tanto delirante y exaltado,
hace la música espirales y ellos la van punteando con sus voces a veces
sucesivas y otras veces superpuestas, suenan las trompetas triunfales llevando
la escena a su final, hay aplausos del público, Lobi me mira extrañado.
Lohengrin viaja subido en una barca tirada por un cisne, menudo medio de
locomoción, en vez de ir en coche, en metro o autobús, en tren, avión o andando,
simplemente él se desliza sobre las aguas del Rhin remolcado por un cisne, erguido
de pie sobre la barca, imaginaros la belleza, en todas las representaciones
Lohengrin aparece así, deslizándose de esta manera aguas abajo por las
cristalinas aguas del Rhin..
Y hay boda, ahora es el entreacto y el comentarista está
explicando lo que va a suceder en el acto segundo, debe de suceder algo antes
de la boda, ¿se casará al final el caballero con su amada?
Al parecer el libreto también es de Wagner, esto es así en
todas sus óperas, Wagner no era sólo músico sino poeta, la ópera fue estrenada
en el teatro de la ópera de la corte ducal de Weimar el 28 de agosto de 1850,
empieza el acto segundo, hay una introducción musical que suena misteriosa como
si estuviéramos ante un paisaje lleno de brumas.
Lobi está inquieto, quiere que le saque a pasear pero hasta
más tarde no le toca, después de cenar, ya ha salido bastante hoy, si por él
fuera nos pasaríamos el día en la calle como dos vagabundos, no se cansa nunca,
se ha tumbado sobre la alfombra, una alfombra que compré en Turquía, dentro de
un momento comenzará a comerse las piñas que tengo adornando las macetas, me
pone la alfombra perdida, cosas de Lobi, ahora se está rascando, hace un tiempo
que no le baño, con el frío le baño menos, tengo que bañarle un día que haga
más calor para que así se seque rápido.
Canta Elsa, callémonos, escuchemos, schisss!!!, silencio, la
sacrosanta ceremonia de la representación a recomenzado, Lohengrin canta con un
sentimiento hondo como si cantara con el alma, como si sus palabras entonadas
con la música hicieran hablar a su alma que libre se expresa y se eleva,
silencio, Elsa responde, escuchemos…
A estos dos se les nota muy enamorados, como hechizados.
Pero algo va a pasar, se les nota preocupados, la felicidad
siempre está tan amenazada por las circunstancias, y el amor que es la
felicidad máxima de manera especial, empiezan a estar nerviosos, cualquier
malentendido puede dar al traste con todo, Lobi acaba de coger una piña pero
como le he mirado se ha venido a restregar contra mi zapatilla, como un saludo
cariñoso, ahora se va hacia la puerta, lo dicho, quiere salir.
Algo va a pasar, la música a vuelto un tanto lóbrega,
tétrica, como cargada de tristes presentimientos, os imagináis que la vida
fuera como una ópera, todo el rato cantando y con una orquesta cerca tocando,
sería agotador, viviríamos menos años, demasiado esfuerzo, pero tal vez
viviríamos más intensamente si nuestra vida fuera como una ópera, viviríamos
dos o tres horas, en las más largas hasta cuatro horas, no sería mucho tiempo
pero sería muy intenso, nuestra vida tendría un desenlace rápido no como la que
llevamos ahora tan tediosa.
Vuelvo a tener a Lobi subido en el sofá a mi lado y metiendo
el hocico en el teclado, está oliendo el teclado del ordenador portátil, a qué
olerá el teclado me pregunto, los perros tienen un olfato privilegiado, ellos
huelen cosas que nosotros no percibimos, se mueven más por el olfato que por la
vista, ellos saben por un golpe de olfato cómo es una persona y qué
sentimientos tiene, de ahí que reaccionen en seguida ante alguien, no se les
puede engañar.
Los gatos están durmiendo debajo del mostrador de la cocina
junto al radiador, es su lugar favorito, donde más calor hace, los gatos son
adictos al calor, el sentido más desarrollado en los gatos es la vista, basta
con observar sus ojos para poder comprobarlo, son como dos joyas, diamantes
perfectos tallados por Dios como un regalo de su suprema sabiduría, de su
supremo amor.
Lobi se ha acurrucado junto a mí y se ha dormido, si me
muevo se despertará, está pegado a mí, me da calorcito, tan tranquilo ahora,
tan tierno, parece como un niño.
La ópera continúa, las óperas de Wagner son largas, algunas
muy largas, uno puede ir cenando, fregar luego los platos y seguir oyendo
mientras la ópera en la radio de la cocina, en mi casa oigo la música desde
cualquier lugar, otra comodidad, es como vivir dentro de una sala de conciertos
que nunca parara, ahora están hablando mucho, la música ha perdido protagonismo
y a cedido el paso a la palabra, mágicas palabras que irán conduciendo al
caballero hacia el encuentro final con su amada, al final se irán los dos
subidos en la barca tirada por el cisne, aguas arriba deslizándose delicadamente sobre las aguas
del Rhin, seguro, como si lo viera.
Tengo de cena ropa vieja, es decir, restos de cocido fritos,
exquisito, me encanta la ropa vieja, sobre todo si está hecha del cocido de mi
madre como en este caso, yo suelo freírlo junto con unas cabezas de ajo y con
aceite de oliva virgen sabor intenso, pero en esta ocasión se me ha olvidado
echar los ajos, también tengo de cena salmorejo, éste hecho por mí, me sale
fenomenal, ya os daré la receta, os va a encantar, además es muy fácil y rápido
de hacer, tiene muchas vitaminas y es muy refrescante, yo lo tomo durante todo
el año, me encanta, de beber me he comprado cerveza Estrella de Galicia en
lata, una lata de esas que es más grande de lo normal, esa cerveza me encanta y
no es fácil conseguirla fuera de Galicia pero en el super la tenían, también he
comprado dos botellas de cerveza Guinnes, deliciosa cerveza negra, para mi
gusto la mejor con diferencia, me transporta a Irlanda, país en el que nunca he
estado pero mientras me tomo mi media pinta de cerveza Guinnes me parece estar
en un pub de Dublín, cierro los ojos cada vez que sorbo un trago y me visualizo
allí y luego compruebo que la espuma de la cerveza me ha dejado marcado un bigote
sobre el labio superior y me sonrío, hay cosas que no cambian, como cuando
comía un helado de pequeño y me quedaba el bigote de nata.
Me estoy enrollando demasiado, al final vais a saber más de
mi vida que yo mismo, pero me da igual, qué más da, os cuento todo esto porque
sé que os gusta, no sé por qué os gusta, ni siquiera sé por qué sé que os
gusta, pero sé que os gusta, ¿verdad que sí?, decidme que es así…
Ahora sólo suena música, una música que se desliza, avanza,
parece caminar primero, correr después, llevarnos a algún lado.
No sé si al final en lugar de tomarme la cerveza Estrella de
Galicia me voy a acabar tomando la
Guinnes, la descripción que he hecho de ella me ha abierto
las ganas de Guinnes, ya os contaré cómo acaba el dilema, pero yo creo que con
la ropa vieja pega más la
Estrella, ¿verdad?, sí, mejor la Guinnes para otro día,
está buenísima con marisco, bueno con ese marisco que podemos permitirnos los
pobres de vez en cuando, aunque el marisco que yo compro en la marisquería
Castellanos en la calle Maldonadas ya os he dicho que es de primera, a mí sólo
me gusta el de pesca extractiva no el de vivero, igual que el pescado, prefiero
tomar sardinas a lubina, al menos las sardinas no han comido pienso, y lo mismo
con el marisco, la Guiness
está buenísima con los gambones, ¿os gustan los gambones?, a mí me encantan, me
gusta comprarlos ya hervidos, son más sabrosos que los langostinos, también me
gustan a la plancha pero se pone la cocina perdida y da mucho olor.
Sigue Lohegrin impertérrito en su largo discurso de
esforzado amor, el amor de los héroes siempre es esforzado, ¿y el de los
hombres?
Me voy a preparar la cena aunque me da pena despertar a Lobi
que sigue durmiendo a mi lado, después de cenar le daré algún pedacito de
rosquillas, compro unas rosquillas fritas con azúcar muy ricas, de Eroski, os
las recomiendo, al perrito y a mí nos encantan.
Tengo hambre, me voy a cenar, ya son las 9:10 de la noche,
luego sacaré a Lobi a pasear y después a dormir que mañana tocan a maitines a
las 7 o 7:30, como mucho alas 8, pero no más.
Hasta mañana, que descanséis.
Elsa está muy enamorada de Lohengrin se nota en su voz, le
ama de verdad, esas cosas no se pueden ocultar, ya lo decía mi abuela, hay dos
cosas que no se pueden disimular, el dinero y el cariño.
P.d.- Creo que he cenado demasiado, al final no me tomé las
rosquillas, era demasiado, Lobi se ha ido a dormir a la cama, pasa de mí, en
lugar de las rosquillas me he tomado un plátano, un plátano de Camerún, ¿dónde
está Camerún exactamente, alguien lo sabe?, en África, claro, pero en qué zona,
¿al sur?, lo miraré en Google, la ópera continúa, se aproxima el éxtasis final,
por cierto, la marcha nupcial bellísima, Lohengrin y Elsa según se aproxima el
final tienen unas voces más bellas, tengo puesta la tele sin sonido, hay un
debate en la Sexta
sobre Ana Mato, no les oigo, oigo Lohengrin, curioso contraste, me imagino lo
que dicen unos y otros, las polémicas de siempre, antes se decía que se tenía a
la gente contenta con pan y toros, ahora debe ser con pan y debates, bueno, y
fútbol, claro, así nos distraen y dejamos de pensar, eso se creen al menos,
pero yo que ellos no estaría muy tranquilo, creo que se están pasado, tengo la
sensación de que algo puede suceder y me preocupa, la gente está muy harta.
Esta es la semana de la danza en el blog, sin duda, esta película, en el supuesto de que aún no la hayáis visto, os va a encantar, a divertir, a emocionar, os va a hacer recordar vuestra infancia, trata sobre la vocación de un niño por ser bailarín en el ambiente de la Escocia de los pozos mineros y además en plena huelga de los mineros contra Margaret Thatcher, su padre y su hermano son mineros.
Pobre chaval, pero al final su energía y el entrar en razón de su padre hacen que todos los esfuerzos de la profesora de ballet, a cuyas clases va a escondidas, sirvan de algo, ingrese en la Royal Ballet School y triunfe, la profesora detecta enseguida que el chico tiene madera.
El chico es un artista ante todo, hay una escena clave, bueno, hay muchas, pero hay una especialmetne clave, se trata del momento de la audición en la Royal Ballet School, al final de inprovisar un baile delante del jurado que decidirá si le admite le hacen una serie de preguntas, el padre sentado a su lado escucha, el chico apenas habla, está bloqueado, pero justo cuando ya va a salir una profesora le pregunta qué siente cuando baila, What I feel?, dice el niño, y queda mudo, balbuceante durante un momento, pero la pregunta le desbloquea, de repente contesta, I feel like flying, me siento como si volara, la profesora insiste en qué quiere decir y él entonces explota en una poética descripción de lo que es "crear", sentirse en comunión con el universo y con Dios.
El pasado sábado estuve viendo el ballet Romeo y Julieta en el teatro Real, según las notas del programa de mano la música de este ballet escrita por Prokofiev es la mejor música de ballet que se ha escrito, quieras o no ese comentario te predispone aunque lógicamente se trata de una opinión subjetiva o tal vez de una corriente de opinión, lo cierto es que no lo había oído nunca, tenía la vaga impresión de que la mejor música de ballet sería la de El lago de los cisnes. Sea como sea la música es magnífica, la orquesta sonaba de maravilla, la acústica del Real es una delicia, el montaje era espléndido, los bailarines magníficos, con mucho oficio, brillantes, el público estaba extasiado ante semejante espectáculo, el teatro a rebosar, era la última representación. Acudir al Real es siempre un lujo, y no lo digo sólo por el precio, lógicamente un espectáculo de este tipo tiene que ser caro, requiere mucha inversión y un conjunto de primerísimos profesionales. Uno queda sobrecogido apenas comienzan los primeros acordes, es como si te sumergieras en otro mundo, el mundo de la fantasía, de la belleza, del arte, la creatividad, del verdadero conocimiento de la esencia humana. Por encima de cualquier crítica uno queda invalidado para toda crítica porque queda mudo, no es capaz de opinar, su atención queda secuestrada ante tanta belleza, ese chorro de belleza ininterrumpido durante más de dos horas, y esa armonía entre música, danza, decorados, esa muda belleza desposeída de palabras, solamente hechos, evoluciones, armonías, un despliegue visual y sonoro, que invita a profundizar en las más profundas simas del alma humana y refrescar el alma de tantos sinsabores, ruindades, y brutalidades. Se reconcilia uno con el hombre, con su esencia, ante el arte verdadero, el arte en estado puro, sea cual sea su forma de manifestación. el paseante
Primera reflexión: siempre que me siento solo tengo la sensación de haber sido señalado por Dios, como si él me mirara y estuviera esperando algo de mí, la soledad me hace sentirme cerca de Dios, sólo Dios parece comprender plenamente la soledad esencial del hombre.
Segunda reflexión: desde la soledad del alma contemplo a los que me acompañan y siempre solo entre los demás espero la llegada de alguien sin saber quién pueda ser, a veces llego a pensar si no estaré esperando en realidad mi propia llegada hasta mí.
Tercera reflexión: saber estar solo es un hábito, igual que aprender a abrocharte los cordones de las botas, al principio cuesta un poco, pero luego lo haces sin pensar, y llega un momento en que olvidas la soledad y en ese momento es cuando te reencuentras contigo mismo.
Cuarta reflexión: en soledad me siento conectado con todo porque estoy en mi centro, mi soledad me nutre de ideas, pensamientos, sentimientos, y emociones propias, en compañía me transfiguro en alguien que no soy yo, dejo de ser yo para ser uno más.
Quinta reflexión: la soledad es una droga de la que es difícil salir.
Sexta reflexión: en compañía de los demás siempre tengo la sensación de estar perdiendo el tiempo.
Séptima reflexión: la soledad es la suprema dignidad del hombre, en ella se convierte en un dios.
Octava reflexión: cuando al fin aceptes tu soledad, serás libre y feliz.
Novena reflexión: quien busca la soledad busca el amor a sí mismo.
Décima reflexión: en soledad contemplo la eterna belleza de un mundo sin mancillar por los hombres.
Undécima reflexión: en compañía el hombre se convierte en una lombriz, en soledad se convierte en un águila.
Duodécima reflexión: la soledad es un exilio de mí que me priva hasta de mí mismo.
(estas reflexiones han sido publicadas en mi cuenta de facebook a lo largo de la pasada semana) (en preparación: Meditaciones acerca del amor por José Ramón Carballo)
¿Es posible psicoanalizar un Facebook? Más que si es posible
creo que es la única lectura posible, la lectura que cualquiera hace aún sin
saberlo del Facebook de cualquiera.
Lo que se elige para poner en el Facebook demuestra una
intencionalidad, cómo se cuenta, las fotos, todo eso constituye un discurso y
es ese discurso lo que interpretamos al ver el Facebook de cualquiera.
Seguramente la interpretación será más acertada, es decir,
tendrá menos sesgos, cuanto menos conozcamos a la persona, pero será un reflejo
más intenso para nosotros de lo que sabíamos de antes de la persona cuanto más
la conozcamos.
Está claro que el nuevo diván del psicoanalista es el
Facebook, sin dudarlo, un diván espontáneo y gratuito, la terapia de la
verbalización y el psicoanálisis a través de la red.
Me propongo analizar, o por mejor decir, psicoanalizar tu
Facebook, siempre y cuando haya material para analizar, claro, eso es necesario
para poder llevar a cabo cualquier terapia psicoanalítica incluida ésta.
Seguramente a partir de ahora los que lean estas crónicas de
tu Facebook serán más conscientes del componente subconsciente de cualquier
Facebook, y de la declaración de intenciones subconscientes que contiene.
Facebook en el diván, tu Facebook en el diván, tú en el diván,
por fin el psicoanálisis más esperado, el de Facebook, el de tu Facebook.
Su luz impalpable dota al color del
cielo de una condición de eternidad.
El domingo pasado estuve en la
exposición que la Fundación Thyssen-Bornemisza dedica en colaboración
con la Fundación Caja Madrid al pintor ruso Marc Chagall.
En concreto visité la parte de la
exposición que se encuentra en la Casa de las Alhajas, en la Plaza de
San Martín, sede de la Fundación Caja Madrid.
Edificio singular para una exposición
singular, tanto el edificio como los cuadros expuestos son totalmente
atípicos.
Hacen juego el edificio y la pintura
expuesta, tienen un aire de otra época, entre tierno y anticuado, entre
infantil e ingenuo.
No podía haber mejor marco en Madrid
para exponer a Chagall que la Casa de las Alhajas de Caja Madrid.
Chagall y su tierna ingenuidad, su
mundo ya desaparecido de campesinos, torres de iglesias, burros,
tejados, novias, violines, gallos, carretas, bailarines, parejas de
enamorados, circo, ramos de flores.
Y todo mezclado, invertido,
desproporcionado, idealizado, imaginado, soñado, todo irreal, y por eso
mismo todo ello más real que una foto, con la realidad del
subconsciente, con la realidad interior que todos llevamos dentro, esa
realidad invertida que se refleja como en un juego de espejos en el
interior de nuestra alma.
El pintor del alma, Chagall, en
pintor de los campesinos, las sinagogas, el invierno, la nieve, el
pintor de Vitebsk, su ciudad natal, y el pintor también de los frescos
del techo de la Ópera de París, el Palacio Garnier, esplédida obra llena
de contrastes, estremecedora realidad que se impone con su sencillez
naif al barroquismo de Garnier.
Pintor colosal haga lo que haga, en
lo íntimo y en lo monumental, recomiendo ver la exposición.
Creo que el cuadro que he escogido es
buen ejemplo de lo que digo y que en este caso una imagen vale más que
mil palabras.
Por cierto, Chagall es un pintor que
levanta fobias y pasiones radicales e inamovibles por igual, o te
entusiasma o le aborreces, no hay término medio.
Prueba a contemplar su obra con ojos
limpios, déjate llevar, a ver qué sucede, a ver qué te sucede...
No pretendía fotografiar mi torso, por
una vez no era ésa mi intención, quería fotografiar solamente el frasco
de colonia que aparece en primer plano, Dior Homme, uno de mis regalos
de San José (el paseante se llama en realidad José, José Ramón) y, cosas
del enfoque, salió mi torso, como tenía prisa no repetí la foto y me he
visto obligado a publicarla tal cual, lejos de mi intención mostrarme
desnudo o querer alardear o presumir de mi físico, fijaros solamente (si
es que podéis) en la colonia, que es una delicia, es mi favorita.
Gafas de sol marca POLAR (55
euros, en El Corte Inglés).
Móvil Nokia modelo X2 (95 euros, en El Corte Inglés)
Cazadora de pana vaquera color crema guateada con cuello de cuero a
juego, bolsillos de parche y remaches metálicos, marca Diesel (no
recuerdo el precio, comprada en El Corte Inglés).
Modelo: José Ramón Carballo.
Peluquería y estilismo: el paseante.
Foto: el paseante (cámara 5 megapíxels). Copyrigth: en exclusiva para el blog de el paseante. All rigths reserved "the paseante".
Cuando mi abuela le veía en la televisión siempre decía lo mismo: ¡pero
qué majo es!
Cuando aparecía en "el parte", como ella llamaba a las noticias del
telediario, le quedó de la guerra lo del parte de guerra.
Mi abuela y el resto de mi familia habían pasado toda la guerra civil
en Madrid y lo pasaron muy mal, eran de derechas, para ellos la entrada
de Franco en Madrid fue una liberación.
Me parece estar viendo vuestras caras, vuestros gestos de sorpresa,
vuestras miradas de pánico, me parece estar leyendo vuestros
pensamientos que dicen:
"No irá este loco a hablar bien de Franco".
Tranquilos, el blog tiene vocación de universalidad y yo también.
Él y yo coincidimos cuando yo era muy joven aún, no me enteraba de
nada, si hubiera sido más mayor intuyo que no nos hubiéramos llevado
nada bien.
Aborrezco el pensamiento único y la represión vengan de donde vengan.
Además pienso que él me hubiera cerrado el blog, estoy seguro, y no
sólo lo hubiera cerrado sino que me hubiera metido en la cárcel por la
ley de peligrosidad social.
Franco fue parte del decorado sentimental de mi infancia y de mi
adolescencia.
En la clase del colegio había una foto de él junto a un crucifijo y a
un cuadro de María Inmaculada, era una foto imperial de él en colores
sepia, o tal vez era una foto de un cuadro, no lo recuerdo bien...
Al principio cuando era aún muy pequeño recuerdo que cantábamos el Cara
al Sol en el colegio por las mañanas a primera hora, de pie, en fila, y
con el brazo en alto.
Pero de eso hace ya tanto tiempo que apenas lo recuerdo...
Por cierto, el Cara al Sol me parece un himno precioso, igual que la
Internacional, me emocionan.
Pero hay que cantarlos con la mano o el puño en alto, se sienten más,
te llegan mejor al corazón, yo lo he hecho con los dos, con el Cara al
Sol sólo de niño y con la Internacional en alguna manifestación, pero
enseguida he sentido que los de alrededor me miraban raro, como si no
fuera uno de los suyos, y me he sentido extraño, creo que no puedo
llegar a ser tan rojo como para eso, me parece que van a llegar mi
abuela o mi padre por detrás y me van a bajar el puño.
He preferido escoger esta película, la más
comercial de Fassbinder, a otras más difíciles a priori para el gran
público, como pueden ser Querelle, La ley del más fuerte, Satansbratten,
Todos nos llamamos Alí, Las amargas lágrimas de Petra von Kant, o
Despair.
La película es la vida de
la protagonista desde el Berlín asolado por la guerra hasta el milagro
alemán.
Adenauer.
¿Pero quién fue Adenauer?
Un político, un estadista, al que le gustaba
sobre todo cultivar rosas en su jardín.
Adenauer, De Gaulle, Churchill, ya no existen estadistas de esa
talla, o mejor decir que ya no existen estadistas, pensemos en Merkel,
Sarkozy, y el inglés de ahora que no sé ni cómo se llama...
Adenauer y Petra von Kant.
Es fácil viendo esta película comprender por
qué razón la economía va mejor en ese país que en España.
Con sólo verla se explica todo.
Iniciativa, tesón, austeridad, eficiencia,
rigor, trabajo en equipo, sacrificio, solidaridad, compromiso...
Mejor no seguir, en mi opinión el mejor
programa político para cualquier partido en el momento actual es el que
se contiene en esta película, pero los políticos de ahora no deben ver
cine, o no este tipo de cine, desde luego.
De protagonista la actriz fetiche de Fassbinder Anna Schygulla,
que empezó con él, al igual que el resto de actores habituales de sus
películas en el grupo de teatro experimental Teatro Acción de Múnich.
Y se nota el oficio teatral-interpretativo
en las películas de Fassbinder.
Fassbinder
es el Almodóvar alemán, o mejor decir a la inversa, Almodóvar es el
Fassbinder español, porque Fassbinder es anterior.
Cine de culto, cine de autor, cine de ideas,
creativo, imaginativo, innovador, rompedor de tabúes, clichés, tópicos,
removedor de conciencias.
Cine,
por encima de todo, con mayúsculas.
Pues, eso, una película de Fassbinder, el Adenauer del cine
alemán.
Pero quién
pertenece a quién me pregunto, el perro al amo, o el amo al perro.
¿Quién manda
y decide?
El amo, el perro, los dos...
No es cuestión de mandar y
decidir, es cuestión de comprenderse.
Simbiosis perfecta entre el
hombre y el perro, el hombre se hace mejor a través del trato con el
animal, con su nobleza.
El trato con los animales nos hace enfrentarnos a
la verdad de los sentimientos desnudos, sin disimulos, aditamentos,
subterfugios.
El perro no finge, se muestra tal cual es en cada
momento, siente miedo, cariño, ira, pasión, debilidad, fortaleza,
duerme, come, sueña, bebe, pasea, corre, ladra, mira, observa, actúa...
El perro es,
como animal que es, un ser auténtico, y el hombre va perdiendo su
autenticidad según se va haciendo mayor, el aprendizaje es una especie
de desautenticación, el hombre se va programando a través del
aprendizaje para vivir en sociedad y se va separando de su verdadera
naturaleza, de los sentimientos primigenios, puros, de la verdad, de la
belleza, del amor.
El hombre se pierde entre la vida porque no vive
una vida auténtica, vive una vida de prisas, de ambiciones, de
fingimiento, de competencia, de esfuerzo permanente, de falta de
valores, una vida de mentira, falsa e hipócrita.
El perro le
recuerda quién es de verdad, me mira mi perro con esa mirada que parece
la eterna mirada de un ser vivo a otro ser vivo, en la cual se trasluce
la esencia del amor, y luego me da un lametón en la cara.
Yo le digo:
- Lobi, no
me chupes.
Y él me mira y me vuelve a dar otro lametón más fuerte aún y se
acurruca entre mis brazos para que le acaricie.
Tan tierno,
tan cariñoso, tan verdadero.
Él sabe que cuando yo le digo que no me chupe
en realidad quiero decir que lo haga una vez más, por lo menos...
La carta representa la
figura de un hombre de pie, situado frente a una mesa. Sobre la mesa se
encuentran copas, monedas y espadas. Él sostiene en la mano izquierda
una varita de madera (bastos). Lo que representa es que tiene a su
disposición los 4 elementos o los 4 palos de la baraja. Su mano derecha
está libre y colgada a lo largo del cuerpo. Su sombrero representa el
símbolo del infinito. Sus pies miran uno a la derecha y el otro a la
izquierda, es decir, uno mira al futuro y el otro al pasado. La mesa
tiene 3 patas, la tríada. La tierra es marrón, el trabajo. La cesta con
hierba, la armonía. Su cinturón divide el mundo en superior e
inferior. Los bastos representan al fuego, el poder mental, los oros
representan a la tierra y sus tesoros, las espadas al aire y la fuerza
para modificar las cosas, las copas al agua o el saber acumulado. Representa: El poder absoluto, la idea que todo está en sus
manos, que tiene todas las posibilidades de elección. El convencimiento.
Facilidad para empezar de nuevo las veces que haga falta. Representa a
un hombre joven con ímpetu y energía. Cabalística Representa a la letra hebrea aleph, al
planeta Mercurio y con el número 1. Esotéricamente Se asocia con el elemento Aire. con el
planeta Marte, con el signo de Aries. En numerología representa al número 1 : La unidad, el
principio de todo, el antagonismo, el principio activo de la unidad, la
inteligencia, el hombre.
Frágil, vulnerable, y bajo la
vulnerabilidad el dolor, el sufrimiento, la amargura, el desamparo, la
soledad.
Y por encima de todo una
fingida fortaleza, una supuesta invulnerabilidad, una supuesta
felicidad.
¿Y qué era real? ¿Que
era verdadero?
Tendemos a pensar
que lo oculto es lo verdadero, ¿y por qué ha de serlo necesariamente?,
tal vez no lo sea.
Todo provenía
del inconformismo, de la insatisfacción, de querer conseguir siempre lo
que no se tiene, de desear lo que no se ha alcanzado.
Si no nos quedamos junto a lo pequeño, lo
cotidiano, lo doméstico, si no nos quedamos junto a nosotros mismos, al
final lo grande nos aplasta.
Los
gigantes no están hechos a la medida del hombre, lo titánico es superior
al hombre y al final vence.
Y fue
vencida.
De una manera u otra,
la batalla, tarde o temprano, siempre se pierde, la muerte siempre
espera al final del camino, sea éste más largo o más corto, es una
cuestión de medir fuerzas, energías, cuanto antes se gasten, antes se
acaban y llega el final.
Y en el
momento en que nos damos por vencidos esto se termina.
¿Pero vencidos de qué?, me pregunto, ésa es
la clave tal vez, ¿vencidos de algo inalcanzable?, seguramente si
cambiamos el punto de mira conseguiremos alargar la vida.
Moraleja, fijémonos metas alcanzables,
porque sin coherencia, sin proyecto de vida, la existencia es una
existencia acabada.
El mal de los
tiempos modernos, tomar el camino del éxito y descubrir que el éxito no
existe.
Porque el éxito es ser
siempre nosotros mismos, nada más.
Hola Antonio Peñafiel: No nos conocemos de nada, y en comun solo
tenemos el ser lectores y participantes en el blog de El Paseante. Acabo
de leer tu entrada sobre la musica terapeutica. Y me he quedado
pensativo....muy pensativo. Y lo primero que me ha venido a la mente ha
sido pensar....que pena!!....algunos utilizan la musica como si fuera
una aspirina (..que sigo deprimido?..Mahler,..), o incluso como
competicion (...toco diez instrumentos de musica...gracias a la musica
que me permite demostrar que soy el mas rapido de los pianistas...).
Pero a la vez me resulta triste intuir que la gran mayoria de las
personas no saben disfrutar de la musica, porque el poder de la musica
no es sino un reflejo de nuestra mente, y la musica se percibe de forma
muy distinta segun la sensibilidad, la inteligencia y la imaginacion del
musico o del oyente. Un amante de la musica jamas diria eso de que....
siempre me quedará la música como refugio de la melancolía y recuerdo de
un pasado reciente... Más información...porque si es pasado ya no es un amante...seria un
ex-amante de la musica. Te recomiendo que dejes de utilizar la musica
como terapia y empieces a disfrutarla solo en presente. Para sacar el
mayor partido de la musica, creo que lo mas acertado es sentirse uno
como parte de ella...no a su lado ni tampoco como escuchante. Te
recomiendo que escuches " El Idioma de los dioses "..de Nach......Y si
te pone este tema...pasate a otro.."Pruebalo", de SFDK. Un saludo desde
Vigo
No le conocí, y sus libros me
fueron revelados tarde, el mismo año en que el poeta se vestía
definitivamente de fantasma. Una gran parte de su obra se me escapa,
sumergida en el balbuceo y en la neblina, pues los poemas traducidos no
son más que palomas de alas rotas, sirenas arrancadas de su elemento
natal, exiliadas en tierra extraña, gimiendo de añoranza. Apenas sus
obras en prosa, sus cartas, algunos versos escritos directamente en
francés y algunos relatos de personas que le amaron bastaron para
inspirarme una ternura infinita y fraternal hacia él, tan sólo
comparable a mi amistad con Virgilio. Pero el tiempo no es más que una
ilusión, y ya es algo que la balsa de un mismo siglo nos haya llevado
juntos: mientras que Virgilio se nos hunde en la polvareda de dos mil
años de crepúsculos, Rilke está todavía tan cerca que podemos amarlo
como a nosotros mismos. No basta con ser grande, con ser puro; si lo
queremos tanto es porque su miseria es casi la nuestra, y la suerte le
ha asignado la misma función infausta. Las soluciones que encontró para
su vida repartida entre la angustia y el respeto se cuentan entre las
que nosotros podríamos aceptar, y esta comunidad de peligro y de
soledad hace que su genio nos resulte un poco menos extraño.
El profundo Virgilio nos hace
soñar con las plantas nocturnas que crecen silenciosamente bajo los
rocíos lunares, con la melancolía de los frutales corrompidos por el
otoño, con el destino dorado de las abejas y de los astros. También
Rilke tiene sus frutales, sus astros y su Orfeo. Pero la verdadera
patria del joven Malte no son los Campos Elíseos de Gluck, sino el país
enfermo y gris donde el ajusticiado se consuela con la esperanza; es
París, es Praga, Purgatorios pensativos.
La luz tenebrosa que invade la habitación de la
calle Toullier es la de un alba aún pálida por haber atravesado la
noche, y la manzana de Cézanne hace que los árboles del huerto de Muzot
se inclinen bajo su peso tranquilizador y triste. Extrañas manos, como
esas que Rodin jamás se cansó de modelar, frecuentan los pasillos de
esta obra crepuscular como la mañana, y que parece dictada en la hora
en que los fantasmas palidecen. Si este poeta, acostumbrado a las
visitaciones angélicas se consideró insustancial, humilde, despojado
hasta la transparencia, es porque se sabía nacido para transmitir, para
escuchar, para traducir, arriesgando su vida, esos secretos mensajes
que las antenas de su genio le permitían captar; encerrado en su
cuerpo, como un hombre que escucha en un navío que naufraga, mantuvo
hasta el final su contacto con ese lugar misterioso de emisión, situado
en el centro de los sueños.
Respeto hacia los hombres, respeto hacia sus almas invisibles o, tan
rara, tan patéticamente adivinadas; respeto hacia sus tristes cuerpos
que ellos mismos apenas respetan, contentándose con cuidarlos,
torturarlos o negarlos. Respeto hacia las cosas, de las que los hombres
abusan con mayor inconsciencia si cabe, y a las que tratan peor de los
que su corazón les diría. Respeto hacia el silencio, lleno del
presentimiento de voces futuras; respeto hacia el pasado, que sigue
presente como la huella que deja el anillo desaparecido en el joyero, y
respeto hacia el instante presente, que pronto irá a añadirse al
pasado, atraído por la imantación del tiempo. Respeto hacia los
ángeles, que son nuestros guardianes y tal vez nuestras almas; respeto
también hacia nuestros demonios, que son la sombra que nuestros ángeles
proyectan. Respeto hacia Dios, aunque no exista, pues no existir no es,
después de todo, más que una manera algo más noble y más pura de ser, y
porque le poseemos al menos en forma de deseo y de espera. Respeto
hacia el amor, que hombre y mujeres no respetan por el miedo que tienen
a ser dignos de él. Respeto hacia la muerte, que es el fruto de
nuestra vida y casi su hija. Rilke respetó todas estas cosas y dedicó
su existencia a venerarlas poniendo sobre ellas unas manos cada vez más
temblorosas, pero que, como las de un amante, sólo tiemblan a fuerza
de atrevimiento. En una época en la que morimos de sequedad desdeñosa
y de indiferencia grosera, Rilke es el único poeta a quien cosas y
seres entregaron sus secretos supremos, por haber sido él el único en
comprender la necesidad de arrodillarse. No dispone de los dones
del visionario, como Blake, o del nigromante, como Swedenborg, o del
brujo, como el viejo Goethe; no posee el extraño magnetismo telúrico
que hace de la obra de Mann la mayor reserva de fuerzas elementales; ni
tampoco tiene entre sus dedos los utensilios cortantes y curvos de
Proust. Del fondo de tanta desnudez y de tanta soledad, los privilegios
de Rilke y su mismo misterio, son el resultado del respeto, de la
paciencia y de la espera con las manos juntas. Un buen día, esas manos,
doradas por el reflejo de no sé qué cielos desconocidos, se separaron
por sí mismas, semejantes a la cáscara frágil y perecedera de un fruto
formado en la profundidad de esas palmas y del que nunca sabremos si se
debe más a la luz que le ha madurado o a la profundidad de la que ha
salido.
En Roma, una tarde de Navidad
que recuerda e iguala a la mañana de Pascua del primer Fausto, Rilke
escribía a un joven poeta para aconsejarle que fuera grande, y para
consolarle por estar solo. Entre los compañeros dispuestos a probar
nuestras soledades, enumeraba a Dios, y también a la primavera, y a la
infancia, y sobre todo al viento “que pasó sobre los árboles de
numerosos países”. El recuerdo de Rilke se ha vuelto semejante a
esa brisa que de nuevo abre, como una rosa de Jericó, el corazón árido
de los solitarios. Porque él fue triste, nuestra amargura es menos
grande; porque él vivió sin seguridades, nosotros estamos menos
inquietos; porque él estuvo solo, nosotros nos sentimos menos
abandonados. Diez años hace ahora que Rilke entró en esa tierra en
la que el sepulturero de sus cuentos esperaba ahondar lo suficiente
como para encontrar a Dios, y ya la obra de este poeta ha adquirido un
rostro de Ángel y aporta a los desdichados el refrigerio de sus propias
lágrimas.
Como
estaba diciendo, al sonar el despertador se interrumpió mi sueño,
soñaba con que estaba condenado a muerte por Franco que había resucitado
y no le había gustado el contenido del blog, con lo cual me había
encarcelado y condenado a muerte, cuando el carcelero me traía la copa
de cicuta, igual que le pasó al gran filósofo Sócrates, para que me la
bebiera, y después de haber pasado toda la noche dialogando con los
seguidores de mi blog, entonces, sonó el despertador, me desperté y se
interrumpió el sueño, ¿qué iba a pasar después me pregunté? ¿me quedaré
sin saberlo?
A la noche siguiente volví a retomar el sueño, y entonces
descubrí que después de beber la cicuta me fui al lecho que estaba
preparado en la celda, me tumbé y lentamente noté cómo la muerte iba
ascendiendo desde las piernas hacia arriba a través de mi cuerpo, en el
momento último sólo me quedaba ya el pensamiento, y entonces, sólo
entonces, antes del momento final, entonces, digo, fui consciente de que
mi alma era mi blog.
Mis seguidores lloraban mi pérdida
desconsoladamente y yo les dije:
"No os preocupéis por mí que yo
allá arriba estaré mejor, y no os lamentéis tanto por mi pérdida porque
os dejo el legado supremo de mi blog".
Y mi alma abandonó mi cuerpo y
subió a los cielos donde habitará por siempre, y mi blog quedó en la red
donde habitará por siempre a disposición de seguidores, iniciados y
discípulos.
Un conocidísimo banquero español, cuyo nombre no puedo desvelar, y menos
por escrito, en un medio tan leído como el blog de El Paseante, lleva
acudiendo desde hace más de un año a la consulta de un amigo mío,
psicoanalista de prestigio.
Mi amigo se encontraba un buen día tomando café en una
terraza acristalada del Paseo de Recoletos de Madrid, cuando al ir a
pagar observa que otro cliente del café está con el camarero
disculpándose porque al parecer había olvidado la cartera con el dinero
en su despacho. Mi amigo el psicoanalista se acerco y se ofreció a
abonar su café y el del otro cliente. Éste le dio las gracias y se
disculpo por el olvido de su cartera. Y antes de abandonar el salón del
café, intercambiaron las tarjetas profesionales y se despidieron muy
educadamente. Mi amigo le entrego su tarjeta donde se
lee...psicoanalista, y la dirección de su despacho profesional. El
banquero le entregó otra tarjeta donde simplemente aparecía su nombre y
un teléfono, ni una dirección ni una sola referencia a su actividad
profesional. Mi amigo, a pesar de que es muy despistado, enseguida se
dio cuenta de que se trataba de uno de los más conocidos banqueros de
España.
Una vez llegó al despacho, mi amigo se puso cómodo y
la secretaria le paso una hoja con la lista de pacientes para esa misma
tarde. Solamente un paciente y cuatro horas por delante. Qué flojo está
este mes...pensaba el psicoanalista, mientras miraba las piernas de su
secretaria. Tras manosear la tarjeta que le dio el banquero, y sin
pensárselo dos veces, le llamó por teléfono....Hola, soy el que le ha
pagado el café, hace menos de una hora....El banquero le contesta...pues
yo acabo de llegar a mi casa, dando un paseo por la Castellana,
aprovechando el día tan estupendo. Por cierto...continúa el
banquero...me gustaría hablar con usted que es psicoanalista....nos
vemos hoy a cenar?....claro, sin ningún problema. Y quedaron citados a
las 10 en la misma terraza del Paseo de Recoletos.
Desde ese mismo día es su paciente y continua
siéndolo.
Y de que temas le habla el banquero???.....básicamente
de la pérdida de identidad personal, profesional y hasta sexual.
Verdaderamente usted tiene un problema muy serio....le
reitera el psicoanalista constantemente.
Al parecer el banquero ha vendido todas las
propiedades, las del banco y las suyas. Ya no acude a conciertos ni a
lugares públicos de esparcimiento, ni siquiera al palco del Real Madrid.
Huye de conferencias y de la prensa. Y peor aún....se ha hecho asiduo
de un travesti, con quien mantiene una ilícita relación turbulenta desde
hace varios meses.
Y por si fuera poco el problema del banquero, las
noches las pasa con pesadillas, ni putas ni copas....sólo con
pesadillas...muy pesadas de llevar, para alguien que lo tenía todo a sus
pies. Y qué sueña el banquero todas las noches?....Pues sueña que no
posee ya ninguno de los emblemáticos edificios de la capital.....sueña
que todos los días alguien le tiene que pagar el café, porque su dinero
ya no sabe dónde está, o al menos cree que está tan lejos que para pagar
un café no le compensa volar tan alto. Sueña con que todos le espían
para enterarse dónde tiene sus ahorrillos. Sueña con los políticos
llamándole a diario para que les preste algo a cambio de un futuro más
relajado. Sueña con el fin del negocio bancario y el inicio de otro
negocio, llamando a sus puertas, pero cuyo nombre ignora.
El pobre banquero está tan perdido....que hasta ha
cambiado su título de banquero por el de BANKERO.........antes se
escribía Banco...ahora BANKIA...... Son los OKUPAS de esta nueva era .
La C era de otros tiempos....Consejeros....Capital....Cuenta
Corriente..... La K despista mas.....parece menos elitista y más del
pueblo....léase....Kafe, Kentucky Fried Chicken, Kinepolis, Kutxa, Ki Ki
ri Kiiiiii !!!!!!
De dónde viene el olor de las flores
Me pregunto si su esencia es verdadera
O si sólo se trata de una ilusión
Atardecer de primavera, cae la luz sobre la plaza
Se despide de nosotros el sol y sale la luna
Entretanto las flores esparcen su aroma de eternidad en el aire
El aire tibio y fresco, con una calidez aún de sol y una frialdad ya
casi de luna
Anochece tiernamente sobre Madrid, y la noche acuna como en una nana a
la ciudad
Se balancea el aroma de las flores por entre las calles que van a dar a
la plaza
La plaza que se despide de la luz, de la última luz de la tarde
Tímidas, las farolas comienzan a lucir una a una
Como si un farolero invisible las fuera encendiendo
El farolero de mi imaginación llega cada noche a la plaza
Revisa que todo está en orden
Las flores en sus puestos, la fuente manando agua, Tirso de Molina en su
pedestal,
Los yonquis en su banco, los niños en sus juegos, los ancianos en su
charla
La plaza se expande como en una armonía musical
Como si cantara o tocara una preciosa canción
Que el aroma de las flores llena de notas musicales, a veces dulces
acordes,
Otras veces disonancias y estridencias sin armonía
Pero al final todo queda dentro de la elipse de la plaza que es como un
diapasón
Y suben volando las palomas agitadas súbitamente hasta el cielo
Y los pequeños gorriones aprovechan para comerse las patatas fritas
Que caen de las mesas de las terrazas de verano
¿De verano?
De verano, sí, de este verano prematuro
De final del invierno
Y comienzo de primavera
Te quiero plaza, no sé si ya te lo he dicho pero te lo repito
Y te quiero Madrid
No podría ya vivir ya lejos de ti
La
palabra sadomasoquismo ha sido utilizada en el estudio de la sexualidad
para describir dos formas combinadas de perversiones, y fue aceptada
por el psicoanálisis para señalar la conexión entre el conflicto
interno de dominio y sumisión y la necesidad de la persona de auto
castigo.
El término perversión para Freud no tiene el
significado que usualmente se le da a esa palabra, sino que comprende
toda conducta desviada del acto sexual normal, entendiendo por normal
el coito propiamente dicho, o sea con la introducción del pene en la
vagina.
Aunque los términos sadismo y masoquismo parecen indicar lo contrario,
en realidad se complementan y tienen una función en las relaciones.
Freud dice que la inclinación a causar dolor o maltratar a la pareja es
la más habitual y primordial de las perversiones.
Se trata del placer y la crueldad de provocar sufrimientos y a la vez de
sufrir todo tipo de sometimiento y humillación.
El origen del sadismo, según Freud, se puede encontrar en el individuo
normal, ya que la mayoría de los hombres se comporta usualmente de una
forma agresiva y con la intención de dominar en el acto sexual.
Esta conducta puede tener una base biológica para superar la resistencia
del objeto sexual. Freud denomina objeto a toda persona que provoca
atracción sexual. El sadismo, por lo tanto, sería la forma exagerada de
la conducta activa normal.
Con el masoquismo ocurre lo mismo, ya que se relaciona con el excesivo
comportamiento pasivo de la conducta sexual normal.
Es habitual que el masoquismo sea un correlato del sadismo, orientado
hacia si mismo.
El estudio clínico de casos límite de perversión sadomasoquista revela
la existencia de una predisposición a la pasividad y una fijación
relacionada con el complejo de castración y la conciencia de culpa.
El dolor que hay que vencer representa, la resistencia frente a la
libido, mientras antes era el asco y la vergüenza.
Freud dice que la trayectoria de la humanidad nos muestra que la
crueldad ha estado íntimamente relacionada con el instinto sexual,
realidad que algunos autores explican como un residuo de los arcaicos
placeres caníbales.
Por otro lado, otros proponen que cada padecimiento incluye en sí la
posibilidad de causar placer.
El hecho más significativo de esta perversión es que ambas formas, tanto
la activa como la pasiva, aparecen siempre juntas en la misma persona.
O sea, que el que siente placer en causar dolor en la relación sexual,
tiene también la capacidad de disfrutar del dolor y del placer en esa
relación.
Lo cierto es que la relación entre sadismo y masoquismo es tan estrecha
que no pueden estudiarse sus causas ni sus manifestaciones en forma
separadas.
El sadismo parece ser anterior al masoquismo, o sea la tendencia a
agredir a otro y causarle daño y dolor pero sin conexión con el placer
sexual.
El sadismo no relacionado sexualmente corresponde al instinto de
dominio. En tanto que el masoquismo es el retorno de esa agresividad
hacia el sujeto, seguramente por los sentimientos de culpa que provoca
esa conducta, transformando al mismo tiempo su actitud activa en
pasiva.
Recién adquiere un significado sexual cuando se asocia al impulso sexual
y el hecho de causar dolor se transforma en una de las características
del acto sexual.
El sadomasoquismo es común en las neurosis obsesivas en que el trauma es
provocado por una fijación en la etapa sádico anal del desarrollo
psicosexual .
Es evidente que las personas se relacionan con quienes puedan satisfacer
sus necesidades primarias y es probable que esta condición las incline
siempre a vincularse afectivamente con parejas con tendencias
agresivas y violentas de las cuales les resulta muy difícil separarse.
Junto al placer que produce el sufrimiento que le inflingen sienten
también el gozo de satisfacer su necesidad de castigo.
Fuente: Obras Completas
de Sigmund Freud, Tomo II, Tres Ensayos para una teoría sexual.
Llevados por la
inseguridad y desconfianza en nuestra capacidad de ser aceptados tal
como somos, podemos caer en la tentación de adornar aquí y allá nuestra
historia y nuestras habilidades de forma que causemos una impresión
favorable en las demás personas. Un ladrón podrá aseverar más robos de
los que realmente ha hecho si tiene que presumir delante de los
compañeros carcelarios, o se pueden haber realizado más proezas sexuales
de las habidas entre un grupo de hombres que se retan en su capacidad
viril, o una madre puede hacer que su hijo mejore las notas y apruebe
cursos con fin de que aparezca como una madre exitosa con un hijo bien
educado.
Mentir es un recurso
fácil de valer sin tener que pasar por esfuerzos ni penurias, aunque el
precio que se corre es la posibilidad de ser descubierto. En esto
sucede algo similar a la persona que lanza rumores falsos para disminuir
a las personas que envidia: puede ser descubierto y la conducta
desvelada, ir en su contra desprestigiándolo ante a los que quería
influir.
Mientras que la
persona sincera no tiene que vigilar la versión que da de sus anécdotas y
los episodios vividos, porque los transcribe al dictado de su memoria,
en cambio el mentiroso debe controlar qué versión da de su historia,
para que resulte coherente con la escuchada por cada persona ante la que
ha presumido.
Cuanto
más se cae en la tentación de mentir más difícil es controlar la
abundante base de datos de las versiones dadas y más imposible resulta
comentar, repetir o seguir con coherencia lo novelado, de forma que los
detalles chirrían y de pronto un personaje famoso es novio de una prima
mientras que antes lo era de una hermana, estuvimos dos años estudiando
en el extranjero mientras que esos mismos años estudiamos un Master de
prestigio en la localidad donde vivimos, conocemos a quien luego resulta
que no nos conoce, etc. .
El hábito se mentir se puede transformar en un
trastorno de la personalidad que podríamos llamar 'seudologia
fantástica' que es una compulsión a imaginar una vida, unos
acontecimientos y una historia en base a causar una impresión de
admiración en losespectadores.
Este afán por impresionar esta
basado en la imperiosa necesidad de resultar valiosos e geniales por
medios tramposos ya que por los naturales de la simpatía y ser
espontáneos dudamos el poder conseguirlos.
Refleja, por un lado, la ambición
de ser dignos de amor y"ojito
derecho"de los demás
como antes de ser destronamos por el proceso de maduración lo éramos de
los padres; por otro lado, se pone de manifiesto nuestra profunda duda
de no ser dignos en base a la distancia, la dureza, el aislamiento y la
falta de adaptación que sufrimos, que asemejan pruebas de algún tipo de
minusvalía.
El
mentiroso fantasioso coge el atajo de robar atención y aprecio por la
vía del fácil engaño (las palabras son cómodos sustitutos de los hechos)
en vez de por su Ser-sincero, tal vez mucho mas modesto de lo que su
ambición soporta.
No se
conforma con ser una persona cualquiera -tal vez se vería a sí misma con
excesivo desarraigo-, sino que desea ser siempre una personalidad de
primera magnitud, de esas que los demás admiramos embelesados y
envidiosos.
También
mintiendo sobre lo que hacemos llevamos a cabo algo que proporciona un
pequeño resto de placer que nos da una migaja de lo que nos gustaría.
Imaginando que somos ricos, que seducimos a las personas más bellas,
sentimos un gusto que el disgusto de ser sólo fantasías no acaba de
eliminar y que puede convertirse en deleitoso manjar para satisfacer
necesidades que esta forma engañosa nunca realmente será completa, pero
que a base de engaño tras engaño, fantasía tras fantasía nos hace sentir
el sueño tan real que casi lo podemos creer.
Lo que nos gustaría hacer, lo que
en ensueños nos prometemos, lo que según nuestros cálculos inflados
seguramente nos pasará puede hacernos correr tanto en el tiempo que
disfrutemos precipitadamente de lo que todavía no somos, y ello nos
prepara mal para el naufragio de nuestros ilusiones durante el
transcurso despiadado de la vida. Este tropiezo no le sucede a quien su
mirada alcanza al escalón de arriba sólo cuando ha mirado bien que ha
subido el actual.
El
problema del pseudólogo es que para mentir tanto y que no se note ha de
hacer lo mismo que un actor que representa un personaje y quiere
resultar creíble: esforzarse tanto, como si uno fuera esa persona
inventada, que realmente uno se confunda y olvide de quien es realmente.
El personaje suplanta al yo, con
lo que su personalidad se instala en una base inauténtica muy peligrosa,
porque los halagos, impresiones y valoraciones que arranque a los demás
con sus tretas, en realidad nunca los podrá saborear, porque sabe que
no están dirigidos al Yo auténtico, sino al falso, con lo cual no logra
sentir lo que le gustaría sentir: sus dobles vínculos impiden que los
placeres le lleguen.
Como la
sed de mérito nunca se sacia por este procedimiento cada vez está la
persona más descarriada e insatisfecha y más encuentra motivos para
curarse con la medicina que le agrava.
Lo que debe plantearse el mentiroso es su
misterioso desánimo, la progresiva languidez que simular produce en él.
Su afán de caer bien produce el efecto contrario de que los demás se
decepcionen, se sientan despreciados y se disgusten, generando una
profunda desconfianza muy difícil de superar (piénsese por ejemplo lo
difícil que es olvidar que tu pareja te ha engañado, o te miente
sistemáticamente).
La cura
del mentiroso es sustituir la mentira por la búsqueda de la excelencia.
Reconociendo su necesidad de brillo y atracción dedicarse con firmeza a
mejorar sus méritos verdaderos (profesionales, de cultura, relaciones
interesantes, etc.) con suficiente persistencia (porque si ha caído en
la mentira es por impaciencia) y seguridad (garantizando con pruebas
evidentes las suposiciones).
Jugar limpio, ser
naturales, es el mejor camino para ser aceptados por los demás. Lo
primero es que nos acepten aun siendo humildes y mediocres. Una vez
conseguida esta aceptación básica entonces se pueden intentar el asalto
al mérito, que ya no será un mérito agresivo (de esos que aunque la
persona valga mucho nos da igual porque nos cae antipática) sino un afán
de darnos más, de buscar una mayor cualidad, de jugar más fuerte, una
activa entrega para participar, colaborar, sugerir y animar la vida
familiar, los equipos de trabajo, los grupos de amigos o la excelencia
profesional.