Yo creo que soy de las personas más solitarias del mundo, totalmente en serio. Pero he conseguido hacer de mi soledad mi vida entera. No sabes la fortaleza que te da.
Cuando veo que la gente sufre por problemas de pareja, de familia, de simple amistad, yo me siento como que lo veo desde mi trono. Realmente me creo que soy un rey, divisando desde arriba los problemas vulgares de la gente, porque realmente me parecen vulgares, sin sentido la mayoría de ellos.
Solo me identifico con el resto de la sociedad en la enfermedad y en la muerte, ni en trabajo, ni en los sentimientos, ni en el día a día me reconozco entre los demás.
Pero realmente mi situación de soledad me hace tremendamente feliz. No podría compartir mi vida ya que perdería casi toda la estabilidad emocional que he venido labrando durante los últimos quince años.
Pero bueno, mi sensación de felicidad no es algo que pueda exportar a otros, ni tengo la receta. Ha sido un autoconvencimiento a través de los años lo que me ha dirigido hacia mi estado actual.
Tu fragilidad emocional y de sentimientos te va a traer muchos disgustos, tantos como personas que te rodean. Si las perdieras a todas por un terremoto o por el ebola, verías como tu fortaleza tiraría de ti hasta lugares insospechados.
Ayer me enteré que una pareja de Madrid con quienes tuve mucha amistad, acaban de romper después de 23 años juntos, me da mucha pena por ellos, pero a la vez veo totalmente absurdo el sufrimiento que les espera, qué estúpidos somos los humanos. Yo ayer quité los huevos que estaba incubando durante más de un mes mi gallinita,
que estaba obsesionada con sus futuros pollitos, sus hijos, y da gusto contemplar que ni llora ni cae en estado de depresión como los humanos. La tragedia que sería para una madre como dios manda.
Si aprendiéramos más de la naturaleza, otro gallo nos cantaría.
La cabrita loca
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