domingo, 4 de noviembre de 2012
Decíamos ayer. La erección de los miércoles y otras historias. Noviembre 2011 (4).
viernes, 11 de noviembre de 2011
Oda al pene y oda a la vagina (por fin juntos...)
Oda al pene
¡Oh pene! Me pregunto qué tamaño tendrás
¿Serás grande o pequeño serás?
No sé muy bien ya qué esperar
Porque nunca tu dueño palabra dirá
No se vislumbra tu tamaño de lo tapado que vas
No se nota tu estado por prudencia de mirar
Pero siempre estás presente si junto a ti se está
Y siempre de ti emana un gran bienestar
Es tu potencia un misterio que nunca se descubrirá
es tu suavidad, tu ternura, algo que prueba necesitará
Pero asusta tu bravura, tu dureza y tu verdad
Siempre cierta tu embestida, un buen día se disparará
Todo el mundo se pregunta cuándo esa joya verá
Si será pronto o tarde, y si la disfrutará
Parece difícil conseguirlo pues propietaria tiene ya
Se llama Vagina y feliz junto a él siempre estará
Oda a la vagina
Cierro los ojos y con el deseo logro imaginarte ya
Eres apretada, coqueta, tierna y siempre preparada estás
Dime si no es cierto que siempre dispuesta te sentirás
A la llegada del pene por delante y por detrás
Cierro los ojos y te imagino funcionando ya
Menudo meneo que a la succión el movimiento da
Esperas siempre que la intensidad suba más y más
Y al final termina todo de manera sobrenatural
Te gusta que te acaricien, que te chupen y que te penetren ya
Poco te gusta cuando quieres que te hagan esperar
Y si en ese momento encuentras a la buena verga bien plantá
Allá te encaramas, te subes, te elevas, para hacerla estallar
Cuando todo termina parece como si nada se esperara ya
pero a veces queda un rescoldo, alguna lumbre que encendida está
y aunque no te apetezca apagarla no te queda más que aceptar
terminar tu trabajo es el pago que a un buen polvo se debe dar
José Ramón Carballo.
Noviembre 2011.
El abrazo. Gustav Klimt. |
¡Oh pene! Me pregunto qué tamaño tendrás
¿Serás grande o pequeño serás?
No sé muy bien ya qué esperar
Porque nunca tu dueño palabra dirá
No se vislumbra tu tamaño de lo tapado que vas
No se nota tu estado por prudencia de mirar
Pero siempre estás presente si junto a ti se está
Y siempre de ti emana un gran bienestar
Es tu potencia un misterio que nunca se descubrirá
es tu suavidad, tu ternura, algo que prueba necesitará
Pero asusta tu bravura, tu dureza y tu verdad
Siempre cierta tu embestida, un buen día se disparará
Todo el mundo se pregunta cuándo esa joya verá
Si será pronto o tarde, y si la disfrutará
Parece difícil conseguirlo pues propietaria tiene ya
Se llama Vagina y feliz junto a él siempre estará
Oda a la vagina
Cierro los ojos y con el deseo logro imaginarte ya
Eres apretada, coqueta, tierna y siempre preparada estás
Dime si no es cierto que siempre dispuesta te sentirás
A la llegada del pene por delante y por detrás
Cierro los ojos y te imagino funcionando ya
Menudo meneo que a la succión el movimiento da
Esperas siempre que la intensidad suba más y más
Y al final termina todo de manera sobrenatural
Te gusta que te acaricien, que te chupen y que te penetren ya
Poco te gusta cuando quieres que te hagan esperar
Y si en ese momento encuentras a la buena verga bien plantá
Allá te encaramas, te subes, te elevas, para hacerla estallar
Cuando todo termina parece como si nada se esperara ya
pero a veces queda un rescoldo, alguna lumbre que encendida está
y aunque no te apetezca apagarla no te queda más que aceptar
terminar tu trabajo es el pago que a un buen polvo se debe dar
José Ramón Carballo.
Noviembre 2011.
jueves, 10 de noviembre de 2011
Mis compañeras de trabajo son un filón.
Claudia Cardinale y Alain Delon en un fotograma de "El Gatopardo" de Luchino Visconti. |
Son en general jóvenes, o lo parecen, casadas o solteras, con hijos o sin hijos, pero todas sin excepción bastante atractivas y bien vestidas, vienen siempre a trabajar muy bien arregladas, sin estridencias, elegantes, cada una con su estilo propio muy ceñido a su personalidad.
Como diría Proust estoy "A la sombra de las muchachas en flor", nunca mejor dicho, porque son como bellas flores que además siempre van deliciosamente perfumadas, en el trabajo estoy rodeado de flores, a cual más hermosa.
Es una característica propia y sui géneris de esta oficina, la belleza de sus mujeres.
Además son listísimas, nos dan sopas con ondas, como suele decirse, a los hombres.
Estoy feliz entre tanta inteligente y elegante belleza.
Uno puede recrear en ellas no sólo la vista sino el pensamiento.
A veces me siento un poco zafio, como un poco rufián, ante ellas, son tan delicadas, pero en el fondo sospecho que están todas secretamente enamoradas de mí, tal vez porque me gustaría que así fuera aunque no lo estén seguramente en absoluto.
Me tratan con cariño y afecto, como si fuera un marido distraído o un niño remolón, que es lo que soy, y me explican las cosas como unas madres pacientes y bondadosas cuya misión en la vida sea precisamente ésa, ayudarme.
Estoy feliz en medio de este jardín de bellas flores, y me paso el día recreándome entre sus colores, sus olores, y sus variadas formas.
Un beso cariñoso queridas compañeras de trabajo,
El paseante.
Noviembre 2011.
La elegancia.
Desde siempre la verdadera elegancia ha sido cosa europea, y más en concreto algo unido a la ciudad de París donde comenzó la moda tal y como hoy la entendemos, es decir, como tendencias que se extienden a todo el mundo, los grandes modistos de alta costura son, desde siempre, franceses, o adoptados franceses, París es el lujo, el glamour, el buen gusto, el refinamiento, desde los tiempos prerrevolucionarios de Luis XVI y María Antonieta.
También está Roma, pero en segundo lugar, y Londres en cuanto a moda masculina, de ahí la foto del máximo exponente que la moda masculina ha tenido, el Duque de Windsor, creador de tendencias dentro de la moda masculina que aún perviven, inventadas por él, por su instinto de elegante caballero que se atrevía a crear combinaciones, diseños y colores hasta entonces impensables.
La elegancia es un arte, un ceremonial, una deferencia hacia los demás, nos ponemos atractivos para gustar, para resultar agradables a los ojos de los demás, es como nuestra tarjeta de visita, nuestra primera imagen dice mucho de nosotros, sobre todo si hemos logrado dar con nuestro estilo propio, es decir, aquel que surge espontáneamente de nuestra personalidad.
La elegancia es sencillez, es ser reconocido entre los demás como alguien único y al momento pasar desapercibido. El buen gusto es algo invisible.
Por último decir que en cuestiones de moda también está New York, allí se puede comprar todo, pero New York es capital de la moda por el poder del dinero y no por el poder del buen gusto.
El paseante dixit.
Me he hecho amigo de la señora de la limpieza.
La señora de la limpieza de mi planta ha aparecido por
mi despacho a primera hora de la tarde, se ha parado en la puerta con la
balleta colgando de la mano, me ha mirado desafiante y me ha dicho:
- ¿Y a ti qué te pasa que estás siempre tan callado?
Está claro que no todo el mundo tiene el mismo concepto de mí, para el camarero de la churrería soy un "políglota", y para la señora de la limpieza estoy muy callado, todo depende.
Después de un titubeo por mi parte (no sabía si me iba a pegar con la balleta), se ha distendido el ambiente, yo he sonreído con una risa nerviosa de conejo, ella ha soltado una carcajada salvaje y me ha dicho mientras lanzaba la balleta hacia atrás:
- Carballín, Carballín, que te tengo calado..., ya hablaremos...
Y se ha marchado.
Tengo susto, tanta familiaridad no sé en lo que puede acabar.
Os seguiré informando.
Abrazos,
El paseante.
Fotograma de la película "Todos nos llamamos Alí" de Rainer W. Fassbinder. |
- ¿Y a ti qué te pasa que estás siempre tan callado?
Está claro que no todo el mundo tiene el mismo concepto de mí, para el camarero de la churrería soy un "políglota", y para la señora de la limpieza estoy muy callado, todo depende.
Después de un titubeo por mi parte (no sabía si me iba a pegar con la balleta), se ha distendido el ambiente, yo he sonreído con una risa nerviosa de conejo, ella ha soltado una carcajada salvaje y me ha dicho mientras lanzaba la balleta hacia atrás:
- Carballín, Carballín, que te tengo calado..., ya hablaremos...
Y se ha marchado.
Tengo susto, tanta familiaridad no sé en lo que puede acabar.
Os seguiré informando.
Abrazos,
El paseante.
El querido amigo julio y la sombra del blog.
Gary Oldman en un fotograma de la película Drácula de Francis Ford Coppola. |
Julio es la cara oculta del blog, su diablo cojuelo, su ave rapaz, su punto de inflexión, su contrapunto, su verso suelto, su nota disonante.
Es el otro principal hacedor del blog, sus comentarios y entradas, sus artículos, son, ante todo, brillantes, oportunos, ingeniosos, profundos, amenos y esenciales.
Gracias Julio por tu colaboración, tu apoyo y tu amistad, creo que sin tu ayuda el blog no sería igual.
Recibe un fuerte abrazo,
El paseante
Ganar las elecciones es una cuestión de tupé.
Me gusta poner en el blog imágenes bellas, cuanto más bellas mejor, pero no siempre es posible, creo que ésta es un buen ejemplo de imagen bella y que transmite buena energía, se trata de una boda, la de Kennedy y Jaqueline Bouvier, más tarde Jacquie O., de la que ya hemos hablado en el blog con anterioridad, es el efecto caleidoscopio de la sociedad, del que habló Proust, Jacquie reaparece una vez más, y no será la última seguro.
Son jóvenes y guapos, parecen ser felices, luego se irían complicando las cosas, sobre todo para él, estaba en el punto de mira, ella, pese a todo, supo rehacer de una u otra forma su vida, y la rehizo a lo grande.
Digresiones aparte, la foto la he escogido por el tupé tan espléndido de Kennedy, sólo es comparable al de Elvis, bueno, es la época del tupé, y el tupé le hizo ganar las elecciones frente a Nixon, que no tenía tupé, obvio.
El tupé, en mayor o menor grado, es la imagen de la juventud, la energía, la fuerza, el optimismo, la entrega a una causa, y Kennedy lo tenía, Nixon a su lado estaba acabado, aunque luego resurgiría por no aceptar que estaba acabado, y acabara como acabó, valga el juego de redundancias.
Todo esto viene un poco a cuento de nuestros políticos patrios y sus tupés, porque aquí rige la misma regla que en USA, si no tienes tupé en política no tienes nada que hacer.
Para la entrada que dedico tan cariñosamente a Rubalcaba (soy un gran aficionado al teatro y sé valorar a un buen actor), inténté denodadamente encontrar una foto "bella" dentro de las posibilidades, y ha resultado tarea harto difícil, encontré la que encontré..., sobran las palabras, como diría Joaquín Sabina.
Rubalcaba es el antitupé, y así no se ganan unas elecciones, recordemos los espléndidos tupés de Suárez y González, incluso el abundante flequillo de Aznar, y el medio tupé en retirada de Zapatero, nuestros expresidentes, todos, han tenido tupé en mayor o menor medida, y además han tenido un punto de gracia, salero o atractivo personal, de personalidad propia, natural y espontánea.
El teatro está bien sobre un escenario pero tanta "habilidad", tanta treta, tanto escenario fuera del escenario, yo creo que al electorado no convence.
Quieras o no, el político debe ser natural, con defectos o virtudes pero natural, al final en política la artificialidad se paga en las urnas.
Y el tupé también, claro.
El paseante.
10 de noviembre de 2011.
Love me tender.
Love me tender,
love me sweet,
never let me go.
You have made my life complete,
and I love you so.
Love me tender,
love me true,
all my dreams fulfill.
For my darlin' I love you,
and I always will.
Love me tender,
love me long,
take me to your heart.
For it's there that I belong,
and we'll never part.
Love me tender,
love me true,
all my dreams fulfill.
For my darlin' I love you,
and I always will.
Love me tender,
love me dear,
tell me you are mine.
I'll be yours through all the years,
till the end of time.
Love me tender,
love me true,
all my dreams fulfill.
For my darlin' I love you,
and I always will.
(When at last my dreams come true
Darling this I know
Happiness will follow you
Everywhere you go).
Elvis Presley. Love me tender.
Lo tuyo es puro teatro...
Igual que en un escenario
Finges tu dolor barato
Tu drama no es necesario
Yo conozco ese teatro
Fingiendo
Que bien te queda el papel
Después de todo parece
que esa es tu forma de ser .
yo confiaba ciegamente
en la fiebre de tus besos,
sentiste serenamente
y el telón cayó por eso.
Teatro
Lo tuyo es puro teatro,
Falsedad bien ensayada
Estudiado simulacro,
Fue tu mejor actuación
Destrozar mi corazón .
Y hoy que me lloras de veras
Recuerdo tu simulacro
Perdona que no te crea
Me parece que es teatro
Yo confiaba ciegamente
en la fiebre de tus besos
mentiste serenamente
y el telón cayó por eso
perdona que no te crea
me parece que es teatro .
pero perdona que yo no te crea
me parece que es teatro
lo tuyo
lo tuyo es puro teatro.
La Lupe. Lo tuyo es puro teatro.
202 entradas.
202 entradas como 202 destellos de luz
Como 202 relámpagos de la imaginación,
202 ensoñaciones
202 arcos iris resplandecientes
202 exabruptos de la mente
2002 diatribas del intelecto
202 amarguras
202 deliciosas aventuras
202 melodiosos poemas de amor
202 declaraciones de independencia
202 indiscrecciones
202 preguntas
202 respuestas
202 manos tendidas
202 esperanzas...
202,202,202,202..............
¿202 qué? Tú dirás...
Y así hasta el infinito.
Besos,
El paseante
La erección del miércoles ha levantado ampollas...
Chicos, la que habéis armado.
Transcribo y contesto algunas reacciones:
- Esa foto no es tuya (y tú qué sabes).
- No quiero que me hagas mi semblanza, no quiero aparecer en un blog tan guarro (te fastidias).
- ¿Vas a publicar una erección todos los miércoles? (buena idea).
- Me encanta el comentario, es muy realista (gracias).
- Eres un cerdo (reprimido...)
- Me parece que te has pasado, tanta poesía, pensamiento y literatura, tanto rollo con el arte para ahora esto (lo uno no quita lo otro).
- Si eso es tuyo de verdad quiero quedar contigo (no estoy para muchas fiestas, las apariencias engañan).
- Díme la marca de calzoncillos por favor (son de Carrefour).
- ¿De verdad crees necesario hacer cosas así? (sí).
- Deberías hablarlo con tu terapeuta (es inútil).
- Contrólate un poquito o perderás a tus lectores (todo lo contrario, se han disparado las visitas).
- Esto es como la telebasura, sólo te interesa la cifra de audiencia (lo uno lleva a lo otro).
- Manda otra foto igual en la que se te vea la cara (no me da la gana).
- Admites fotos de tus seguidores (por supuesto).
Y mucho más...
Gracias a todos en cualquier caso por el interés despertado, os perdono los exabruptos y os agradezco los halagos.
Os quiere,
El paseante
Entrada nº 200: Ikea y las rupturas sentimentales (por fin).
Siempre que tengo una ruptura sentimental me voy a Ikea, no sé qué extraña asociación se ha creado dentro de mi mente entre Ikea y las rupturas sentimentales, seguramente todo esto tiene su origen en que una vez me "dejaron" en un Ikea, me dijeron eso del "si te he visto no me acuerdo" en la cafetería de un Ikea un domingo por la tarde.
No sé bien si es algo cómico o dramático, en la obra de teatro que es mi vida nunca he sabido bien cómo calificar aquella escena.
En su momento fue para mí muy dramática y a la vez muy ridícula... Es decir, te vas a Ikea con tu pareja en una de esas tardes de domingo aburridas en las que no sabes qué hacer, y a mitad del recorrido te vas a la cafetería a tomar una merienda de esas que anuncian de café con bolltio a 1 euro, y mientras estás allí con el supuesto amor de tu vida enfrente y con la bolsa llena de tonterías que no sirven para nada, va y te dice que quiere hablar contigo...
HORROR!!!!!!!!!
Como si no hubiera otro lugar mejor, un poco más romántico siquiera.
Fue desolador, me quedé allí solo con el café con bollito delante y la bolsa repleta de estupideces, sentado con cara de bobo a lo Bridget Jones.
No sabía cómo salir de esa escena de la comedia de mi vida y pasar a la siguiente. No sabía si acabar de merendar, poner la bandeja en el carrito, dar otra vuelta por ver si compraba alguna otra chorrada más, como para disimular el mal trago, ir a la caja a pagar, salir al parking, coger el coche, suicidarme, no sabía qué hacer.
Al final hice todo eso menos suicidarme, como si fuera un zombie, mecánicamente, sin voluntad, como si estuviera levitando y mientras levitara me estuviera viendo hacer todas esas cosas.
Cuando llegué a la caja y me tocó el turno de pagar me derrumbé ante la cajera, estuve a punto de preguntárle entre lágrimas si quería casarse conmigo, tenía unos ojos preciosos, y por un instante pensé que era la mejor forma de encarrilar mi vida, yo no podía irme de Ikea así, sin más ni más, con el problema sin solucionar.
Pensé incluso volver a entrar y tratar de encontrar pareja entre tanta gente.
Desde entonces siempre que tengo una ruptura sentimental me voy a Ikea y me consuelo llenando la bolsa de tonterías que no compartiré con nadie y oyendo discutir a las parejas que deambulan su soledad acompañada de aburrida tarde de domingo que dura toda la vida por los interminables pasillos de Ikea.
Comprenderéis ahora que desde entonces no crea mucho en el verdadero amor.
El paseante.
Noviembre 2011.
Leroy Merlin y el verdadero amor (por fin).
Tanto el verdadero amor como el bricolaje son dos cosas que requieren mucha paciencia, precisión, ideas claras y saber utilizar en cada ocasión la herramienta adecuada...
Además, tanto en el amor como en el bricolaje, al final siempre te falta un tornillo.
Para colmo está todo el tema de las cañerías, los desagües, las roscas, los cables, los pegamentos, las colas, los émbolos, los trasvases de fluidos, las llaves inglesas, los destornilladores, los martillos, los clavos, las pinzas, el aguaplast, el locktite, el yeso, el cemento. En fin, todo ese material tan sensual y variado que observado con detenimiento parece salido de un sex shop para masoquistas.
Y es que el verdadero amor siempre te hace enloquecer, igual que el bricolaje, y si no enloqueces es que no es verdadero, y por eso las locuras de amor acaban siempre en un sexo enloquecido y febril que recuerda a la chapuza del fontanero, precipitada y costosa pero efectiva para ir tirando.
Y después de la chapuza del fontanero viene la calma y comienza la paciencia, que en el amor como en el bricolaje dura hasta que te hartas y acabas llamando a un verdadero profesional para que te arregle las cosas de verdad y definitivamente, o eso se cree uno, cuando en realidad el amor es siempre una especie de bricolaje chapucero en el que siempre vuelve uno a comenzar de cero.
El paseante.
Noviembre 2011.
Purple rain.
I never meant to cause you any sorrow
I never meant to cause you any pain
I only wanted one time to see you laughing
I only want to see you laughing in the purple rain
Purple rain, purple rain
Purple rain, purple rain
Purple rain, purple rain
I only want to see you bathing in the purple rain
I never wanted to be your weekend lover
I only wanted to be some kind of friend
Baby I could never steal you from another
It's such a shame our friendship had to end
Purple rain, purple rain
Purple rain, purple rain
Purple rain, purple rain
I only want to see you underneath the purple rain
Honey, I know, I know, I know times are changing
It's time we all reach out for something new, that means you too
You say you want a leader, but you can't seem to make up your mind
I think you better close it, and let me guide you into the purple rain
Purple rain, purple rain
Purple rain, purple rain
Purple rain, purple rain
I only want to see you, only want to see you in the purple rain
Purple rain. Prince.
La vie en rose.
Grace Jones. |
Des nuits d'amour a ne plus en finir
un grand bonheur qui prend sa place
des enuis des chagrins, des phases
heureux, heureux a en mourir.
Quand il me prend dans ses bras
il me parle tout bas,
je vois la vie en rose.
Il me dit des mots d'amour,
des mots de tous les jours,
et ca me fait quelque chose.
Il est entre dans mon coeur
une part de bonheur
dont je connais la cause.
C'est toi pour moi. moi pour toi
dans la vie,
il me l'a dit, l'a jure pour la vie.
Et des que je l'apercois
alors je sens en moi
mon coeur qui bat
La vie en rose. Edith Piaf.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
La erección de los miércoles.
Los miércoles erección, no falla.
Cada miércoles me pongo estos calzoncillos, y al ponérmelos siempre tengo una erección que se mantiene durante todo el día, qué tendrán estos calzoncillos, me pregunto. Tal vez sean mágicos, es ponérmelos y me convierto en el dios Príapo (de ahí viene el término priaismo).
No hay mejor viagra.
El problema es que al quitármelos la erección desaparece, cosas de la edad.
Lo que digo, son mágicos.
¿O tal vez será que me están un poco estrechos?
No lo sé, ¿vosotros qué opináis?
¿Os gustan?
Son de marca...
Cuando era pequeño creía que eso de las erecciones me pasaba sólo a mí y que si me descubrían acabarían llevándome al circo como una atracción de feria.
Hay un milagro único que ha entregado Dios al hombre, la erección, es algo que no deja de sorprenderme cada vez que sucede.
Creo además que la naturaleza ha sido muy generosa conmigo, ¿verdad?, y no sólo por el tamaño sino por permitirme tener erecciones tan firmes y prolongadas a mi edad, aunque ya sea sólo un día a la semana, el miércoles.
El paseante.
Noviembre 2011.
Nunca podré morirme...
Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguién me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.
Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.
Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.
Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.
Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.
Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.
Cuando salí de Cuba. Luis Aguilé.
¿Estás caliente? ¿Quieres que te caliente yo?
En realidad, Curley se las buscaba con mucha habilidad. Debía de tener cinco o seis en el bote al mismo tiempo, por lo que puede deducir. Estaba Valeska, por ejemplo: había llegado a tener una relación bastante estable con ella. Estaba tan encantada de tener a alguien que se la tirara sin sonrojarse, que, cuando llegó el momento de compartirlo con su prima y después con la enana, no tuvo el menor inconveniente. Lo que más le gustaba era meterse en la bañera y que él se la cepillase bajo el agua. Todo fue bien hasta que la enana descubrió el pastel. Entonces se armó una trifulca que acabó en reconciliación en el suelo de la sala. Tal y como lo contaba Curley, hizo todo menos subirse a la araña. Y, además, siempre dinero en abundancia para sus gastos. Valeska era generosa, pero con la prima se podía hacer lo que se quisiera. Si llegaba a estar a menos de un metro de una picha tiesa, se derretía. Una bragueta desabrochada era suficiente para hacerle entrar en trance. Casi daba vergüenza lo que Curley le obligaba a hacer. Se complacía humillándola. Apenas podía yo censurárselo, pues era una tía incríblemente estirada y gazmoña, cuando iba vestida con su ropa de salir. Casi hubiera uno jurado que no tenía coño, por la forma como se comportaba en la calle. Naturalmente, cuando él estaba a solas con ella, le hacía pagar sus modales presuntuosos. Lo hacía a sangre fría. "¡Sácala con la lengua!", decía abriéndose un poco la bragueta. "¡Sácala con la lengua!" (Se la tenía jurada a toda la pandilla, porque, según decía, se lo mamaban una a la otra a su espalda.) El caso es que, una vez que sentía su sabor en la boca, se podía hacer con ella lo que se quisiera. A veces la hacía ponerse sobre las manos y la empujaba así por toda la habitación, como una carretilla. O bien lo hacía como los perros, y, mientras ella gemía y se retorcía, él encendía un cigarrillo, indiferente, y le echaba el humo entre las piernas. En cierta ocasión le jugó una mala pasada haciéndolo de este modo. La había magreado hasta tal punto, que ella estaba fuera de sí. El caso es que, después de casi haberle sacado brillo al culo a fuerza de barrenarla por detrás, se retiró por un segundo, como para refrescarse la picha, y entonces, muy lenta y suavemente, le introdujo una zanahoria gorda y larga por el chocho. "Esto, senorita Abercrombie", dijo, "es una especie de doble de mi picha normal", y acto seguido se separó y se subió los pantalones. La prima Abercrombie se había quedado tan pasmada ante todo aquello, que se tiró un pedo tremendo y la zanahoria salió disparada.
Trópico de Capricornio. Henry Miller.
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miércoles, 31 de octubre de 2012
Me voy de puente.
Me despido de vosotros hasta el próximo
lunes, me voy de puente, necesito descansar, ya llevo más de una semana
trabajando desde que volví de vacaciones, es mucho tiempo seguido.
Pues lo dicho, nos vemos el lunes, os
tengo preparadas muchas sorpresas para la próxima semana, nos vamos a
divertir mucho, como siempre.
Por cierto, no le digáis a Woody que me vuelvo a tomar vacaciones, a ver si no se entera...
Disfrutad estos días también vosotros, no os vengáis abajo sin mí, el lunes nos reencontramos.
He escogido esta bella representación
del East River Bridge que espero os guste, recordad que ésta ha sido la
semana Manhattan del blog.
Muchos besos,
vuestro devoto paseante
La réplica de la sombra al reencuentro.
Jota, no te enfades, por fa.
Sabía que reaccionarías así porque eres muy pasional. Has intentado herirme con
tus pullas, diciéndome que nunca me has querido de verdad, pero se te olvida
que soy una sombra intangible, que no siento como tú, que mi esencia no está
sometida a las leyes humanas terrenales y que soy capaz de colarme por una
rendija de tu cuerpo para leer tu alma. A mí no me engañas. Sé que me quieres
igual que yo a ti. No debes ofenderte sólo porque soy sincera. Cuando dije que
necesito un reajuste después de reencontrarme contigo estaba diciendo una
verdad que casi nadie reconoce, y es que cuando dos amigos se separan, aunque
sea temporalmente, esperan reaccionar al encontrarse como si el tiempo no
hubiera pasado, como si alguien le hubiera dado a la tecla de “pausa” y se
hubieran congelado las manecillas del reloj. Pero no es así. La verdad es que
el tiempo pasa para los dos, y hay que admitir que esa ausencia física implica
una distancia emocional, inevitablemente. No quiero decir que cuando uno se
despide significa que se rompa el hilo de la relación, no, sólo digo que en ese
momento la aguja que cose nuestras vidas se ha hundido en la tela para dar una
puntada larga, y vuelve a asomar a la superficie cuando nos reencontramos. En
ese intervalo el hilo sigue estando por debajo, aunque no se vea, pero hace que
el dibujo cambie ¿no?. A mí me gusta lo que estamos cosiendo entre los dos,
Jota. Con sus presencias y sus ausencias. Si a ti no te gusta, te cedo las
tijeras para que remates cuando quieras…
La sombra del paseante
Manhattan y yo.
Skyline de Manhattan, subyugante imagen.
Para mí una ciudad como Manhattan es el paradigma de la felicidad, hay de todo a cualquier hora, entretenimiento y diversión asegurada en la ciudad que nunca duerme, es una ciudad tan viva a cualquier hora que casi no se diferencian el día de la noche, salvo por la diferencia de luz, de día un débil sol apenas logra abrirse paso entre los altos rascacielos, de noche los rascacielos brillan con su propia luz y deslumbran con sus reflejos.
La gente por las calles no te hace ni caso, si intentas preguntar algo pasan de largo sin mirarte, están hartos de las preguntas de los turistas, uno se siente solo, perdido, náufrago, entre tanta gente indiferente a uno, entre tanta prisa, y en esas calles infinitas tan inhóspitas.
Ni en la habitación del hotel logras dejar de sentir la ciudad, siempre hay un reflejo intermitente que te la recuerda, el de algún parpadeante anuncio de neón, o el ruido de una bocina, todo artificial, difícilmente te llega una voz humana, las voces humanas en Nueva York no se oyen, y si intentas oírlas y haces una pregunta a alguien no te responde.
Llegas a echar de menos las voces de los demás, es como una ciudad de cine mudo, silente.
El río Hudson cruza la ciudad de norte a sur, el río desemboca a través de Manhattan y da a la cuidad un toque portuario y canalla, con esas riberas tan abandonadas, donde nadie pasea, con esas humedades, nieblas, edificios industriales, muelles, y ese oleaje ajetreado que lleva el río como con prisas por querer desembocar en el mar de una vez por todas.
Los taxis son otro fenómeno único en Manhattan, acostumbrado a los taxis de Madrid uno se queda perplejo ante el fenómeno taxi en Manhattan, paran cuando y donde quieren, es decir, no se matan precisamente por coger un cliente, allí sobran clientes, y te llevan siempre, si logras que te lleven, a 200 km por hora, o esa impresión da, te llevan además por donde quieren, bueno, eso es igual que en Madrid, pero como allí no conoces la ciudad no sabes nunca dónde vas a acabar, lo mismo no te han entendido bien, eso vas pensando mientras miras por la ventanilla con gesto desolado, aunque la mayoría de los conductores son hispanos, en ese caso todo va bien, los hispanos siempre nos contamos la vida entre nosotros, compartimos más nuestras cosas.
La comida es cara y regular, tampoco es mala como en Londres, más variada y rica, más internacional, con más influencias de otras cocinas, al fin y al cabo estamos en Manhattan, yo compraba comida en una especie de self service cerca del hotel y me la llevaba a la habitación, tenía mucha hambre, se me abría el apetito de tanto caminar y del frío, estuve a principios de diciembre, hacían unos noodles con carne deliciosos, todavía los recuerdo, y un salteado de verduras al curry fenomenal, me ponía, eso sí, todo pringado de salsas.
De noche me daba miedo salir, no sé si sería tan peligroso, por si acaso me quedaba en la habitación del hotel, una habitación de hotel que parecía salida de un cuadro de Edward Hooper.
Estuve como digo en el puente de diciembre, entonces existían las Torres Gemelas, las visité y al salir entré en unos grandes almacenes que había detrás, Century 21 se llamaban, era por la mañana temprano, todos los ejecutivos estaban en sus despachos, la zona estaba desierta, me metí en los almacenes, estaba solo, me daba corte, de repente entró en tropel una avalancha de gente que inundaron todo y se pusieron a comprar desesperadamente, habían comenzado las rebajas en ese mismo instante, allí las rebajas son antes de navidad, así venden más, ví que todo era de marca, Armani, Versace, Ralph Lauren..., me puse a comprar como un loco, aún me acuerdo de una corbata que dejé de comprar preciosa, qué pena, ya había gastado bastante.
La vista desde las Torres Gemelas resultaba algo inquietante, eran demasiado desafiantes, como el Titanic o algo así, desde lo alto uno tenía sensación de peligro, te entraban ganas de salir de allí cuanto antes.
El Empire State era más razonable, desde arriba los coches parecían hormiguitas en lento movimiento.
De regreso en el avión no cabíamos, demasiadas compras, abultaban más las compras que los pasajeros.
Me juré a mí mismo volver todos los años por esas mismas fechas y no he vuelto nunca más.
Aún siento nostalgia de aquel viaje cada vez que veo la imágen del Rockefeller Center en las películas navideñas de la tele.
Pero prefiero Madrid para vivir, aquello es demasiado frío, impersonal, no lo resistiría.
el paseante
Manhattan y Lorca.
CIUDAD SIN SUEÑO (NOCTURNO DEL BROOKLYN BRIDGE)
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.
No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.
Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.
Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.
Federico García Lorca. Poeta en Nueva York. 1929-1930.
El cuadro de la semana. Venecia. Martín Rico. 1884.
Exquisito paisajista español
La ribera del Sena a la altura de Poissy, un bullicioso pedazo de vida observado desde una góndola en el Gran Canal veneciano, la intocada desembocadura del Bidasoa o la Huerta del Retiro en Sevilla. Casi cualquier mundo de la Europa de la segunda mitad del siglo XIX está en Martín Rico (1833-1908), gran paisajista madrileño de trazo detallista y personalidad cosmopolita. La muestra con la que el Prado tratará hasta el 10 de febrero de hacer justicia al pintor madrileño puede contemplarse también como un paseo por las quietas aguas de un continente que quizá no conocía aún que el germen de la autodestrucción anidaba en su interior.
La exposición detalla asimismo el viaje del artista entre el romanticismo, que ya sintió pequeño durante sus años formativos en la Academia de San Fernando, y el realismo, que lo llevaría incluso hasta la frontera con el impresionismo en la contemplación del trabajo de unas lavanderas en Cloyes, en dos piezas de 1872 incluidas en la muestra. Entre sus primeros cuadros de la década de los sesenta del XIX en las cercanías de Madrid y la fama que le llegaría como vedutista genuinamente veneciano.
En la ciudad, que consideraba un “gran taller al aire libre” y donde fue padre primerizo a los 67, pasó los últimos años de una vida de pintor prolífico (su producción se calcula superior a las 700 obras) y exitoso: entre sus numerosos y asiduos compradores destaca una fuerte representación estadounidense, como viene a demostrar el hecho de que en el centenar de obras de la exposición, organizada en colaboración con el Meadows Museum de Dallas, abunden, entre los fondos del propio Prado, prestadores norteamericanos.
En lo estrictamente tangible, el suyo también se trata de un trayecto de ida y vuelta, emprendido tras obtener en 1861 una “pensión de paisaje en el extranjero” gracias a una vista de la Casa de Campo, y le llevó en busca de la luz y sus reflejos a París, Suiza, Verona o Chartres, con ocasionales regresos a Granada (y su extraña quietud arábiga), Toledo o Sevilla. De sus primeras incursiones europeas destaca en el segundo tramo de la exposición su trabajo al natural (siempre prefirió la usabilidad del caballete de campo) Lavanderas de La Varenne, con Chennevières-sur-Marne al fondo, donde trató a Camille Pissarro y conoció a la primera de sus dos mujeres.
Frente a la envidiable quietud desplegada por el lienzo, uno de los más famosos de la producción del pintor, se han colocado (en una vitrina que recorre las salas pegada a la pared como una suerte de columna vertebral) los cuadernos de apuntes de Martín Rico adquiridos en 2007 por el Prado de una descendiente del artista: esbozos de vistas de la Sierra Nevada, estudios de árboles con curiosos ecos de la ilustración japonesa o bocetos de los mulos que tiraban de la diligencia que llevaba pasajeros rumbo a Santiago de Compostela.
Estos trazos extrañamente contemporáneos se incluyen en el ejemplar catálogo editado (“con pasión”, dijo el director Miguel Zugaza) por el comisario Javier Barón (jefe del Departamento de Pintura del Siglo XIX) en colaboración con Claude Rico Robert. El tratado también contiene un curioso carné de ventas y una correspondencia en la que el artista disculpa una y otra vez su “pereza” para contestar a cartas de clientes como William H. Stewart o amigos como el pintor y maestro Mariano Fortuny.
Durante su presentación, que sirvió para el estreno en el museo de José Pedro Pérez Llorca, nuevo presidente del patronato, e Ignacio González, de la Comunidad de Madrid, Barón pareció vivir ayer la muestra como un logro personal. Otro jalón en el empeño de su departamento por lograr que las colecciones del XIX dejen de ser vistas como un pintoresco paréntesis en el gran relato del Prado.
Fuente: El País - 29-10-2012.
martes, 30 de octubre de 2012
Ayer por la noche estuve viendo la televisión.
Ayer por la noche estuve viendo la televisión
Qué fuerte, ya tengo tele, me han
regalado un viejo dvd con tdt y lo he programado, he sido incluso capaz
de programarlo y eso que era endiabladamente difícil, ayer vi mi primer
debate televisivo, fue como un bautismo televisivo, comencé mi
singladura catódica, ¿siguen siendo catódicos los televisores?, o mi
singladura digital terrestre mejor dicho, con un debate en una cadena de
televisión, obvio, bueno, lo digo así para no concretar en cuál, para
no aludir, para no herir susceptibilidades.
Probé a verlo sin sonido, lo que decían
era todo como muy burdo, zafio, absurdo, no obstante, pese a haber
dejado mudos a los tertulianos se entendía todo lo que sentían, sus
emociones, sus filias y fobias, sus estados de ánimo, cosas de la
comunicación no verbal, probad a hacerlo, os lo recomiendo, parece como
la aplicación práctica del libro sobre comunicación no verbal de Flora
Davies, un debate sin sonido condensa todas las enseñanzas de ese libro,
si lo hacéis seréis mucho más conscientes de los aspectos no verbales
de la comunicación, que por otro lado son los más importantes, más
incluso que lo que se dice con palabras.
Bueno, uno podía leer en los tertulianos como si fueran un libro abierto, incluso podía leer en sus labios lo
que decían, increíble, no era necesario el sonido, pero como el
silencio era demasiado grande y el gato comenzó a maullar y me
desconcentraba, puse música clásica en la cadena estéreo, ¿se siguen
llamando cadenas estéreo?, Radio Clásica de Radio Nacional de España,
Mozart, estupendo, pero seguía entendiendo, comprendiendo, dándome
cuenta de todo, incluso de una forma más intensa que cuando estaba todo
en silencio, el silencio agudizó mi percepción visual y Mozart la elevó
hasta el paroxismo.
Ya no sabía qué hacer para poner
distancia entre el debate y yo, decidí prepararme un cóctel, sí un
cóctel, el paseante toma cócteles, es muy chic, y me preparé un
Manhattan, cómo no, estamos en la semana Manhattan del blog, todo es
Manhattan.
Pero el alcohol exacerbó aún más mis
sentidos, me parecía ya que aquello no era un debate sino una
representación de una ópera de Mozart, al final debí quedarme dormido
porque al despertarme anunciaban en la teletienda un ahuyentador de
insectos electrónico, ni rastro del debate, o tal vez esos ahuyentadores
electrónicos de insectos sirvan para ahuyentar tertulianos, no lo sé,
me notaba confuso, adormecido, me fui a la cama.
Al despertarme a la mañana siguiente
pensé que tal vez todo había sido una pesadilla, fui a conectar la
televisión y allí seguía el mismo anuncio, repetido una y otra vez hasta
el infinito, como las tertulias.
Ahuyentador de mosquitos y de todo tipo
insectos en general Pest Reject, ¿alguno de vosotros lo ha probado?,
estoy por comprarlo.
La respuesta al reencuentro.
Sombra, sombrita, no te pases, después de más de cinco semanas sólo se te ocurre decirme esto, vaya caca, y perdona la expresión, voy a acabar pensando que no estás enamorada ya de mí como antes lo estabas, y no me digas que no lo estuviste porque esas cosas se notan, esas cosas no se pueden ocultar, tú me amabas sombra, tú eras mi sombra, y ahora desapareces en un halo de indiferente distancia, y eso viene a probarme que tu amor no fue sincero sino interesado, no te interesaba yo sino el paseante, quisiste conseguir celebridad, fama, despertar el interés de los demás, ser alguien por fin, a través de mí, nada más, no me engañan tus frías palabras, no me sirven, más bien me desvelan cuáles fueron tus verdaderas intenciones.
Pero no me importa sombra porque yo nunca te quise en realidad, yo también fingía, y sabes por qué fingía..., pues muy sencillo, fingía por pena, porque tengo muy buen corazón y no quería hacer daño a una sombra tan frágil, aunque a la postre resultara no ser tan frágil, sino más bien una sombra taimada...
el paseante a su sombra
El reencuentro según la sombra.
Estoy oxidada, Jota, no es que no
me alegre de volver a verte, no me malinterpretes, todo lo contrario, te he echado
mucho de menos. Lo que pasa es que el reencuentro es esa zona difusa entre la
relación imaginaria que he tenido contigo en tu ausencia, y la relación que se
materializa al volver a ser tu sombra. Siento lo mismo que cuando nos
despedimos, pero al revés, como si la despedida y el reencuentro fueran los
corchetes que marcan un paréntesis, y ya se sabe que después de un paréntesis (ese
extraño símbolo que encierra una explicación), siempre cuesta un poco retomar
el hilo de una historia. Estoy sufriendo un reajuste y necesito tiempo. Me
había acostumbrado a ser una vaga sombra sin dueño y de tanto vagar me he hecho
una vaga redomada, así que perdóname si esta vez no estoy muy inspirada…
La sombra del paseante
Luna llena sobre Manhattan. Poema.
Luna llena sobre Manhattan
Noche de luna llena
Plenilunio sobre Manhattan
Tiembla en el cielo tu esencia
Tu bella esencia, aroma de luna
Brilla en tu halo de plata
Toda la luz de la noche
Que refulge sobre el mar
Y acaricia las tenues olas
De ese río apenas mar
Que bajo tu mirada plena
Acaricia las riberas de la ciudad
Y en las altas torres de plata
Llega a brillar un oro perdido
Alumbrado aún desde el distante día
Confín final de una luz ya acabada
Ida más allá del límite último del día
Una luz que se escapa y hace
De la noche día
Y del día noche
Luna, sol nocturno, luz final de la aurora del mundo
Permanente cita de mi alma
Cada anochecer, cada amanecer
Contigo
Calma total, la ciudad duerme, escucha
Y tú reinas, luna
Indiferente, bella, eterna
Sobre mí, y sobre todo
Y desde tu trono de plata desprecias
Todo el oro que la ciudad atesora
Día tras día en sus oscuros sótanos
Dédalos inmensos de la avaricia humana
Profundos pozos en los que el hombre entierra la esperanza del hombre
Haciéndole esperar siempre un futuro mejor que nunca llega
Luna de plata, mírame una noche más, te lo suplico
Y dime si tú me quieres aún
Como yo te quiero
Por siempre
Porque yo te necesito
José Ramón Carballo
29 de octubre de 2012
La película de la semana. Manhattan. Woody Allen. 1979.
El domingo pasado comí en un Vips, las hamburguesas están bastante bien, os las recomiendo, mi favorita es la hamburguesa llamada Manhattan, bueno, qué casualidad, y es que Manhattan es todo, cualquier cosa con pretensiones de novedad o de modernidad debe llamarse Manhattan, curioso, recuerdo algo así como que alguien vendió la isla de Manhattan a no sé quién por 1 euro, mejor dicho por 1 dólar, imaginaros, la hamburguesa Manhattan del Vips vale 9,75, la de tamaño grande, ya no hay nada que valga 1 euro, ya recuerdo..., fueron los indios, primeros habitantes de la isla, de ahí el nombre, los que vendieron la isla de Manhattan a no sé quién, a los primeros colonos tal vez, qué ignorancia la mía.
Pues eso, no dejéis de probar la hamburguesa Manhattan, está buenísima, con pan brioche ligeramente tostado, lechuga batavia, creo que se dice así, y "nuestra mayonesa de lima", eso dicen, "nuestra mayonesa de lima", buenísima, cebolla y tomate, muy sabrosa y gustosa, la devora uno en un plis plas. Y con unas patatas de chuparse los dedos, de gajo, "patatas de gajo", así las llaman, no lo olvidéis.
No sé de qué estaba hablando, ah sí, de la película de Woody Allen, bueno, pues el Vips tiene una decoración muy Manhattan, me hizo acordarme de mi buen amigo Woody.
La película Manhattan la volví a ver estas vacaciones en el viejo video del pueblo, impactante verla en la buhardilla bajo esas vigas de madera envejecida por el paso del tiempo, realmente impactante, de lo rural (el pueblo), a lo cosmopolita (Manhattan).
Comprobé que las neurosis que generan las grandes ciudades son parecidas, a mayor tamaño de ciudad mayor es la neurosis, no falla, la Gran Vía produce neurosis leves, véase mi caso, Manhattan produce neurosis graves, véase el caso de Woody, creo que si llevara unas vacaciones a Woody a mi pueblo se abriría las venas, Woody es ya un urbanita empedernido, o mejor dicho "empebernido", como dice mi sobrina pequeña.
A mí me dice mi sobrina pequeña: "tito, tú eres un solterón empebernido".
¿Donde oirá la niña esas cosas?
Bueno, mientras sólo me llame eso...
Lo malo va a ser cuando crezca, no quiero ni pensarlo...
Os recomiendo la película Manhattan de Woody Allen, aunque todo el mundo la habrá visto ya, pero siempre que se vuelve a ver algo así uno se sorprende de nuevo, y descubre matices que antes no vio o que ya no recuerda.
Yo no me acordaba de nada, y la había visto dos veces antes, una cuando la estrenaron, sería yo un pipiolo entonces, y otra vez por lo menos en video, pero esta tercera vez es cuando he comprendido la película, y es que uno necesita cierta madurez para asimilar ciertas cosas, por ejemplo una película como ésta que bajo una primera lectura superficial o cómica contiene otras lecturas más profundas, reveladoras y significativas de la sociedad actual, la modernidad, y la neurosis de las grandes urbes.
Y es que Woody es un genio "empebernido" como diría mi sobrina pequeña.
Por cierto, con la hamburguesa Manhattan siempre tomo una copa de cerveza Mahou, en su punto justo de sabor y acidez, refrescante, mi favorita, además la sirven en una copa en forma de flauta que permite paladear aún mejor todo su cuerpo.
Un beso,
el paseante
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