viernes, 3 de agosto de 2012

Un curso de milagros por la Dra. Helen Schucman.




`Un Curso De Milagros` (UCDM) es un libro de estudio de uno mismo, de la psicoterapia espiritual, que fue trazado por la Dra. Helen Schucman, catedrática de psicología médica de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Columbia, en Nueva York.

El libro, referido a menudo por sus estudiantes y seguidores como simplemente El Curso, está organizado como un recurso de enseñanza. Se compone de 3 libros: el Texto, el Libro de Ejercicios y El Manual Para el Maestro. El Curso pone más énfasis en que `... Una teología universal es imposible, mientras que una experiencia universal no sólo es posible sino necesaria`. Aunque su enfoque es cristiano, aborda temas espirituales de carácter universal y difiere de las demás versiones del programa de estudio universal en su forma, Todas las versiones conducen a Dios. Escrito en primera persona en la voz de Jesús, El Cristo. Fue publicado en 1976. Ha vendido más de 1,5 millones de copias por todo el mundo en 15 idiomas diferentes.

El Curso utiliza la terminología de la Cultura Cristiana y enseña cómo lograr la experiencia personal directa de Dios. En el nivel de la creencia espiritual o religiosa, su propósito es ayudar al individuo a quitar los bloqueos al conocimiento de la presencia del amor. El medio principal para lograrlo, según las enseñanzas de UCDM, es la comprensión y práctica del principio espiritual del perdón. El libro entra en gran detalle a aclarar la naturaleza y los medios exactos para la comprensión y el uso de este principio espiritual.

La redacción del libro por parte de la Dra. Helen Schucman se realizó usando lo que ella describió como cierto tipo de proceso de dictado interno. En este proceso, Schucman se refiere a sí misma como Amanuense o escribana del trabajo, pero no como su autora.

Los principios básicos del Curso se orientan a la comprensión de uno mismo. No obstante, sus estudiantes eligen a menudo formar grupos de estudio semanales, a menudo en los hogares de los miembros del grupo. Algunos se han congregado en grupos de estudio más formales y numerosos. Aunque el libro manifiesta que no se trata de una religión (todas las religiones proceden del ego), sus fundamentos son universales trascendiendo, desde la experiencia, cualquier iniciativa religiosa hacia una vivencia personal compartida, no obstante estas organizaciones más grandes tienden a ser más la excepción que la regla. Ninguna organización regula o sigue de cerca los aproximadamente 2.000 de estos grupos de estudio que existen actualmente, los cuales reflejan una tendencia de organización predominantemente informal. Dada esta carencia de organización el número exacto de los individuos que se consideran estudiantes de Un Curso de Milagros es difícil de determinar. Sus estudiantes tienden a ser absolutamente individualistas y variados, viniendo de un gran número de diferencias en sus planteamientos religiosos y filosóficos.

El curso se explaya de modo profuso sobre los términos: milagro y ego. Dentro de la terminología usada por UCDM el concepto de milagro difiere de su significado Tradicional. Se interpreta el término como una expresión de amor manifestando que todas las expresiones de amor son máximas. Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de amor. El verdadero milagro es el amor que los inspira. Como tal, el libro se focaliza en el conocimiento del amor y al reconocimiento de la presencia del amor en la vida. UCDM enseña que el amor es un milagro que lleva al conocimiento del Amor Mismo.

Dentro de la terminología usada por UCDM figura el termino ego, sinónimo del concepto de sí mismo (en el uso tradicional que se hace de la palabra aquello que `yo creo ser`), mantiene la terminología de la psicoterapia y reinterpreta el concepto hacia `aquello que no soy` pero con lo que me identifico para creer mis experiencias `no reales`. Como tal, la definición del ego y la creencia en el ego requieren una corrección. No diferente de una nave todavía amarrada a su muelle, UCDM acentúa nuestra gran necesidad de, primero, trabajar en forma diligente para desatarse, o dejar ir nuestros viejos conceptos del yo mismo y recién entonces fijar libremente la vela para el conocimiento del amor de Dios para nosotros y en nosotros.

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