Ha sido sin dudarlo la semana de la añoranza en el blog de el paseante.
La cosa surgió como por surgir, como si nada, mi sombra me propuso la semana pasada tratar el tema de la añoranza en nuestra polémica semanal, y a mí me pareció genial como todo lo de mi sombra, y ya desde el comienzo comprobé que todo, la película, los poemas, los artículos sobre la soledad y la tristeza, todo iba a ir encaminado hacia ese sentimiento tan humano, el de añorar.
Creo que las imágenes avalan además esa sensación de añoranza que durante esta semana está transmitiendo el blog.
La foto de Doisneau del soldado en la trinchera añorando seguramente a su familia, a su amada tal vez, la foto de las estatuas del Retiro, las esculturas de Canova, la de Cupido, la del llanto, las estatuas de arena de playa del sireno y la sirena recostados en el lomo de la ballena, el anochecer, el amanecer con la paloma mensajera, la lectura de mañana..., el poema de mañana..., todo ha ido involuntariamente o de una manera inconscientemente voluntaria tendiendo a ir perfilando ese sentimiento de la añoranza.
En fin, el hombre propone y el blog dispone, para esta semana el hombre no había propuesto nada especial y el blog dispuso la añoranza.
Se me olvidaba citar el cuadro de la semana, añoranza de un tiempo definitivamente ido, perdido, irrecuperable, la conversación en la playa de Palmaroli, no os lo perdáis, es único.
Desde la añoranza,
el paseante
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