jueves, 9 de agosto de 2012

La lectura del fin de semana. Ensayo sobre el día logrado. Peter Handke. Repetición.


Yo de pequeño era así, rezaba todas las noches para que el día siguiente fuera eso precisamente, un día logrado...
No lo decía exactamente con esas palabras pero eso era lo que buscaba y lo que pedía cada noche en mis rezos.
Se me iba un poco la cabeza por el sueño, me despistaba y abreviaba las oraciones, a veces las mezclaba o pasaba de unas a otras, me liaba y me iba adormeciendo, al día siguiente nunca recordaba dónde acabó la oración y comenzó el sueño la noche anterior, la frontera era borrosa, inexistente, cruzaba una y otra vez del territorio de la oración al reino de morfeo y volvía a salir, hasta que al final de un traspiés caía definitivamente del lado de los sueños y Freud me recogía en sus brazos y me llevaba por el reino de Hades.
Mitológico, ¿o no?
Yo era como un fauno que de la mano del Doctor Freud cruzaba cada noche el reino de los muertos, sin saberlo, y regresaba vivo a la mañana siguiente, indemne, descansado, con renovadas energías de vida.
Cosas de niños...
Bueno, pues todo esto era para presentar como se merece el libro de Peter Hadke Ensayo sobre el día logrado, Handke es uno de mis escritores de culto, os lo recomiendo.
El libro trata sobre un día cualquiera narrado en primera persona detalle a detalle, puro naturalismo, como poner un espejo en el camino que dijo Zola, pero a fuerza de naturalismo el resultado es expresionista y es que no hay nada más expresivo que la realidad desnuda sin comentario o añadido alguno, lo que más hace pensar son los hechos tal cual, sin aditamento, colores o conservantes añadidos.
Es el diario de un día cualquiera vivido por el escritor, narrado en primera persona.
Podéis repetir su experiencia, ir narrando vuestro día cualquiera, veréis todo lo que aprendéis de vosotros mismos, de los demás y del mundo en general.
El narrador va haciéndose consciente de todo lo que por su pluma pasa, la escritura, la palabra, hace que se estructure el pensamiento y tomen cuerpo las ideas.
El escritor pone fin a la somnolencia de la vida con sus palabras.
Es como el niño que reza y a la vez duerme.

Besos,

el paseante

Comentario sobre la imagen: es el angelito que colgaba sobre mi cama cuando era niño, a él le rezaba, yo me identificaba con él, era como él, un angelito...

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