viernes, 17 de agosto de 2012

Yo paseante (2).


Qué serio estoy, en persona no soy tan serio, me río más...
Parece como si os quisiera hipnotizar.
Doy algo de miedo, no se sabe bien si es que estoy algo loco, como si fuera a atacar, o si estoy en un estado de trance meditativo, la mirada parece perdida hacia el interior, mirando fuera parezco mirar dentro, dentro de mí, dentro de todo, dentro de todos.
Si uno sabe mirar dentro de uno ve todo, porque todo tiene reflejo dentro de uno, llegado a un punto de la vida se ve más mirando dentro que fuera, es más, uno parece, cree mirar fuera, pero sólo mira dentro, mira sólo el reflejo del mundo en su interior.
Parezco un Buda, es un gesto estático, pétreo, monumental, hipnótico, si me miras muy fijamente a los ojos puedes caer hipnotizado por mi mirada, es tan profunda, misteriosa, tranquila, serena, plácida, parece preguntar algo, querer saber algo sobre ti, o tal vez ya lo sabe y lo único que quiere es que tú te formules la pregunta a ti mismo y te la respondas, esa mirada abre en ti las puertas del conocimiento, de tu conocimiento, es una mirada reflejo, mirándola te ves a ti mismo, te encuentras contigo mismo y ya no puedes escapar.
Llegarás a mí, parece decir la mirada, o, mírame y ya no podrás dejar de mirarme nunca, porque esta mirada te perseguirá siempre, la llevarás ya siempre contigo.
No puedes salir, escapar de esta mirada, que te atrae como una sima profunda, como un abismo, caes a través de mi mirada como por un precipicio infinito, sin salvación posible, no tienes donde agarrarte.
No hay refugio ante esta mirada, no podrás esconderte nunca de ella porque esta mirada eres tú.

el paseante

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