martes, 21 de agosto de 2012

AMAR A ALGUIEN.


Yo me enamoro muy fácilmente, si queréis me enamoro de vosotros, soy como el taxi del amor, te subes y bajo bandera...
Bajar bandera, antes se decía eso porque los taxímetos tenían una especie de palanca que se bajaba, ahora son digitales.
Me he ido por las ramas, y es que no es fácil para mí entrar en el tema en mi estado actual, me acaban de rechazar, estoy algo alterado, trastornado, compungido, lógico, menudo palo.
Enamorarse es volver a tener 15 años, eso no cambia, es siempre igual durante toda la vida, dejas de comer, te pasas el día pensando con gesto de idiota en la persona amada, estás deseando estar siempre junto a ella, el tiempo no existe junto a ella, eres feliz junto a ella, la vida tiene una nueva calidad, todo es hermoso, todo el mundo es simpático, eres feliz todo el tiempo, todo es más divertido, apasionante, curioso, si quieres disfrutar del mundo, enamórate, te lo aconsejo.
Lo que sucede es que eso no se puede programar, surge o no surge, y es un misterio por qué surge o por qué no surge, el sentimiento amoroso es imprevisible, no obedece a razones, es, en definitiva, eso, un sentimiento, el más devastador de todos.
Hay un antes y un después de enamorarse por primera vez, antes puedes ser feliz sin el amor, después ya nunca volverás a ser feliz sin el amor, es como probar la heroína, algo parecido, eso supongo.
Porque el amor produce en uno sustancias adictivas de un poder superior a la heroína, de ahí que uno llegue a trastornarse por desamor, y que haya hasta suicidios, los románticos lo sabían bien.
El amor nos hace grandes, generosos, esforzados, valientes, bien lo han sabido los escritores desde siempre, la literatura, la poesía, el teatro, el cine, el arte en general, bebe de las fuentes del amor, que, por otro lado, es el tema preferido del espectador.
El espectador que no ama siente vicariamente el sentimiento a través de la ficción y de su representación.
Amar, amar realmente, es como una lotería, una casualidad, el que dos almas gemelas se reúnan en esta vida es algo como mágico y difícil que suceda, por eso hay tanta frustración amorosa, y por eso tantas parejas van mal, si encuentras a tu media naranja, a tu alma gemela, te espera la felicidad de por vida, y más allá aún, porque seguro que con ella te vuelves a reunir en el mundo de espíritu.
A los despechados, abandonados, despreciados, por el amor, nos queda el consuelo de la literatura y del cine, de las historias contadas por otros que nos hacen vivir imaginariamente la fantasía de un amor que para nosotros no es posible, aunque lo fuera en un tiempo.
Huérfanos del amor, apátridas del sentimiento, exiliados de la ternura.

el paseante

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