En esta novela, el escritor checo, leído en todo el mundo y además ganador de numerosos premios, reflexiona sobre el tema que da título a la obra. Pero además, se explaya sobre tópicos como el arte, la creación literaria, la belleza y las crisis de la mitad de la vida.
Kundera comienza su libro describiendo cómo surgió la idea para escribirlo: la imagen de una mujer de mediana edad en una piscina le sugiere el nombre Agnes, y como escritor piensa que nunca ha conocido a nadie con tal nombre. De esta manera, nace un personaje, la protagonista principal de La inmortalidad.
La historia de Agnes, su marido, su hija, su amante y las visicitudes de su vida se intercalan con reflexiones sobre la inmortalidad, enmarcadas en diferentes episodios, algunos protagonizados por personajes reales y muy famosos, tales como Goethe; otros imaginarios, como Rubens, quien reflexiona sobre lo vivido en el pasado con sus amantes. El autor también reflexiona sobre el nacimiento del homo sentimentalis. También circulan por el libro, al menos en apariciones esporádicas o mencionadas, personajes de otros libros de Kundera, como La insoportable levedad del ser o La ignorancia. Asimismo, Kundera aparece él mismo como personaje, el personaje de un escritor que reflexiona sobre cómo escribir un libro sobre la inmortalidad.
La obra dentro de la obra y las reflexiones sobre literatura sitúan a La inmortalidad dentro del conjunto de libros claramente metaliterarios. Asimismo, como buena novela posmoderna, es imposible ubicar claramente a La inmortalidad dentro de un género definido. Militante comunista en su juventud, los años han visto convertirse a Milan Kundera en un crítico del socialismo. Las ideas políticas nunca están del todo ausentes en sus obras.
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