Las torres de plata, la primera luz del sol que por oriente comienza a ascender ilumina las altas torres antes de iluminar la ciudad.
Las torres, atalaya de Madrid, saludan a esa primera aún débil luz.
Desde mi ventana contemplo el espectáculo del nuevo día que llega, maravilla planetaria que me hace imaginar el tránsito de los planetas y sentir a la tierra suspendida en el espacio infinito girando sobre sí misma y alrededor del sol.
Alternancia de días y noches, de soles y lunas, de luces, sombras, reflejos.
Es en este mágico momento planetario de la tierra en el que mejor comprendo la esencia del mundo, de la vida, de sus ciclos, y de su eterno despertar y retorno.
el paseante
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