jueves, 23 de agosto de 2012

Las mujeres se pintan las uñas de los pies. Estereotipos.


Vengo observando en el metro que es costumbre entre las mujeres en verano llevar sandalias y pintarse las uñas de los pies.
El metro para mí es una fuente de inspiración inagotable, todo artista que se precie debería viajar en metro a menudo, observar a las personas, imaginar sus vidas, tratar de averiguar sus problemas, su forma de ser, a través de su fisonomía, su forma de vestir, su actitud, sus gestos, de lo que hacen, de cómo miran...
Es, como digo, una fuente inagotable de inspiración, una ventaja para un artista es vivir en una gran ciudad por el metro, el metro aglutina todo, es crisol de todo, en el metro surge el oro de la inspiración, allí están todas las vidas, todas las historias, concentradas en el vagón.
Esta mañana, como digo, he venido observando las uñitas de los pies de las mujeres, perfectamente alineadas, pulidas, pintadas de diversos colores, generalmente a juego conjuntadas con la ropa y las sandalias.
Me ha parecido algo un tanto tribal, primitivo, la costumbre de pintar y adornar el cuerpo es algo primitivo en origen, trata de excitar el instinto sexual, llamar la atención, dar noticia del estatus, se trata, en definitiva, de un código impreso, una señal que a la vista de los demás trata de comunicar algo.
Las mujeres son presas fáciles de los estereotipos sociales, me fijo también con frecuencia en sus peinados, los tintes de sus cabellos, el maquillaje, la bisutería, la ropa, los bolsos, los colores, los estampados, los diseños, me sorprende toda la estética femenina tan variada, tan definida en su concepto de la femineidad, en su canon de lo femenino.
Es curioso entrar en grandes almacenes como Zara, hay una cantidad inmensa de ropa variada para mujer y una mínima cantidad en comparación de ropa de hombre, alguna razón habrá para ello, además la variedad de colores, diseños, tipos de prenda, combinaciones posibles, y accesorios, es infinitamente mayor para la mujer.
La mujer marca su rol, su lugar en la sociedad, su papel, a través de todos estos estereotipos.
El hombre también lo hace aunque de una manera más comedida, su rol es el comedimiento más que la desmesura femenina.
Lo femenino es desmesurado, desbordado, infinito en sus representaciones, posibilidades, significados.
Y también es engañoso, toda la moda femenina no es sino una trampa, un engaño, una provocación, que no conduce a dónde debería conducir, en eso estamos lejos de la tribu, porque nada de todo eso lleva al acto sexual, aunque parezca señalarlo excitando nuestra imaginación y nuestra libido.
Somos prisioneros de nuestro rol social, nos amoldamos mansamente a él, el rol nos hace sentirnos seguros, y sentir seguridad en el trato con los demás, todo a través del rol es previsible, está controlado, parece  que a través del rol sabemos a qué atenernos en nuestras relaciones con los demás, en este imperio de los signos que es la moda, especialmente la femenina.
Cada uno en su lugar parecen querer decir las uñitas pintadas de las mujeres perfectamente alineadas en sus veraniegas sandalias, yo soy femenina parece decir su poseedora, pero eso no te da derecho a nada más que a observar, parece añadir a continuación, esto lo puedes deducir en cuanto miras a su cara.
Me imagino cómo sería la sociedad sin estereotipos tan marcados, qué pasaría, sería todo más confuso, más difícil, o más claro y fácil.
Buena pregunta, se admiten respuestas.
¿Lleváis alguna de vosotras las uñas de los pies pintadas?
Si es así hacedme llegar una foto al blog, por favor.

el paseante
 

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