Voy a intentar ser positivo y a tratar de destacar en primer lugar algo que me gustara, hacía una noche preciosa en Madrid, el aire limpio por la lluvia que ya había cesado, la temperatura suave, el centro de Madrid bullía de animación, iluminado de una forma deslumbrante, la gente en multitudes iba de un lado para otro, la Plaza de Santa Ana lucía hermosa con la estatua de Lorca soltando la alondra de entre sus manos, el Teatro Español, antiguo teatro del Príncipe, con un lleno total, conseguí la última entrada que quedaba en el tercer piso, baratita, 10 euros, desde allá arriba la araña de cristal se veía espléndida y alrededor de ella todos los palcos del teatro con sus terciopelos carmesíes y sus doradas volutas parecían salidos de un cuadro de época en el cual la Duquesa de Guermantes fuera a aparecer retratada contemplando la función, el ambiente pues de lujo, uno estaba justo donde se suponía que debía estar el sábado 29 de noviembre de 2014 a las 20:00 hs, la función iba a comenzar, me despojé de la trenca y la chaqueta, hacía calor, me puse las gafas y agucé el oído, la distancia del escenario era considerable pero la visibilidad bastante buena, comenzó la función y salió Juan Diego a escena.
Hasta aquí lo positivo de la noche por ahora, hasta que Juan
Diego salió a escena, y es que no se le entiende nada, no sé qué le pasa con la
dicción pero parece un sopas, nunca ha sido un actor de entonación clara pero
ahora ha empeorado, a duras penas se consigue seguir lo que dice, por otro lado
llama enseguida la atención la pobreza de la puesta en escena y el recurrir una
vez más a las proyecciones y las gasas o velos o visillos, que no sé bien ni lo
que son, en el escenario, es simple, pongo una cuantas proyecciones y cuantas
unas gasas y ya tengo una escenografía moderna, el resultado resulta chocante,
como poco propio de Shakespeare, pero teniendo en cuenta que han adaptado la
obra y la han convertido en una especie de gracioso vodevil tampoco choca
mucho, uno va a ver Ricardo III y se encuentra con La venganza de Don Mendo y
una puesta en escena más propia de la escena final de Don Giovanni, un
pastiche, y es que toda la obra rezuma un inconfundible aire a esas funciones
de fin de curso de los colegios, el vestuario, las salidas y entradas
atropelladas y continuas de los personajes, un atrezzo como de guardarropía de
bazar de los chinos, un disparate, uno de los personajes cuando están a punto
de matarle se pone a platicar con su verdugo en un tono tan ñoño que entran
ganas de reír o peor aún de llorar, pero de llorar de pena al ver lo que han
hecho con la obra de Shakespeare.
Teatro Español, quién te ha visto y quién te ve! En fin,
creo que el Director artístico es Juan Carlos Pérez de la Fuente, nuevo director del
teatro, no veía nada suyo desde su primera obra La dama del alba de Alejandro
Casona, hace muchos años cuando empezaba, aquello ya me pareció de aficionado
pero estaba comenzando, no me gustó nada y no volví a ver nada dirigido por él,
ahora, pensando que tantos años después tal vez las cosas habrían cambiado he
vuelto a contemplar aquella dama del alba en versión Shakespeare, en la versión
Shakespeare de Juan Carlos Pérez de la Fuente, claro, lo dicho, Teatro Español, quién te
ha visto y quién te ve!
Al salir volví a casa paseando por la calle Alcalá que lucía
espléndida, el edificio del Casino, el edificio Metrópolis, el Instituto
Cervantes, el Ayuntamiento, la
Cibeles, la
Puerta de Alcalá, por cierto, ya han puesto la iluminación
navideña, lo digo para el que no lo sepa. Esto también fue positivo.
El paseante
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