28 – Toc toc
(llaman a la puerta)
El domingo Carballo lo pasó descansando, por la tarde hacía
mucho calor, decidió echarse la siesta, se tumbó plácidamente en la cama
mirando al techo, a la lámpara del techo, un globo de papel de Ikea, se quedó
en trance, no sabía si ya estaba dormido o aún seguía despierto pero en el
Nirvana, Carballo era así, un tanto místico, el ruido del tráfico de la Gran
Vía que llegaba hasta el dormitorio hacía el efecto de un mantra y le relajaba
aún más, de vez en cuando un bocinazo como en sordina le hacía recordar
vagamente quién era y dónde estaba, era el Comisario Carballo y estaba echándose
la siesta en su apartamento de la Gran Vía de Madrid, vale, se decía a sí mismo
y continuaba mirando al techo como si levitara, uhmmmm, sólo le faltaba decir.
Al final se quedó profundamente dormido, era curioso que
tratándose de una persona que por su edad, cumplía 54 años al cabo de apenas 2
semanas, no tuviera ya erecciones, sin embargo, cuando se dormía profundamente
se le producían con frecuencia una potentísimas erecciones que le ponían el membrum virilis a punto de estallar,
razón por la cual casi siempre le hacían despertarse por la tensión, la presión
y, por qué no decirlo, el deseo, dado que dichas tremendas erecciones solían ir
acompañadas de sugerentes sueños eróticos en los cuales Carballo nunca llegaba
a consumar su desenfrenado deseo, es decir, nunca llegaba a la eyaculatio, en esa siesta del día 27 de
julio de 2014 Carballo tuvo una de esas erecciones, él no era consciente de su
erección, estaba dormido, soñando, soñaba con la mujer de Bruttini, con
Maritzia, extraño sueño, y soñaba con que intentaba poseerla mientras Bruttini
fregaba los platos de la cena en la cocina, estaban solos tomando un licorcito
y fumando cada uno un Cohiba, lo cual a Carballo le parecía muy excitante de
ver hacer a una mujer, fumarse un enorme puro, degustándolo poniendo sus carnosos
labios en torno a su embocadura como si estuviera haciéndole una fellatio, al
puro, claro, no a él.
Maritzia se le subía en las piernas a Carballo a horcajadas y
él intentaba penetrarla desesperadamente pero siempre se le escurría como si
fuera un pez o la pastilla de jabón cuando se te cae en la ducha, al final el
sueño se interrumpía bruscamente porque Bruttini entraba en el salón con un
enorme cuchillo en la mano y gesto de gran furia diciéndole a Carballo:
-
Ahora te vas a enterar de lo que es bueno,
pedazo de cabrón, con que tirándote a mi mujer.
Afortunadamente todo era un sueño del que Carballo se
despertó feliz y tranquilo, menudo susto!, y con su ya habitual enorme erección
que rápidamente comenzó a desinflarse como un globo pinchado. Pero apenas se
despertó Carballo notó un ruido, como golpes, toc toc, toc toc, al principio muy
débiles y luego como un aporrear en la puerta del descansillo, estaría alguien
llamando a la puerta?, se preguntó medio en sueños, y fue a mirar por la mirilla,
cuando miró apenas podía creer lo que estaba viendo, se pellizcó por si seguía
soñando pero comprobó que ya estaba despierto, su pene estaba ya completamente flácido,
no fallaba, seguro, entonces es que estaba despierto.
(continuará)
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