33 – Comida con
Bruttini
El Comisario Carballo y el Subcomisario Bruttini quedaban a comer periódicamente, se
mantenían en contacto, eran muy buenos camaradas y amigos, cuando se veían
principalmente se dedicaban a contarse cotilleos de conocidos comunes del
Cuerpo de Policía, se ponían al día, se reían, casi siempre contaban las mismas
anécdotas, recuerdos del pasado que les gustaba rememorar una y otra vez,
momentos difíciles, momentos buenos, todo ello plagado de valoraciones en las
que coincidían cada uno matizando y ampliando lo que el otro decía como
queriendo llegar una vez más al mismo convencimiento de siempre, como
revalidando el concepto de víctimas y perdedores que tenían de ellos mismos,
pero dejando claro al final que preferían perder semejante guerra a ganarla
porque ellos estaban hechos de otra pasta, la pasta de los héroes, de los
idealistas, de los que quieren salvar al mundo de la mediocre rapiña de los
malvados.
Quedaban siempre en el mismo restaurante, un restaurante
argentino de la calle Echegaray que se llama La Cabaña, muy buena carne, y
pedían siempre lo mismo, Bruttini el lomo alto de buey al punto argentino,
Carballo como no comía carne pedía el salmón en salsa de pimientos del
piquillo, de entrantes lo típico de un restaurante argentino, la provoleta,
empanadillas, chorizo criollo para Bruttini también, por supuesto, de postre
sorbete de limón al cava y unos chupitos, les gustaba después de comer fumarse
un puro, era una tradición, uno invitaba a comer y el otro llevaba los puros,
Cohibas petit robusto, siempre igual,
pero con la ley antitabaco prescindieron del tradicional puro, lo de fumarlo
por la calle era un rollo y Carballo no quería tampoco que se lo fumaran en su
apartamento para que no oliera a puro.
En esta ocasión la conversación dio un giro nuevo y
sorprendente con respecto a los temas habituales.
-
Comisario quiero comentarle una cosita, pero
prométame que no se va a enfadar, me lo promete?
-
Ya sabe que es difícil que yo me enfade.
-
Verá Comisario, es relativo a mi sexualidad.
-
Cómo va lo de su pene?
-
No, eso perfecto, totalmente recuperado gracias
a Dios.
-
Entonces?
-
Verá Comisario no quiero que se escandalice o deje
de ser mi amigo, sabe lo que le aprecio, usted es muy conservador y hay cosas
que tal vez no entienda.
-
Dígame, no creo que sea tan grave.
-
Verá Comisario es que ahora soy cross dresser.
-
Cross dresser, y eso qué es?
-
Pues para que lo entienda, me visto de mujer y
así vestida, perdón, he querido decir vestido, tengo relaciones sexuales.
-
Ya.
-
Relaciones sexuales con hombres.
-
Entonces es usted gay?
-
En absoluto, es diferente, yo soy cross dresser,
o sea, en la cama soy totalmente una mujer y como tal me comporto, y me acuesto
con hombres heterosexuales no con gays.
-
Me deja de piedra, no es más común ser
simplemente gay?
-
Es diferente, yo disfruto sexualmente en el rol
femenino.
-
Es usted transexual?
-
Tampoco, no quiero cambiar de sexo, me gusta
disfrutar teniendo pene.
-
Y con ese pene tan grande que tiene pasa por
mujer?
-
Bueno, verá, el pene lo escondo.
-
Lo esconde?
-
Sí, uso ropa interior de mujer y lo escondo
entre las braguitas, me pongo ligas, tacones, peluca, me maquillo, voy
totalmente depilado…
-
Pues a simple vista parece el mismo.
-
Claro, soy el mismo, ya lo ve, pero para el sexo
me transformo, soy otra, perdón, he
querido decir otro.
-
Ya.
-
Se ha quedado de piedra Comisario…
-
Hombre, compréndalo, es una sorpresa.
-
Lo reprueba?
-
En absoluto, es más, cuenta con mi total apoyo,
si así es feliz eso es lo importante, su felicidad, comprenda que tardaré un
poco en hacerme a la idea, nada más.
-
Gracias por su reacción Comisario.
-
De nada.
-
Hay algo más…
-
Algo más…?
-
También me dedico al mundo del espectáculo,
actúo en un club de Chueca, el Divas Club, le suena?
-
Pues no, es importante?
-
Es el mejor, hago un espectáculo junto con otras
compañeras y tenemos mucho éxito, los hombres me llevan ramos de flores al
camerino cuando termino mi actuación y me invitan a champán, gusto mucho a los
hombres Comisario…
-
Ya.
-
Además ahora ya no me importan tanto mis
erecciones, me importan más las erecciones de los demás.
-
Qué quiere decir?
-
Que soy una mujer en la cama, ya se lo he
explicado, desde que disfruto como mujer tengo mejores erecciones y recibo más
placer.
-
Recibe?
-
No sé si acaba de entenderlo.
-
Pues no…
-
Comisario, tiene que venir a verme, va a venir a
verme?, prométamelo por favor, tiene que
prometérmelo.
(continuará)
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