Si no tienes
ganas de escribir no escribas, o de lo contrario acabarás deprimiéndote. Hay
que desafiar a uno mismo, de vez en cuando resulta muy sano romper el ritmo que
nos hemos impuesto, simplemente porque sí, sin otro razonamiento.
El único
camino que no se detiene es el del paso del tiempo, todo lo demás son
entretenimientos que nos buscamos para olvidarnos que viajamos en un tren sin
frenos.
La cabrita
loca
Verás cabra,
es que el escribir es muy buena terapia para mí, pone en orden mi pensamiento.
El paseante
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