jueves, 30 de agosto de 2012
La añoranza nos convierte en estatuas.
Cualquier día os dais un paseo por el
Retiro y me veis convertido en estatua, tanta añoranza tengo que de piedra me
voy a volver, de esta guisa me voy a quedar, sujetando el vaso de alguna fuente
monumental, en lo alto de un podio mirando al infinito, o como busto de prócer
de la patria, que todo puede ser.
Todas las estatuas de Madrid fueron
antes seres vivos y reales como yo, con sus propias historias, y un buen día
enfermaron de nostalgia y de piedra se volvieron, quedaron para siempre
petrificados, inmóvil el gesto en algún monumento capitalino.
La Cibeles y Neptuno no fueron sino
un par de amantes despechados que nostálgicos y añorantes terminaron sus días
guiando sus carros inmóviles sobre las burbujeantes aguas de sus fuentes, y
allí siguen viendo girar el tráfico a su alrededor desde entonces.
Y qué decir de todos esos tritones y
nereidas que pueblan nuestras fuentes históricas, no son sino adolescentes que
quedaron añorantes siempre de sus primeros amores y en piedra quedaron
transmutados por los siglos de los siglos.
Y es que en todas las civilizaciones
desde siempre la añoranza ha petrificado a su poseedor, la añoranza te hace
marmóreo, pétreo, pesado, inmóvil, te inmoviliza en el tiempo y el espacio y
sólo vives hacia dentro, hacia tus recuerdos, tu pasado, tu frustración.
La añoranza no te deja salir de tu
coraza de piedra, como si llevaras una armadura que en estatua te convirtiera
para siempre, y cuanto más practicas la añoranza más de piedra te vuelves,
menos avanzas, más parado estás.
Llegará el día en que Madrid se
convierta definitivamente en una ciudad de estatuas, y vendrán de todo el mundo
los turistas para hacernos fotos a los ciudadanos pétreos de Madrid, y seremos
como un ejército de añorantes, una especie de guerreros de Siam de la
nostalgia.
Tratarán de averiguar los
historiadores qué fue lo que pasó con nosotros, no hubo erupción de volcán
alguna que en piedra nos convirtiera, pero volvimos la vista atrás como en
Pompeya, y eso estaba prohibido, así que ya lo sabéis, en la vida lo mejor es
no volver la vista atrás porque en piedra te convertirás.
Mirad siempre hacia adelante queridos
conciudadanos.
el paseante
La semana de la añoranza.
Ha sido sin dudarlo la semana de la añoranza en el blog de el paseante.
La cosa surgió como por surgir, como si
nada, mi sombra me propuso la semana pasada tratar el tema de la
añoranza en nuestra polémica semanal, y a mí me pareció genial como todo
lo de mi sombra, y ya desde el comienzo comprobé que todo, la película,
los poemas, los artículos sobre la soledad y la tristeza, todo iba a ir
encaminado hacia ese sentimiento tan humano, el de añorar.
Creo que las imágenes avalan además esa sensación de añoranza que durante esta semana está transmitiendo el blog.
La foto de Doisneau del soldado en la
trinchera añorando seguramente a su familia, a su amada tal vez, la foto
de las estatuas del Retiro, las esculturas de Canova, la de Cupido, la
del llanto, las estatuas de arena de playa del sireno y la sirena
recostados en el lomo de la ballena, el anochecer, el amanecer con la
paloma mensajera, la lectura de mañana..., el poema de mañana..., todo
ha ido involuntariamente o de una manera inconscientemente voluntaria
tendiendo a ir perfilando ese sentimiento de la añoranza.
En fin, el hombre propone y el blog
dispone, para esta semana el hombre no había propuesto nada especial y
el blog dispuso la añoranza.
Se me olvidaba citar el cuadro de la
semana, añoranza de un tiempo definitivamente ido, perdido,
irrecuperable, la conversación en la playa de Palmaroli, no os lo
perdáis, es único.
Desde la añoranza,
el paseante
La paloma mensajera. Poema.
Traes hasta mí cada mañana un mensaje de amor que me conviene
Vuelas desde la luna llena hasta la luna nueva
Flotando en el éter, en la luz
Las nubes de plata de la noche pierden tu rumbo
Las aves rapaces te siguen
Inútilmente conspira la noche contra ti
Porque tú surcas el cielo cada noche para llegar hasta mí
A la mañana te encuentro siempre en el confín último de mi atalaya
Sobre el vacío precipicio de la ciudad encaramada
Y me das silenciosa tu mensaje de paz, tu mensaje de amor
Mientras la luz comienza a iluminar las lejanas montañas
Y contra el nuevo azul de cada mañana
Se recortan las altas torres, perpetuas vigías de la ciudad
Conozco tu mensaje paloma mensajera
Desde siempre lo sé
Siglos inmemoriales han escrito tu mensaje en mí
Me dices cada mañana que alguien me quiere
Y ya lo sé
Dime paloma quién es
No calles por una vez
Te lo pido
Detrás de ti iluminando el cielo
Contemplo, un día más, la sonrisa de Dios
Que me da tu mensaje al fin
José Ramón Carballo
30 de agosto de 2012
miércoles, 29 de agosto de 2012
Comentario de una seguidora sobre la añoranza.
Reflexionando sobre la añoranza, para mí es traer
al momento presente el recuerdo de "algo", ya sea un sentimiento,
emoción, lugar, situación , etc., perteneciente al pasado que te lleno
especialmente de alegría, plenitud, satisfacción, felicidad, paz, ternura,
etc, es decir, "esa energía" nutrió de tal forma mi
espíritu que se quedó en mí como un refuerzo positivo, pues su
"evocación" en determinados momentos puntuales me han servido de
estimulo y apoyo para salir del pesimismo, negatividad,
melancolía, en la que me encontraba, por el convencimiento, confianza y fe ,de
que tenemos la facultad y el poder de seguir creando momentos como
aquellos, pues la elección es nuestra, "ver el vaso medio lleno o
medio vacío".
El problema surge cuando "nos apegamos" a él , surgiendo
así el sufrimiento, siendo esto también una manera de caer en el
victimismo, la queja,... y así no realizar el esfuerzo necesario para
encontrar otras formas que nos proporcionen esa misma energía.
Magnificas las elecciones de los cuadros de hoy, están llenos de luz,
color, armonía, transmitiendo serenidad y calma, algo necesario en
estos momentos que vivimos.
En cuanto a los poemas, ¡guauuuuu!, me ha encantado especialmente el de
"derrúmbame" parece que está vivo, tiene una gran
fuerza, magnetismo, al leerlo parece empujarte a taladrar al
otro, a entrar en sus entrañas, a fundirte con el otro de la pasión, fuego
que emerge.
Y ahora que me acuerdo, por cierto, me pareció un "golpe" estupendo lo
de la economía, tanto, tanto, pero digo yo nadie debe saber en qué
consiste.
Bueno, sin más te dejo por hoy.
Un besote gordo,
Mt
La tristeza. Artículo.
Tal vez te sientas triste como yo, no lo sé, tal vez sea así, es posible,
por qué no, todos estamos tristes en algún momento o período de nuestras vidas,
es normal, la vida tiene algunas circunstancias duras, ¿verdad?, pero no te
deprimas, de esa tristeza saldrá una alegría nueva, un futuro mejor, tocar
fondo significa empezar a subir, seguro, tú puedes, eres grande, ya lo verás,
dentro de un tiempo mirarás atrás y te sonreirás, cómo pude yo estar tan mal te
preguntarás, estarás ya mucho mejor, ten confianza en ti mismo, el futuro te
pertenece, el futuro es tuyo.
No llores más, me parte el corazón verte llorar.
La tristeza es la fragua en la que se forja el alma del hombre, recuérdalo,
esta tristeza te hará más grande, te hará crecer, porque sólo en la adversidad
el hombre templa su carácter y aprende la lección que la vida le enseña en cada
ocasión, la felicidad te hace débil, la adversidad te hace fuerte, la tristeza
templa tu ánimo y tu carácter, te hace grande como un dios, te hace un héroe.
Recuerda a los dioses de todas las mitologías, todos sufrieron las
adversidades, todos padecieron la tristeza, dioses melancólicos, dioses
iracundos, dioses coléricos, vengativos, todos esos sentimientos los heredó el
hombre de los dioses, incluido el fundamental, la tristeza, porque desde la
tristeza tanto el hombre como el dios renace a una nueva vida, a un mundo
mejor, a una nueva dimensión transcendente.
Piensa que sufriendo eres un dios, nunca se vio un dios alegre, contento,
despreocupado, so pena de ser denostado, pensemos si no en Baco, sinceramente
alguien querría ser como Baco, me pregunto, yo no, menuda frivolidad, prefiero
ser como Júpiter tronante, como Atenea guerrera, prefiero tener problemas,
contrariedades, guerras y batallas, sé que sólo así me haré grande e inmortal.
el paseante
La dúplica a la añoranza.
No tengo costumbre de utilizar mi turno de dúplica, es la primera vez que hago uso de él, bien lo sabes tú sombra porque siempre te he dejado la última palabra, pero en esta ocasión me has encendido la sangre y no puedo ni quiero dejar de contestare.
Sombra, sombreada sombra, verás, o no me he explicado bien o no me has entendido, como soy un caballero entiendo que no me he sabido expresar.
El pasado se añora porque se desea que se repita, y claro que puede repetirse, en la vida nada es imposible, si bien nunca será igual al 100%, podrá ser parecido, añoro un amor pasado y lo deseo tal cual o muy parecido o algo mejor incluso, imaginemos que es imposible ya con aquella persona pero podrá serlo con otra parecida con la que vivir algo similar, añoro mi infancia, no volveré a ser físicamente niño nunca ya pero podré ser tratado como un niño por alguien, podré sentir ilusión, fantasía, despreocupación.
No sé sombra si ahora me he explicado, se añora más la esencia, la idea que la anécdota.
Añoro luego existo, ese es nuestro lema, añoro ciertos aspectos del pasado porque quiero repetirlos en el futuro, luego deseo repetir ese pasado en un futuro diferente, y ese deseo me impulsa a la aventura de vivir.
En cuanto que sea mejor el deseo realizado que el frustrado pues no estoy de acuerdo, porque la realidad nunca igualará a la imaginación, y el deseo frustrado, en tanto que nunca llega a ser real, nunca se degrada.
el paseante a su sombra
La réplica a la añoranza.
Estoy de acuerdo contigo en que
la añoranza es una ficción, una quimera, pero por eso mismo no creo que sea un
deseo frustrado, Jota. Sólo es una fantasía. Y la fantasía es diferente al
deseo, aunque se confundan. Se fantasea con algo que sabes de antemano que no
puede ser real, mientras que sólo surge el deseo cuando cabe una mínima
posibilidad de que se haga realidad, aunque esa posibilidad sea tan pequeña que
el deseo parezca imposible. La fantasía no duele porque no genera expectativas,
se fantasea por el simple placer de imaginar, pero el deseo sí que viene
acompañado de esperanza, y sí que duele cuando se frustra Jota, porque aunque
tú digas que un deseo frustrado es mejor que uno cumplido -cosa que me
sorprende viniendo de ti-, uno siempre espera ver su deseo hecho realidad, si
no, no tiene sentido desear. Así que añorar el pasado está bien si se es
consciente de que es una fantasía, pero desear que regrese es una insensatez…
La sombra del paseante
La soledad. Artículo.
Tal vez te sientas solo como yo, es duro
reconocerlo pero tal vez así sea, pero no te preocupes, la soledad es
el sentimiento más universal que hay, el primer sentimiento que nace
junto con el hombre, gracias al sentimiento de soledad han surgido las
sociedades, las civilizaciones, el progreso, el hombre se asocia con
otros hombres porque en soledad se siente frágil, vulnerable, poca cosa.
Gracias al sentimiento de soledad nace el vínculo matrimonial, la pareja, la familia.
Es por tanto la soledad un sentimiento
muy constructivo aunque a primera vista pueda no parecerlo, si el hombre
se sintiera bien en soledad el mundo sería inhabitable, no habría
cooperación, ayuda, solidaridad, viviríamos aislados, enfrentados, a la
defensiva de nuestra individualidad, de nuestra soledad.
Es bueno que te sientas solo, ésa es la
marea baja, después vendrá la marea alta que te llevará hasta los demás,
tu bajamar es tu soledad, tu pleamar es tu compañía.
Pero tal vez estés viviendo unos
momentos especialmente solitarios, tienes la impresión de que todos te
han dado la espalda, de que los demás no están solos y tú sí, pero no te
engañes, aunque acompañados pueden sentirse solos, no hay peor soledad
que la que está acompañada, mal acompañada, ya lo dice el refrán.
Y qué bien se está solo a veces, el
hombre fluctúa entre la búsqueda de la compañía y el regreso a su
soledad, el hombre tiene mareas, el hombre necesita volver desde los
demás a sí mismo una y otra vez, ensimismarse por un rato, por un
tiempo, en ocasiones para siempre.
La situación más natural en el hombre es
la soledad, nacemos solos, moriremos solos, solos estamos en los
momentos fundamentales de nuestras vidas lo queramos o no, enfrentados a
nuestro destino individual e incompartible, porque al fin el hombre
enfrenta solo la existencia, en esencia la vida del hombre es solitaria,
tener a alguien al lado no significa dejar de estar solo, tal vez dejar
de sentirse solo.
Erradicar el sentimiento de soledad es
imposible, es como las mareas, vienen y van, no dependen del mar
siquiera, son cósmicas, dependen de la luna, pues la soledad igual,
cuando ese sentimiento nos anega somos realmente como dioses, nos
hacemos plenamente conscientes de nuestra individualidad, nos vemos
realmente a nosotros mismos y no el reflejo que producimos en los demás.
La soledad es el motor del hombre, desde ella el hombre se proyecta fuera, sale de su caparazón, rompe sus barreras y es él.
el paseante
Éxtasis. Poema.
Éxtasis
Elevada cumbre de la despedida
Cénit final
Acuérdate de mí más allá de mí
Aurora de mis sentimientos
Que parten lejos de ti
Al infinito
Me quedaré sin ti por siempre
Perenne aún por siempre
En este éxtasis de dicha eterna
En este silente tumulto
Encrucijada de mi vida
Que sigue hoy por siempre
Ya lejos de ti
José Ramón Carballo
29 de agosto de 2012
Derrúmbame. Poema.
Derrúmbame
Acábame de derribar de este éxtasis de dicha
Excúlpame de mi amor por ti
Dame tu perdón
Atrápame de nuevo en tu sima profunda
Recóndita profundidad de tu alma
Oscura morada de tu amor por mí
Permíteme si merezco aún tu mirada
Contemplar en tus ojos la divina luz por última vez
Paraíso es tu mirada en el cual recostar mi alma
Desnúdame de mí y vísteme de ti un día más
Sólo un día más
El último día de nuestro amor
Te lo prometo
José Ramón Carballo
29 de agosto de 2012
martes, 28 de agosto de 2012
Cuando morí de ti. Poema.
Cuando morí de ti
Perdido ángel, olvidado dios
Extraviado entre los hombres de la corte celestial
Sonámbula presencia en un mundo derrumbado
Desde las torres inacabadas de las catedrales del sueño
Nos contemplas a lo lejos
Desde tus lejanas ensoñaciones de nubes
Desde tus imposibles sentimientos de alma
Desde tus divinos pensamientos de amor
Escuchas a lo lejos la voz de los hombres
Mientras prisionero de la tierra
Elevas la vista al cielo
En una plegaria de perdón
Cuando morí de ti ángel mío
Perdí la dicha de contemplarte
Encumbrada presencia
Solitario amor
Que entre las nubes
De las catedrales de mis sueños
Habitabas en mí
José Ramón Carballo
28 de agosto de 2012
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