Picasso el oráculo
Creo que faltaba Picasso, pero es difícil opinar sobre un
mito, sobre el genio, el artista, por antonomasia, si alguien dijera que no le
gusta Picasso sería tachado inmediatamente de ignorante, de mente obtusa, y
seguramente con razón porque la comprensión de algo requiere un aprendizaje y
Picasso como síntesis de toda la pintura anterior a él, como esencia de toda la
pintura, de toda su historia, requiere un aprendizaje previo, un conocimiento,
que no todo el mundo tiene, igualmente pienso que Picasso al igual que resume
todo lo anterior se anticipa a todo lo que está por llegar en la pintura, de ahí
su incuestionable genialidad, creo que junto con Shakespeare son los dos
artistas en los que se cumple en mayor medida esta labor de demiurgos de su
arte, de magos, parecen tener unos poderes especiales impresos en su
conciencia, los de la remembranza y la anticipación, como augures juegan un
papel de echadores de cartas, de maestros del tarot, averiguan todo sobre el
pasado y anticipan todo sobre el futuro, son de esta manera a través de su
creatividad catalizadores de un arte nuevo basado en profundas raíces,
deslumbrante en su riqueza, artificios, profundidad, y augures de una nueva
época, profetas.
Picasso y
Shakespeare, Shakespeare y Picasso. Tanto monta, monta tanto, un chorro
incontenible de vida, de creatividad, de arte, de amor por la vida y, por qué
no decirlo, de incontenible optimismo.
Nunca me pone triste la pintura de Picasso, ni siquiera su
Guernica, porque me habla de un porvenir mejor, siempre me produce bienestar,
gozo, la dichosa contemplación de sus formas, colores, temas tan sugerentes y
originales, tan clásicos y nuevos a la vez, tan eternos.
Es por otra parte nuestro pintor más original, más admirado,
más ecléctico, transgresor, vanguardista, nuestro pintor más nuestro también,
sin dudarlo, más profundamente español, mediterráneo, latino en toda la
profundidad de su significado, es decir, grecolatino.
Colosal siempre, ciclópeo pintor al que parece que la
pintura le poseyó como si fuera un diablo, no podía parar, toda su abundante,
polifacética y variada obra lo demuestra, creo que en Picasso se cumple la
profecía del elegido por los dioses, del mandato divino, de la tarea mesiánica,
de la generosidad incontenible del artista que se sabe único, señalado por el
dedo de Dios, y al que nada ni nadie puede detener en el cumplimiento de su
misión, hacer comprender a través de su arte el mundo a los demás,
reconfortarnos, hacernos mejores, más sabios y más felices.
El paseante
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