martes, 8 de abril de 2014

Mis zapatos.



Me parece una foto interesante, son mis zapatos fotografiados antes de que el zapatero les ponga unas medias suelas, o por mejor decir la suela de mis zapatos junto antes de ese momento, me chocó la imagen y los fotografié ante la mirada atónita del zapatero, que por cierto me dijo que nunca había visto unos agujeros en la suela tan regulares, idénticos, simétricos, en todos sus años de profesión, me dieron ganas de decirle: bueno, soy el paseante.
Pero me callé, hubiera tenido que dar demasiadas explicaciones.
Son unos zapatos corrientes, quiero decir que no son caros, sin embargo son cómodos y de bastante buena calidad, son tipo castellano, con borlitas, me encantan desde niño los zapatos con borlitas, me gusta sentirlas tintinear al caminar con cada paso, me dan energía, también me parecen elegantes, chic, como que rompen la monotonía del castellano clásico, son de color negro, cuero grueso, de suela, bastante fuertes, los compré en El Corte Inglés, que por regla general tiene buenos zapatos, siempre me compro los zapatos allí, buena relación calidad precio y bastante variedad, estos son marca Dustin, y tengo otros idénticos color marrón claro, igual de cómodos, de resistentes, de ponibles, puedes usarlos en cualquier tiempo, con frío o calor, lo único que tienes que cambiar es el grosor del calcetín, y combinan bien con cualquier vestimenta, desde unos vaqueros a un traje, duran mucho tiempo limpios, se mantienen bien con un poco de betún de vez en cuando, al ser de cuero muy grueso son resistentes y fuertes, no se deterioran fácilmente, para lo que no son muy adecuados son para los días de lluvia porque por la costura superior se mete el agua, nada es perfecto al 100%, también me gusta mucho el modelo castellano que lleva un bocado de caballo, ¿sabéis lo que es eso?, yo que fui jinete os lo explico, es lo que va dentro de la boca del caballo y que se engancha a las bridas con las cuales el jinete guía al caballo, ¿lo habéis comprendido?, ¿os ha quedado claro?, si no es así me lo decís, bueno, pues los que llevan el bocado metálico en el empeine del zapato me parecen el no va más, y sobre todo si son de metal plateado, nunca dorado, tuve unos zapatos así de joven y aún los recuerdo, han sido los zapatos más bonitos que he tenido jamás, aunque por aquel entonces los zapatos corrientes no eran de la calidad que son ahora, las suelas se desgastaban enseguida, por eso se les ponía y aún hoy se les pone los famosos filis, como los de la foto, para proteger la suela e impermeabilizarlos de la lluvia también, interesante. Una última cuestión, me encantan los zapatos si cordones, te los pones y quitas en un plis plas, ¿estáis de acuerdo conmigo?
Lo que os digo, estos zapatos tan hechos a la horma de mi pie, son como una proyección de mi adn, no sólo físico sino espiritual, porque todo es uno, y las huellas del desgaste de la suela reflejan, sin dudarlo, los avatares de mi alma trashumante de mil paseos, mil caminos, mil recorridos buscando algo, mil destinos, mil desengaños seguramente también, estoy por decir que estos dos agujeros son mi mejor retrato, mi más profundo psicoanálisis, mi más fino perfil humano, ahí, en esas dos marcas tan simétricas estoy yo al 100%, esas marcas soy yo, un yo más yo que yo mismo y desconocido hasta por mí mismo hasta el momento en que al entregar los zapatos al zapatero lo vi claro, y tuve una revelación, ése era yo.

El paseante


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