Un verdadero artista nunca es pobre, es rico siempre, rico en ideas, imaginación, proyectos, sentimientos, emociones, reflexiones, ensoñaciones, pensamientos, recuerdos, añoranzas, elucubraciones, quimeras, afanes, superaciones, curiosidades, pequeños placeres, grandes placeres, placeres medianos, contemplaciones, éxtasis, transmutaciones, transformaciones, enamoramientos, desolaciones, soledades, sufrimientos, felicidad, amigos, enemigos, amor, odio...
Un verdadero artista nunca es pobre porque es rico en vivencias, porque vive la vida con todo lo que eso implica, y se deja llevar por ella y aprende de ella y mejora a través de ella, y además en ocasiones es capaz de mostrar sus experiencias a los demás para que los demás las conozcan y se enriquezcan junto con él.
Un verdadero artista siempre es rico, lleva en sí mismo el germen de la riqueza, así sea pobre en lo material, el artista es rico en espíritu, su alma, de una gran belleza, es el reflejo de la belleza del mundo, y es a través del reflejo de la belleza del mundo en él como es capaz de proyectar al exterior toda su magia, la magia de su arte, que es su propia magia, su propio duende.
Un verdadero artista nunca es pobre aunque no tenga una obra propia, puede ser él mismo la obra de arte en sí, sus pensamientos, actitudes, comportamientos, reflexiones, pensamientos, todo su mundo propio puede ser ya en sí su mejor obra de arte, su más valiosa producción.
Un verdadero artista es en potencia el arte en sí mismo, sin necesidad de producir nada, porque el verdadero artista no es sino una forma de ser y de estar en el mundo, un punto de vista sobre la realidad, una perspectiva única, genial, e independiente del mundo, de la vida, del amor.
Un verdadero artista además nunca muere porque vive por siempre en la sensibilidad de otras almas, las almas de los que han tenido contacto con él y han sabido admirar y aprender de él la esencia de su arte.
El verdadero artista nunca es pobre, porque su riqueza está en él, va con él donde vaya, y brilla aún en la más absoluta oscuridad.
el paseante
(entrada dedicada a Oscar Wilde)
Un verdadero artista nunca es pobre porque es rico en vivencias, porque vive la vida con todo lo que eso implica, y se deja llevar por ella y aprende de ella y mejora a través de ella, y además en ocasiones es capaz de mostrar sus experiencias a los demás para que los demás las conozcan y se enriquezcan junto con él.
Un verdadero artista siempre es rico, lleva en sí mismo el germen de la riqueza, así sea pobre en lo material, el artista es rico en espíritu, su alma, de una gran belleza, es el reflejo de la belleza del mundo, y es a través del reflejo de la belleza del mundo en él como es capaz de proyectar al exterior toda su magia, la magia de su arte, que es su propia magia, su propio duende.
Un verdadero artista nunca es pobre aunque no tenga una obra propia, puede ser él mismo la obra de arte en sí, sus pensamientos, actitudes, comportamientos, reflexiones, pensamientos, todo su mundo propio puede ser ya en sí su mejor obra de arte, su más valiosa producción.
Un verdadero artista es en potencia el arte en sí mismo, sin necesidad de producir nada, porque el verdadero artista no es sino una forma de ser y de estar en el mundo, un punto de vista sobre la realidad, una perspectiva única, genial, e independiente del mundo, de la vida, del amor.
Un verdadero artista además nunca muere porque vive por siempre en la sensibilidad de otras almas, las almas de los que han tenido contacto con él y han sabido admirar y aprender de él la esencia de su arte.
El verdadero artista nunca es pobre, porque su riqueza está en él, va con él donde vaya, y brilla aún en la más absoluta oscuridad.
el paseante
(entrada dedicada a Oscar Wilde)
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