Hola amigo: ¡buen día! He leído tu correo como cinco
veces, tratando de entender qué te está diciendo tu corazón, tu alma, tu
espíritu y tu cerebro.
Yo pienso que no eres culpable de la existencia de
gente mala. Que hacerte cargo de ella, aún vengándote, es una pérdida de
energía al vicio. La maldad es a la esencia humana, cuando está presente, como
lo es la incondicionalidad del amor de una mascota a su dueño. Quizás, ni
siquiera pueda considerarse humana a la gente mala, y por eso no tiene sentido
amargarse la vida, vengarse, o hacer pender nuestras decisiones de los que
serían animales con ropa.
Pienso que eres un adelantado en evolución espiritual.
Sé que eres muy sensible a la maldad, a la injusticia, a la desconsideración,
pero siempre encuentras tu eje, y te paras frente a la vida con los pies sobre
la Tierra, sabiendo perfectamente qué es lo que está pasando, y abstrayéndote
en tu mundo de paz.
Tu historia no es distinta a la del resto de los
mortales que tratamos de vivir sin hacer daño. Reconozco que una/o siempre
piensa que sólo le pasa a ella/él. Pero somos muchos los que hemos tenido cerca
la malicia, experiencias traumáticas, grandes desilusiones, frustraciones,
deseos incumplidos y desesperanza. Cada cual, según su personalidad, dispara
ante esas circunstancias donde más se siente seguro, que en tu caso, estimo, es
el pensamiento reflexivo. En lo particular, hoy te centras en la envidia, la
que es real, y normalmente proviene de personas que no han logrado lo de uno/a,
y que encima es vulgar e ignorante y parece tener una muy buena vida.
No te equivoques: el envidioso no tiene paz y si
alguna venganza quieres ejecutar: SIGUE SIENDO TÚ MISMO.
Sólo trata de estar con personas que te conozcan,
quieran y respeten, y verás que todos tus pensamientos serán más positivos.
Te quiero mucho, bssss. BC
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