lunes, 4 de agosto de 2014

Julinchi, perdona que no te llamara.




Julinchi, perdona que no te llamara, al final, después de años, ni recuerdo cuántos, salí a tomar una copa por la noche, resultó bien, todo muy vacío al ser agosto, estuve en Leather, lo han reformado, nada del cutrerío de antes, todo en plan metal, minimalismo, luces indirectas, bastante bien, y además ya no hay humo en esos sitios como antes, increíble, un lujo, parecemos Europa. Llegué a casa temprano, apenas la 1, pero la edad no perdona, al día siguiente estaba zombie.

El domingo comí con mis padres y luego estuve en la piscina del Club de Campo, cuando ya me iba a ir apareció otro angelito, de esos que nos dejan sin palabras, y noté que se estaba como exhibiendo delante de mí, recree la vista pero desde un punto de vista solamente estético, sin deseo alguno, como si viera una mujer bella, me fui al vestuario, estoy peinándome en los espejos de los lavabos y se pone al lado a mirarse en el espejo, se levanta la camiseta, se acaricia los abdominales y me mira sonriente, y vuelve a mirarme..., yo le devuelvo las miradas, allí se queda a mi lado esperando que le dijera algo.

En ese momento se me pasó por la cabeza toda la complicación que podía acarrearme entablar una conversación con él, no hace falta que te lo explique, me abrumó una terrible pereza, cogí mi bolsa y me marché, al salir de los vestuarios sentí lástima por el chaval y por mí, por mí porque pude comprobar a dónde me han llevado las malas experiencias sentimentales.

Pero dime, qué hago yo con alguien a quién le doblo la edad? 
No me contestes, no hace falta...  

bss, 
jr


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