Blog dedicado a reflejar mi trayectoria vital y mis reflexiones.
miércoles, 12 de febrero de 2014
Vivir no es luchar por lo que te apetece.
Vivir no es luchar por lo que te apetece. Yo no veo la vida de la misma manera que tú, JR.
Lo que tú propones es una vida de esfuerzo y dedicación. Luchar no entra en mis actividades preferidas ni cotidianas. Al menos en esta segunda mitad de mi vida. En mi primera mitad de existencia creo que tampoco he luchado demasiado, más bien me he dejado llevar por las circunstancias en cada momento. No luché por ser abogado, mi padre no me dio otra opción para elegir. Tampoco luché por tener una casa propia, fue tan fácil como esperar unas semanas para cobrar alguna minuta que me permitiera acceder a la vivienda a mi medida, sin más esfuerzos ni hipotecas. Tampoco he luchado por encontrar la pareja ideal, me he ido adaptando a las opciones que se me presentaban en cada momento.
La lucha de que hablas ni siquiera la he puesto en práctica en el ámbito familiar, me he resignado a aceptar que la familia que me ha correspondido no es la que yo hubiera deseado si en mi mano hubiera estado la posibilidad de elegir.
Bueno, así te podría ir mencionando muchas otras situaciones de mi vida. Y la lucha creo que no aparece en ninguna de ellas. Es verdad que ya desde el colegio me inculcaron esa importancia y necesidad de luchar para conseguir una meta en esta vida. Pero como nunca he sabido cuál era mi meta, creo que por eso no he tenido necesidad de luchar.
Cuando estaba en el colegio, un internado de militares en época franquista, ni siquiera me peleaba si alguno de mis compañeros me insultaba, por mucho que insistieran y me provocaran.
Ya ves JR, no he luchado ni para tener una vida mejor ni menos aún para satisfacer mi propio placer.
Ya sé que no se ve con buenos ojos eso de conseguir las cosas sin esfuerzo, sin trabajo, sin luchar en definitiva. Pero en mi caso ha sido así.
Creo que hay que abandonar la lucha y desterrarla de nuestra vida. Es algo ancestral que debe de provenir del tiempo de las cavernas, cuando el hombre tenía que enfrentarse a animales salvajes. Una vez aprendida la lección de que el único animal que hay salvaje y verdaderamente peligroso es el propio hombre, sin exclusión alguna, para que vamos a luchar contra nosotros mismos? Quizás en esa lucha podamos salir vencedores frente a otros semejantes, pero siempre perderemos en la lucha contra nosotros mismos.
La cabrita loca
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