Robert y Philip eran muy amigos en apariencia, entre ellos dos
se repartían el pastel, estaba claro, pero en el fondo no se tragaban, eran
iguales, la suya era una amistad de mafia, eres mi amigo mientras me respetes y
me dejes hacer, nada más, Robert tenía cara de bulldog y un carácter a juego,
parecía que iba a babear cuando descolgaba la mandíbula y te perdonaba la vida
con la mirada como si fuera a exterminarte, Philip era un hombrecillo que podría
resultar hasta gracioso en su aspecto si no fuera porque realmente era una
especie de Satán insaciable, el toque de humor se lo daba la peluca, Philip
llevaba una peluca que no reconocía llevar, que nadie había insinuado nunca
llevara por miedo, cuando llegaba el verano se cambiaba de peluca y aparecía en
la oficina diciendo que se había cortado el pelo, Brown a veces había tenido
ganas de arrancarle la peluca y tirarla por la ventana, sobre todo cuando Philip
hacía gala de sus malas artes en reuniones interminables con el gran jefe en
las que éste consentía todo Philip por
miedo, Robert y Philip eran dos personajes realmente peligrosos, bajo su pinza la empresa
estaba secuestrada en su beneficio, Robert de Controler y Philip de Jefe de
Personal, aquello era más de lo que podía resistirse, era como trabajar en un
campo de concentración, siempre con la espada de Damocles sobre tu cabeza,
ellos siempre a punto de darte el golpe de gracia definitivo al unísono, de
cortarte la cabeza, y así le pasó a Brown, que le cortaron la cabeza antes de
que pudiera tirar la peluca de Philip por la ventana.
Brown nunca se atrevía tampoco a mirar directamente la
peluca de Philip, le pasaba como con los botines rojos del jefe, eran un tabú,
pero la peluca flotaba siempre alrededor de la mirada de Brown como un objeto
sacrílego, prohibido, una provocación maldita, como un símbolo del poder
omnímodo y cruel de Philip, ni siquiera podía considerarse una peluca, era más
bien como una corona, aquella peluca coronaba a Philip como un maldito demonio,
como el Satán de aquel reino de crueldad.
(continuará)
Brown desde Vancouver
Capítulos anteriores:
La verdadera historia de Cony y Brown (1). Brown no quería ya a Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (2). La puta barata de Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (3). La mayor enemiga de Cony era Tipi.
La verdadera historia de Cony y Brown (4). El superjefe usaba botines rojos con hebillas.
Próximas entregas:
6 - También estaba Peny, el cubano.
7 - El marido de Cony.
8 - El reencuentro entre Cony y Brown.
9 - Ellos jugaban a provocar.
10 - Hacer el amor con Cony.
11 - La muerte de Cony.
Capítulos anteriores:
La verdadera historia de Cony y Brown (1). Brown no quería ya a Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (2). La puta barata de Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (3). La mayor enemiga de Cony era Tipi.
La verdadera historia de Cony y Brown (4). El superjefe usaba botines rojos con hebillas.
Próximas entregas:
6 - También estaba Peny, el cubano.
7 - El marido de Cony.
8 - El reencuentro entre Cony y Brown.
9 - Ellos jugaban a provocar.
10 - Hacer el amor con Cony.
11 - La muerte de Cony.
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