Querida cabra:
Muchas reflexiones las nuestras, magníficas las tuyas como
siempre, realmente sabias, llenas de ese paciente conformar que sólo da la
sabiduría, creo que tu manera de vivir es realmente consecuente con la realidad
de la vida, ayer por la tarde en el metro iba uno que me recordó a ti, un cachondo
mental que se puso a pedir mientras bailaba la música que sonaba en el móvil,
divertido, con sentido del humor, iba pidiendo 35 céntimos que le faltaban para
tomarse una caña, una chica le dijo que ella se pasaba todo el día trabajando y
no tenía dinero para una caña, entonces él la llamó sumisa, sumisa porque
trabajaba como una esclava por un sueldo de mierda, y yo me dije: es como la
cabra, como la cabrita loca, que preferiría estar tirado en la calle pidiendo
antes que esclavo, dime si me equivoco.
De todas formas te diré que no todo el mundo tiene tu
suerte, yo mismo no la he tenido, no me han venido las cosas tan fáciles como a
ti, me las he tenido que currar como suele decirse y remontar desde el más
profundo desempleo, la suerte junto con el esfuerzo hacen que todo vaya
mejorando poco a poco, pero yo entré en la Administración
ganando menos que un ordenanza, imagina.
Y luego la lucha por independizarme que requería contar con
dinero, y luego el establecerme, viajar, conocer mundo, alternar, ir al cine,
al teatro, salir a cenar de vez en cuando, vestir, alimentarte…, todo cuesta
dinero y a mí no me caía de los árboles.
Otros terminan en la calle tirados pese a haber tenido una
vida parecida a la mía, simplemente no son funcionarios, vivimos tiempos
terribles te lo aseguro, y eres un privilegiado, con relativa facilidad y
comodidad conseguiste rápidamente mucho, aunque sí te reconozco el mérito de
haber sabido poner límite a tu ambición, haber roto con ese estilo de vida y
haber iniciado otra vida para ti más verdadera desde cero, eso tiene mérito,
pero relativo porque siempre has tenido las espaldas muy bien guardadas y una
situación económica envidiable al menos para mí, para mi modestia de funcionario.
Tu heroísmo es relativo, tu aventura no deja de ser la de un
burgués, aún sin metas como dices no tener es cierto que conservas aún cierto
interés por la vida, lo cual a estas alturas te honra.
Tal vez desde mi punto de vista tu interés por la vida es un
tanto infantil, o a mí me lo parece, pero he de reconocer que yo estoy un tanto
lúgubre últimamente, necesito tal vez liberarme de tantas ataduras mentales, de
tantos temores, de tantas inseguridades, porque con ellas o sin ellas está
claro que al final pasará lo que tenga que pasar, y de esta manera no hago sino
sufrir por anticipado.
No sé si me he explicado bien, ya me dirás.
Abzs,
jr
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