Vaya pinta, parezco Miguel Strogoff, era una novela juvenil de mi infancia, creo que de Julio Verne, mucha nieve, mucho trineo, mucho frío, como ahora mismo en Madrid, esto parece la estepa siberiana, ¿se dice así?, o la tundra, como se diga, Madrid tiene un clima muy riguroso, extremo, mesetario, de cambios bruscos, muy caluroso en verano y muy frío en invierno, para colmo por aquí pasa todo, las olas de frío que vienen desde U.S.A. y desde Rusia, tremendo, primero nos mandan el capitalismo, luego el comunismo, y luego sus olas de frío, son crueles con nosotros, también nos llegan las olas del ardiente viento africano, el terrible Siroco africano, España es la encrucijada del mundo, aquí se experimenta a nivel mundial con todas las ideologías y todos los climas, baste ver lo que fue nuestra guerra civil y ahora nuestras Ciclogénesis explosivas que el nombre se las trae.
Para contrarrestar la ciclogénesis me he puesto el gorro de piel siberiano comprado en San Petesburgo donde nunca he estado, tampoco es de piel, es sintético y comprado en H&M por 3 euros, alucinante, valía 15,99, y en rebajas 3 euros, no han debido vender ninguno, a quién se le ocurre traer esto para venderlo en España, yo me lo he comprado más que nada para el Carnaval, a veces bajo a pasear a los perritos con él puesto y paso un calor horroroso, además debo ir haciendo el ridículo porque la gente me mira y se sonríe como si estuviera loco, lo dicho, aquí además de experimentar con ideologías y clima experimentan con los gorros siberianos de piel sintética comprados en San Petesburgo con la imaginación.
No sé si me favorece, parezco un oso, me miro en el espejo y me veo por fin con pelo, pero demasiado pelo, mejor sería comprarme una peluca a lo Andy Warhol.
Pero la ciclogénesis, la ciclogénesis no me ha dejado dormir, batía el viento en las persianas y me he desvelado y he estado pensando en Bety, la bruja, mi amiga Bety que se ha enamorado y eso sí que es una ciclogénesis y no lo del gorro.
Por cierto, mucho frío en Rusia, ¿verdad?, y lo de la Revolución qué horror, a los zares los mataron en la noche del 14 de agosto de 1917, tal vez el dato no es muy preciso, pero es el día de mi cumpleaños, bueno, en 1917 no cumplí años, todavía no porque no había nacido, hasta 1961 no cumplí mi primer año, y desde entonces todos los años sin falta, ya he vivido 53 años, ¿es mucho verdad?, me parece mentira haber vivido tanto con todo lo que he sufrido, no sé cómo el cuerpo aguanta, infalible la naturaleza humana, un milagro obra de Dios.
el paseante
(continuará)
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