Lo inacabado es lo más bello que existe, qué es un niño sino
un hombre inacabado, de ahí su belleza.
Lo inacabado es hermoso porque nosotros lo completamos con
la imaginación y lo volvemos de una belleza ideal.
El paseante solitario
De Matisse me gusta su inacabamiento, su involuntariedad, su
improvisación, su color, su visión hedonista de la vida, su profunda esencia
mediterránea, su esquematismo, su orientalismo, su fascinación por el exotismo
cotidiano, su fulgurante amor por la vida, su inverosímil imaginación, su
fértil e inagotable creatividad, su originalidad, su rápida resolución del
cuadro, su esencialidad, su superficial profundidad, su locura creativa, su
deslumbrante luminosidad, su sincretismo, su icónica belleza, su transfigurada
imaginación, su vacío, su insustancialidad, su decorativismo, su humildad, su
provocación, su invisibilidad como artista, su última y esencial volatilidad.
Quién da más? Es imposible dar más, es único, insuperable,
no es síntesis de nada anterior ni se anticipa a nada que está por llegar, es
único, radical, insobornable, impermeable a influencias, escuelas, teorías, credos,
es el artista total, independiente, solitario, eterno.
Es Matisse.
El paseante solitario
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