También estaba Penyc, el cubano, experto en artes
amatorias, ése era su principal por no decir único mérito, con ellos y con
ellas él sabía lo que necesitaban siempre…, bien pertrechado por la naturaleza
que generosa le había dado el mejor capital para abrirse camino en una empresa
como ésa, ávida de sexo y de poder, lo que viene a ser lo mismo, Penyc era muy
amigo de Cony, se hicieron amigos nada más conocerse, eran iguales, usaban las
mismas armas, la bragueta, uno en hombre y la otra en mujer, nunca tuvieron
nada entre ellos, como verdaderos profesionales respetaban sus territorios y
solamente compartían íntimas confidencias que les servían para trepar y hacerse
inviolables, Penyc presumía de haberse acostado con toda la empresa excepto
con Cony y con el gran jefe, Penyc era demasiado listo como para caer en algo
así, ni siquiera lo intentó como hizo Cony porque era mucho más listo que ella,
sabía que podía costarle el puesto, y así fue como Cony perdió su puesto junto
a Brown, intentando flirtear con el superjefe, éste al principio no hizo nada
pero después de un breve espacio de tiempo devolvió a Cony a trabajar al hotel del extrarradio, lejos de él y de Brown que al principio no comprendió
los verdaderos motivos hasta que más adelante lo vio claro, era el maldito
puterío de Cony, su modus vivendi que no medía nada, que se atrevía con
cualquiera sin pensar en las consecuencias, era en definitiva su ingenuidad de
niña que busca desesperadamente en los hombres la figura protectora de un
padre, del padre que perdió siendo joven, y qué mejor padre que el superjefe.
Brown se sentía perdido en esa maraña, en esa jungla, se
sentía desarmado, él intentaba defenderse con su bondad, pero su bondad día
tras día no hacía sino convertirle en más vulnerable.
(continuará)
Brown desde VancouverCapítulos anteriores:
La verdadera historia de Cony y Brown (1). Brown no quería ya a Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (2). La puta barata de Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (3). La mayor enemiga de Cony era Tipi.
La verdadera historia de Cony y Brown (4). El superjefe usaba botines rojos con hebillas.
La verdadera historia de Cony y Brown (5). Robert y Philip eran muy amigos en apariencia.
Próximas entregas:
7 - El marido de Cony.
8 - El reencuentro entre Cony y Brown.
9 - Ellos jugaban a provocar.
10 - Hacer el amor con Cony.
11 - La muerte de Cony.
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