Pues yo no voy a ser menos, a mí a ñoñería no hay quién me gane, además de todo eso que hace el pelota de Lobi yo tengo otro recurso más espiritual, más gatuno, el ronroneo, a través del ronroneo mi alma habla y dice:
Soy feliz.
Es inconfundible, algo físico, incontrolable, involuntario como un reflejo, algo que no puedo fingir, que surge o no surge de forma espontánea, me delata y dice:
Te quiero.
Eso sólo lo tenemos los gatos, bueno, los felinos, los tigres, las panteras, los leones, y yo.
Somos fieros, cuidado con meterse con nosotros, somos los reyes de la selva.
Pero si amamos somos sinceros, y el ronroneo lo demuestra, no fingimos, no hacemos la pelota como otros, no lo necesitamos.
Una mirada de nuestros ojos esmeralda, el ronroneo, una cabezazo de cariño, nos revolcamos tripa arriba, y ya está, así cae cualquiera, y luego amor eterno.
Pero tampoco hay que agobiar, nosotros somos más de momentos, no vamos a estar pendientes siempre de nuestro amo.
Aunque de José Ramón, el paseante, vale la pena estar pendiente toda la vida, es igual que nosotros, un amor, sólo le falta ronronear.
Aunque a veces también araña...
Pipi cat
No hay comentarios:
Publicar un comentario