LOS CUATRO PASOS HACIA EL
AMOR
Osho:
El amor es la unión, el encuentro orgásmico de la
muerte y la vida. Si no has conocido el amor, te lo has perdido. Naciste,
viviste y moriste, pero perdiste la oportunidad. Te has equivocado
tremendamente, totalmente, absolutamente, has perdido el intervalo entre las dos
notas. Ese intervalo es el pináculo más alto, la experiencia suprema.
Para alcanzarlo, hay cuatro pasos que debes
recordar.
El primero: estar aquí y ahora, porque el amor
sólo es posible en el "aquí-ahora". No puedes amar en el pasado. Muchas personas
viven simplemente de recuerdos, amaron en el pasado. Y hay otros que aman en el
futuro; eso tampoco se puede hacer. Estas son formas de evitar al amor. El
pasado y el futuro son las formas de evitar al amor.
De modo que amas en el pasado o amas en el futuro
y el amor es sólo posible en el presente porque sólo en este momento la vida y
la muerte se encuentran... en el oscuro intervalo que está dentro de ti. Ese
intervalo oscuro está siempre en el presente, siempre en el presente, siempre en
el presente. Nunca es pasado y nunca es futuro. Si piensas demasiado—y pensar es siempre o del pasado, o del futuro—tus energías se separarán de tus sentimientos. Sentir
es estar aquí-ahora. Si tus energías se mueven en función del pensar, entonces
no tendrás suficientes energías para adentrarte en los sentimientos y el amor no
será posible.
Así que el primer paso es estar aquí-ahora. El
futuro y el pasado traen pensamientos y el pensar destruye el sentir. Y una
persona obsesionada con el pensar, poco a poco se olvida completamente de que
también tiene un corazón.
Un hombre que piensa demasiado, avanza de tal
manera que, poco a poco, deja de expresar lo que siente. No prestándole atención
al sentir, empieza a alejarse de él. Hay millones de personas en este estado sin
saber qué significa el corazón. Creen que es sólo un mecanismo. Se concentran
exclusivamente en la mente. La mente es un extremo, es necesaria, es un buen
instrumento, pero debe usarse como un esclavo. No debe ser el amo. Una vez que
la mente se convierta en el amo y dejes en segundo término al corazón, vivirás,
morirás, pero no sabrás qué es Dios, porque no sabrás qué es el amor.
Al contactar con él por primera vez ,ese intervalo
oscuro parece ser amor y cuando te pierdes en él, se convierte en Dios. Dios
comienza con el amor, o Dios es la última cúspide del amor.
El segundo paso hacia el amor es: aprende a
transformar tus venenos en miel...
Mucha gente ama, pero su amor está muy contaminado
con venenos, con odio, celos, furia, posesividad. Mil y un venenos asedian tu
amor. El amor es algo delicado. Detente a pensar en la ira, en el odio, en la
posesividad, en los celos. ¿Cómo puede el amor sobrevivir?
En primer lugar las personas utilizan demasiado la
cabeza y olvidan el corazón. Son la mayoría. Una minoría, todavía vive un poco
en el corazón, pero esa minoría también está equivocada, su pequeña luz de amor
está rodeada por celos, odio, ira y mil y un venenos. Así, todo el viaje se
vuelve amargo. El amor es la escalera entre el cielo y el infierno, pero la
escalera siempre tiene dos caminos: puedes subir o bajar. Si existen venenos, la
escalera te llevará hacia abajo. Entrarás en el infierno y no en el cielo. Y en
vez de alcanzar una melodía tu vida será un estruendo nauseabundo,
contradictorio, como el ruido del tráfico. Un ruido enloquecedor, una multitud
ruidosa, sin armonía. Permanecerás al borde de la locura.
Por lo tanto lo segundo a recordar es: aprende a
transformar tus venenos en miel.
¿Cómo serán transformados? Hay un proceso simple.
De hecho no es correcto llamarlo transformación porque no tienes que hacer nada,
sólo necesitas paciencia. Te estoy revelando uno de los mayores secretos.
Inténtalo: cuando sientas rabia, no hagas nada, sólo siéntate en silencio y
observa. No estés ni a favor, ni en contra. No cooperes con ella, no la
reprimas. Sólo obsérvala, ten paciencia, mira lo que sucede... déjala
surgir.
Recuerda una cosa: nunca hagas nada cuando el
veneno se apodere de tu estado de ánimo, simplemente espera. Cuando el veneno
empiece a cambiar...
Esta es una de las leyes básicas de la vida: todo
cambia continuamente. Como te había dicho, el hombre se vuelve mujer y la mujer
se vuelve hombre, porque periódicamente ocurren cambios en ti. El hombre bueno
se vuelve malo y el malo bueno; el santo tiene momentos de pecador y el pecador,
de santo... uno sólo tiene que esperar.
No actúes cuando la furia está en su punto más
álgido, si no te arrepentirás y entrarás en una reacción en cadena y crearás
karma. Es así como entras en el karma. Haz algo cuando estés en un momento
negativo y formarás parte de una cadena interminable. Cuando estás negativo y
actúas, el otro se vuelve negativo, el otro está dispuesto a hacer algo. La
negatividad genera más negatividad. La negatividad provoca más negatividad, la
furia crea más furia, la hostilidad crea más hostilidad y las cosas siguen y
siguen y siguen. La gente ha estado luchando entre sí, durante vidas enteras. ¡Y
aún continúan!
Espera. Cuando estás furioso, éste es el momento
de meditar; no desperdicies ese momento. La ira está creando tanta energía en
ti... que puede destruirlo todo. Pero la energía es neutral; la misma energía
que puede destruir, puede ser creativa. Detente. La misma energía que puede
destrozarlo todo, puede ser una lluvia de vida.
Sólo espera. Si esperas y haces las cosas sin
prisa, un día te sorprenderás al ver el cambio interno. Estabas lleno de ira y
la ira iba aumentando y aumentando hasta que llegaste a un clímax... y entonces
el curso de las cosas empezó a cambiar. Y puedes ver que está cambiando y la
furia va desapareciendo y la energía liberándose. Entonces estarás en un estado
de ánimo positivo: el ánimo creativo. Ahora puedes hacer algo. Hazlo ahora.
Espera siempre el momento positivo.
Y no estoy hablando de represión, no estoy
diciendo que suprimas lo negativo. Lo que digo es que observes lo negativo.
Recuerda la diferencia, existe una tremenda diferencia. No digo que te estanques
en lo negativo, que te olvides de lo negativo, que hagas algo en contra de ello,
no. No estoy diciendo eso. No digo que sonrías cuando estás furioso, no. Esa
sonrisa será falsa, fea, fingida. No sonrías cuando estés furioso. Enciérrate en
tu cuarto, coloca un espejo frente a ti y mira tu rostro lleno de rabia. No hay
necesidad de mostrárselo a nadie. Es cosa tuya, es tu energía, tu vida y debes
esperar el momento oportuno. Sigue mirándote al espejo, mira tu cara enrojecida,
los ojos rojos, al asesino en ti. ¿Has pensado alguna vez que cada uno lleva un
homicida en su interior? Tú también llevas uno. No creas que el asesino está en
otra parte, ni creas que el que comete el asesinato es otro. No, todos tienen la
posibilidad de asesinar. Llevas el instinto suicida en ti.
Mírate en el espejo; esos son tus diferentes
estados, debes familiarizarte con ellos. Conocerse a uno mismo forma parte del
crecimiento.
Desde Sócrates hasta nuestras días se ha oído:
"Conócete a ti mismo". Pero ésta es la manera de conocerse a uno mismo.
"Conocerte a ti mismo", no significa sentarse silenciosamente y repetir: "Soy
Brahma, soy una alma, soy Dios, soy esto..." no tiene sentido. Conocerse a uno
mismo quiere decir conocer todos los estados, todas las posibilidades: el
asesino, el pecador, el criminal, el santo, lo sagrado dentro de ti, la virtud,
el Dios, el Diablo. Conoce todos los estados, toda su gama; conociéndolos
descubrirás secretos, llaves.
Verás que la ira no permanecerá para siempre, o
¿sí podrá? No lo has intentado; ¡Inténtalo! No puede permanecer para siempre. Si
no haces nada, ¿qué sucederá? ¿Podría la ira quedar suspendida por siempre y
para siempre? Nada permanece para siempre. La felicidad viene y se va, la
infelicidad viene y se va. ¿Entiendes esta simple ley? Todo cambia, nada
permanece. Así que, ¿por qué tener prisa? La rabia ha llegado. Se irá. Sólo
espera, ten un poco de paciencia. Mira en el espejo y espera. Déjala correr,
deja que tu rostro se vuelva feo y homicida, pero espera y observa.
No reprimas la rabia y no actúes bajo su
influencia y pronto verás que tu rostro se suavizará, tus ojos se calmarán; la
energía cambia, lo masculino se convierte en femenino... y pronto estarás
radiante. La misma rojez que era rabia ahora ha adquirido un cierto resplandor,
una belleza en tu rostro, en tus ojos. Ahora puedes salir, el momento de actuar
ha llegado. Actúa cuando estés positivo. No fuerces a la positividad, deja que
llegue a su tiempo. Este es el secreto. Cuando digo: "Aprende a transformar tus
venenos en miel" , eso es lo que quiero decir.
Y tercero: comparte. Cuando tengas algo negativo,
guárdalo para ti. Cuando tengas algo positivo, compártelo. La gente, comúnmente,
comparte sus negatividades, no comparte sus experiencias positivas. La Humanidad
es simplemente estúpida. Cuando están contentos no comparten, son avaros. Cuando
se sienten infelices, son muy pródigos. Entonces están mucho más dispuestos a
compartir. Cuando la gente sonríe, sonríe muy moderadamente, sin llegar muy
lejos, pero cuando están furiosos, lo están totalmente. El tercer paso es
compartir la positividad. Esto hará que tu amor fluya como un río y hará que
surja de tu corazón. El dilema de tu corazón empezará a cambiar cuando
compartas.
He oído un dicho muy extraño de Jorge Luis Borges.
Escúchalo:
"Dale aquello que es sagrado a los
perros.
Arroja las perlas a los puercos
porque lo que importa es dar".
Has oído lo contrario que dice así: "No arrojes
nada a los perros y no des perlas a los puercos, porque no
entenderán".
Lo que importa no es lo que estás dando: perlas,
santidad y amor, ni a quién se lo estás dando. Eso no es importante. Lo
importante es que estés dando. Da cuanto tengas. Gurdjieff solía decir: "Todo lo
que acumulé, lo perdí y todo lo que di, es mío. Todo aquello que di aún lo
tengo, y todo lo que acumulé se perdió, se fue." Cierto; tienes sólo aquello que
has compartido. El amor no es una propiedad para ser guardada; es un resplandor,
es una fragancia para ser compartida. Cuanto más compartas, más tendrás; cuanto
menos compartas, menos tendrás.
Cuanto más compartas, más surgirá de tu interior.
Es infinito; más brotará. Saca agua del pozo y más agua fresca fluirá hacia él.
Deja de sacar agua, cierra el pozo, sé un miserable y cesará de manar. Poco a
poco las fuentes morirán, se bloquearán y el agua que está en el pozo se
corromperá, se volverá rancia y sucia. El agua que corre es fresca... el amor
que fluye es fresco.
Así que el tercer paso hacia el amor es compartir
tus cosas positivas, compartir tu vida, compartir todo lo que tengas. Todo lo
bello que tengas, no lo escondas.
Comparte tu sabiduría, comparte tu oración, tu
amor, tu felicidad, tu gozo; comparte. Sí, si no encuentras a nadie, comparte
con los perros, pero comparte. Con las rocas, pero comparte. Cuando tengas
perlas, espárcelas. No te preocupes si las das a los puercos o a los santos. Lo
que importa es dar.
El almacenamiento envenena el corazón. Toda
acumulación es venenosa. Si compartes, tu sistema estará libre de venenos. Y
cuando des, no te preocupes por si serás correspondido o no, no esperes ni tan
siquiera las gracias. Siéntete agradecido a la persona que te permitió compartir
algo con ella. No esperes en el fondo de tu corazón que él tenga que sentirse
agradecido porque compartiste algo con él. No, siéntete agradecido porque él
estuvo dispuesto a escucharte, a compartir un poco de energía contigo, porque
estuvo dispuesto a escuchar tu canción, dispuesto a ver tu danza, porque cuando
fuiste hacia él a darle no te rechazó... pudo haberlo hecho.
El compartir es una de las virtudes más
espirituales, una de las más grandes.
Y la cuarta: no seas "alguien". Una vez que
comienzas a pensar que eres alguien, te estancas. Entonces el amor no fluye. El
amor sólo fluye de alguien que no es nadie. El amor mora sólo en la
nada.
Cuando estás vacío, hay amor.
Cuando estás lleno de ego, el amor
desaparece.
El amor y el ego no pueden converger.
El amor puede existir con Dios y no con el ego,
porque el amor y Dios son sinónimos. Es imposible que el amor y el ego estén
juntos. Así que, sé la nada. El "no ser" es la fuente de todo, el "no ser" no
ser es la fuente del infinito... "no ser" es Dios. Ser "la nada" significa
nirvana.
Sé "la nada" y al serlo, habrás alcanzado el Todo.
Siendo "algo" te perderás; al ser "la nada", llegarás a casa.
Vida, amor, risa
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