¡Hola amigo Carballito! ¿Qué tal sigues?
Te escribo para darte mi opinión, intentando expresarlo lo mejor que
sé, con ecuanimidad y hablando a tu corazón, no a tu ego.
Tiene su lógica que te sientas en un momento "crítico" de tu
vida, para mí, nuevo, especial, diferente, y esto
amigo desestabiliza y da mucho miedo, pues uno siente que ha perdido el
control de su vida, máxime una persona como tú que todo lo tenía ya
organizado, sus cosas, sus rutinas, sus salidas, etc., y la vida en estos
últimos meses te ha obligado a desapegarte física y
emocionalmente de muchas cosas y a replantearte todo de nuevo, esto
nos deja vacíos obligándonos a salir de nuestra zona de comodidad y eso al ego
no le gusta, pues normalmente nos hace madurar y evolucionar.
Tu ego esta "machacándote" con pensamientos que carecen de
fundamento en estos momentos, llevándote a situaciones de angustia,
miedo, etc., pronosticándote un futuro negro, negativo,.., y eso no se puede
saber, es pura imaginación (tú tienes mucha, y eso actúa para lo bueno
como para lo malo), te lo digo por propia experiencia.
Lo que sí es real es que en este momento en vez
de aceptar y permitirte sentir el vacío, impotencia, desprotección,
fragilidad, etc., todas las sensaciones y emociones que te surjan, estas
mareando la perdiz con esos pensamientos que son irracionales y lo
que están haciendo es hacerte infeliz .
Tu eres una persona religiosa y confiada en Dios, pues apóyate en lo que
dice "no has de afanarte por el mañana yo te daré lo que
necesites", bueno amigo, algo así.
Sé que esto no es fácil, pues a mí me pasa lo mismo, y lo que
estoy haciendo es "auto observarme más", estando más
atenta a cuando surgen esas emociones y sentimientos, no esquivándolos
pero en el momento que aparecen poner mi atención en otras cosas y
asi pierden fuerza.
En cierta ocasión se lo comenté a Luis y me puso este ejemplo: si
alguien llama a tu puerta ofreciéndote algo que tú no quieres, ¿Qué haces?, le
despides, le das las gracias y te pones hacer otra cosa. Pero como es bueno
para el vendedor, pues éste vuelve ¿y qué haces?. Como te imaginas que es
él, antes miras por la mirilla, pero ya no le abres. La siguiente vez, ya
ni te acercas a la puerta sigues con lo tuyo, pues lo mismo hay que hacer
cuando el ego nos insiste con esos pensamientos.
Sigue apoyándote y haciendo lo que realmente te gusta, nutre y
te hace feliz en estos momentos, como son tus mascotas, la casita, el campo, el
blog, tus padres, etc.
Con mucho metta para ti, tu amiga que te quiere, y muchos mimitos para mis
sobris, ¡que los quiero también un montón!
Mt
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