viernes, 30 de mayo de 2014

¡Hola amigo Carballito! ¿Qué tal sigues?




¡Hola amigo Carballito! ¿Qué tal sigues?

Te escribo para darte mi opinión, intentando expresarlo lo mejor que sé, con ecuanimidad y hablando a tu corazón, no a tu ego. 

Tiene su lógica que te sientas en un momento "crítico" de tu vida, para mí, nuevo, especial, diferente, y esto amigo desestabiliza y da mucho miedo, pues uno siente que ha perdido el control de su vida, máxime una persona como tú que todo lo tenía ya organizado, sus cosas, sus rutinas, sus salidas, etc., y la vida en estos últimos meses te ha obligado a desapegarte física y emocionalmente de muchas cosas y a replantearte todo de nuevo, esto nos deja vacíos obligándonos a salir de nuestra zona de comodidad y eso al ego no le gusta, pues normalmente nos hace madurar y evolucionar.

Tu ego esta "machacándote" con pensamientos que carecen de fundamento en estos momentos, llevándote a situaciones de angustia, miedo, etc., pronosticándote un futuro negro, negativo,.., y eso no se puede saber, es pura imaginación (tú tienes mucha, y eso actúa para lo bueno como para lo malo), te lo digo por propia experiencia.

Lo que sí es real es que en  este momento en vez de aceptar y permitirte sentir el vacío,  impotencia, desprotección, fragilidad, etc., todas las sensaciones y emociones que te surjan, estas mareando la perdiz con esos pensamientos que son irracionales y lo que están haciendo es hacerte infeliz .

Tu eres una persona religiosa y confiada en Dios, pues apóyate en lo que dice "no has de afanarte por el mañana yo te daré lo que necesites", bueno amigo, algo así.

Sé que esto no es fácil, pues a mí me pasa lo mismo, y lo que estoy haciendo es  "auto observarme más", estando más atenta a cuando surgen  esas emociones y sentimientos, no esquivándolos pero en el momento que aparecen poner mi atención en otras cosas y asi pierden fuerza.

En cierta ocasión se lo comenté a Luis y me puso este ejemplo: si alguien llama a tu puerta ofreciéndote algo que tú no quieres, ¿Qué haces?, le despides, le das las gracias y te pones hacer otra cosa. Pero como es bueno para el vendedor, pues éste vuelve ¿y qué haces?. Como te imaginas que es él, antes miras por la mirilla, pero ya no le abres. La siguiente vez, ya ni te acercas a la puerta sigues con lo tuyo, pues lo mismo hay que hacer cuando el ego nos insiste con esos pensamientos.

Sigue apoyándote y  haciendo lo que realmente te gusta, nutre y te hace feliz en estos momentos, como son tus mascotas, la casita, el campo, el blog, tus padres, etc. 
                      
Con mucho metta para ti, tu amiga que te quiere, y muchos mimitos para mis sobris, ¡que los quiero también un montón!

Mt
 

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