El fútbol y yo (2)
Tengo unas reuniones de trabajo habitualmente en las cuales
dos de sus asistentes hablan de fútbol, en algunas ocasiones superponen su
apasionada conversación futbolera con el contenido profesional de la reunión
que intentamos mantener a duras penas los demás asistentes, increíble.
El fútbol puede con todo, hasta con personas que en
principio parecen sensatas y responsables. A mí me dan ganas de reprenderlos
pero creo que no es mi papel, soy uno más.
En el metro un señor a mi lado lee la prensa deportiva,
Ronaldo, al parecer, lleva dos temporadas con más de 50 goles, Casillas no es
portero en la liga desde no sé qué fecha de 2013, Cerezo declara que su club es
un club serio “y no un club de maletines”, los nombres de los jugadores son con
frecuencia diminutivos, en una entrevista anunciada se van a meter en la mente
del entrenador del Atlético de Madrid, que no sé cómo se llama, el señor de mi
lado que lee la prensa deportiva se baja del vagón pero antes de bajarse echa
un ojo a la contraportada, una señorita estupenda posa en diminuto bikini
negro.
Se baja y dejo de cotillear.
Desde el colegio el fútbol me ha resultado algo
incomprensible, como deporte y como espectáculo, no lo entiendo. Quizás
influyera el hecho de que mi padre no tuviera ninguna afición, seguramente, y
siempre hiciera comentarios despectivos al respecto.
En mi clase todos eran del Real Madrid, yo por llevar la
contraria decía que era del Atleti, no sé si lo escribo bien, me cogieron
manía, pero me daba igual, tanto su manía como el fútbol, si llego a decir que
soy del Barcelona me matan, no había que pasarse.
Cuando jugaba al fútbol, era obligatorio en clase de
gimnasia, tenía convenido con un compañero que me pasara el balón cuando
llegara a la portería donde yo le esperaba, era el rey del fuera de juego, pues
pese a eso nunca logré marcar ningún gol, mis compañeros seguían cogiéndome
manía.
Creo que para mí uno de los suplicios más grandes que puedan
existir es ver un partido de fútbol, me parece algo tremendamente tedioso y
ridículo, absurdo, contemplándolo me da por pensar en el verdadero sentido de
la vida, resulta desolador.
Creo que fútbol y política hoy en día van parejos, son
actividades igual de idiotas, de ahí que se aliente el fútbol desde la
política, así la gente se distrae de los verdaderos problemas y no molesta.
El paseante
p.d.- no sabía que el sábado había partido, la final de la Champions entre el Atleti y el Real en Lisboa, me ha informado un compañero de trabajo que es hincha furibundo de Real Madrid, no le he dicho que yo soy del Atleti, lo veré y el lunes publicaré mi personal crónica del partido en el blog.
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