Cuaderno de la
Alcarria 1. La llegada.
Realmente esto es una verdadera delicia, sólo se oye el
canto de los pájaros como un delicado minué que marca en el espacio de la
mañana con sus armoniosos sonidos la belleza abstracta de la música.
Se despiertan aquí todos mis sentidos, saboreo a través de
ellos toda la naturaleza, me nutro a través de ella como si de un alimento del
espíritu se tratara y no me sacio nunca, es tanta la paz y la armonía que mi
alma siente estando junto a la naturaleza que cada momento que pasa hace que me
vaya fundiendo más intensamente con ella, hasta alcanzar un clímax en el que se
diría que somos lo mismo, tal y como en realidad somos, y entonces dejo de
observarla y paso a sentirla como quién siente una parte de su propio cuerpo.
Y me enamoro del campo, los árboles, los pájaros, el sol, la
luna, las estrellas, las mañanas y las noches, del viento, las nubes, la
lluvia, del agua, el río, de todo lo que sale a mi paso en los paseos que mi
alma inquieta de vida da sobre la tierra que siempre me acoge como una madre.
José Ramón Carballo
1 de mayo de 2014
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