Fue todo un éxito, gustó a toda la familia, y eso que son bastante exigentes y críticos, no en balde son familia de el paseante.
Lo hice según la receta de mi abuela que seguro fue la receta de mi bisabuela, y la fue también de mi madre hasta que decidió un año no volver a hacerlo, entonces tomé yo el relevo, me encanta cocinar, pero con calma, es desestresante, cocinar un buen plato con cariño, con paciencia, con mimo, y el resultado, el buen resultado, está garantizado.
Para cocinar bien hay que ser algo artista, la cocina es un arte, una cuestión de inspiración, hay que tener ojo, buen ojo, en lugar de andar preguntando o apuntando recetas, las bases son siempre las mismas en cualquier plato, el resto lo pone el toque personal y el savoir faire del creador, porque crear un plato es como crear una obra de arte, algo imposible o facilísimo, según se tenga cogido el punto y la inspiración.
Proporciones, formas, colores, sabores, texturas, temperaturas, especias, tiempos, ingredientes, la cocina es un cuadro, un bodegón, una música, una sinfonía.
Este pavo asado lleva de todo, relleno de pasas, piñones, ternera, brandy, y numerosas especias, va regado con vino de Oporto blanco, y la salsa, aparte del vino, lleva cebolla de tres clases diferentes y aceite de oliva virgen.
Se acompaña con una guarnición de puré de manzana
Lo que digo, un éxito, delicioso, insuperable, inconmensurable, inenarrable..., yo iba poniendo los adjetivos mientras la familia comía.
Y ya se sabe, familia que come unida jamás será vencida.
Un beso,
el paseante
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