lunes, 26 de diciembre de 2011

Carlos E. Pérez Sánchez. Semblanza.


Vaya foto!!!!!!!
Más que una foto es una provocación, ¿o no?
Me comprometí al principio del blog conmigo mismo en no publicar ninguna imagen fea, pues he aquí la primera, lo siento, he tratado de evitarlo, le pedí otra foto, pero ha sido inútil, me contestó que él se ve guapo, y es que la belleza es algo subjetivo.
Me da rabia que aparezca así porque él es guapo, creedme, de verdad, son las cosas de la fotografía, acordaros de la cámara de mi móvil, fotografío la Puerta del Sol y sale Bratislava, pues esto igual, Carlos E. se hace una foto y sale Boris Karlov, alucinante.
Por donde pasa va ligando, pero sin hacer nada, sin poner nada de su parte, es por su aspecto varonil y de hombre duro.
Pero la última vez que quedamos pasó lo contrario, ligué yo, y eso que él estaba a mi lado, increíble, le dió rabia que a él no le hicieran ni caso, no está acostumbrado, cosas de guapos...
Bueno, al tema, fue mi jefe durante un breve periodo de tiempo, de eso nos conocemos, y pese a las durísimas circunstancias por las que pasamos, o precisamente por eso, nos hicimos amigos.
Él es como mi primo el de Zumosol, siempre me protegía, debía de verme debilucho.
¿Debilucho? ¿Por qué?
Es matemático, es de ciencias como suele decirse, muy de ciencias, y eso se nota, por eso éramos compatibles, yo muy de letras y él muy de ciencias, hacíamos buen equipo, él con sus números y yo con mis poemas, imbatibles.
Bueno, imbatibles, lo que se dice imbatibles tampoco fuimos, pero nos lo creíamos, tal vez esa confianza en nosotros mismos que compartimos, la excelente opinión que tenemos de nosostros mismos, nos perjudicó porque nos hizo no sopesar debidamente las amenazas que se cernían a nuestro alrededor.
Yo pienso que volveremos a hacer equipo algún día no muy lejano, tener de jefe al hermano mayor de Zumosol da mucha seguridad, y a él también le conviene mi compañía, siquiera sea laboral y amistosa, porque sabe que él pone la mano dura y yo pongo mis good manners, mi savoir faire, mi charmé.
De todo eso él también tiene de sobra pero no le da la gana utilizarlo más que con quién él quiere, rara vez, porque él es un hombre duro, como el del anuncio de Marlboro, algo así, uno de esos hombres muy hombres que ya no hay por el mundo.
Bueno, jefe, que te quiero mucho (perdona la mariconada, me ha salido sin pensarlo).
Y feliz navidad, ¿o no?
Y sonríe un poco de vez en cuando.
Abrazos cariñosos,
el paseante

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