La política. Algunas greguerías. Por el paseante.
El ministro de Industria habla como una máquina expendedora
de bebidas, “recoja su coca-cola por favor, gracias, recoja su cambio”.
El Presidente del Gobierno no da la cara, manda a Soraya en
su lugar.
El Ministro de Justicia, ¿el Ministro de Justicia?
Montoro es invisible.
¿Cómo se llama la Presidenta de Castilla- la Mancha , alguien sabría
decírmelo?
Recoja su bebida por favor…
La ley del embudo, lo ancho para ellos, lo estrecho para
nosotros.
Soraya for President.
Me pregunto si el gobierno quiere a sus gobernados.
El amor político es el patrimonio de la democracia.
No te preguntes si sus gobernados quieren al gobierno.
La política es una meretriz que no se merece nada, ¡qué
tontería!
Me pierdo en los telediarios, están llenos de estupideces.
Lo esencial es incompatible con los discursos políticos.
Dame carnaza tal vez así me consuele de mi hambre.
Cuando la economía es la máxima fuente de infelicidad es
porque la política se esconde detrás de ella.
Pienso, tal vez, que nadie se va a escapar sin pagar un
precio, el desprecio.
Antes muerto que político.
Nadie confiesa como profesión la de político, por eso
siempre ocupan un cargo.
¿Te imaginas un mundo sin ciudadanos? El político gobierna
desde esa ilusión.
Mi discurso puede ser tal vez tu discurso si logro quitarte
la razón, tu discurso nunca será mi discurso porque nunca me quitarás la razón.
La noche del Estado es la clase política.
Me pierdo entre tanta imposibilidad, por una vez alguien
podría decir sí.
El amanecer de la democracia vendrá cuando tú y yo dejemos
de escucharlos.
Me besan los oídos las palabras de amor, prefiero el amor a
la política es más imaginario si cabe aún.
¿Me quieres? No.
El paseante
(homenaje a Ramón Gómez de la Serna )
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