Diario de un
paseante. 30-01-2012 20:30. La
literatura.
Me hubiera gustado ser un personaje literario y no una
persona real, se pasa mejor en las novelas, la vida es muy aburrida, de hecho,
si no fuera por la literatura no creo que pudiera soportarla, bueno, por las
novelas y por el arte en general, por la imaginación, la evasión, el
pensamiento, la búsqueda de la felicidad, la belleza y el amor.
Sé que son muchas cosas, seguramente demasiadas, pero esas
son mis prioridades en la vida desde siempre, eso es lo que busco, antes no era consciente de mi búsqueda, ahora
sí, me he hecho consciente de que todo eso era en pos de lo que me movía hasta
en mis más imperceptibles movimientos de pensamiento, sentimiento y voluntad.
Yo soy así, metaliterario, veo la vida a través de una
óptica literaria y cuando no soy capaz de descubrir esa perspectiva en algo me
decepciono, me entristezco, y si esa situación perdura y se generaliza entonces
me deprimo y sólo vuelvo a renacer cuando renace mi espíritu al encontrar de
nuevo todo eso que guía mi vida, o, al menos algo de todo eso, siquiera sea un
atisbo.
La literatura es la sal de la vida, uno no está completo
hasta que la descubre, la literatura te enriquece haciéndote vivir varias
vidas, llenando tu vida de posibilidades, nuevas dimensiones que están en ti y
de las que no eras consciente, te hace, por tanto, más pleno, te realiza a
nivel personal, te completa, te hace feliz o palia la infelicidad mostrándote
que otra vida es siempre posible, la de la fantasía, donde todas las posibilidades
están abiertas, y te ayuda a seguir luchando por aquello en lo que crees, sin
desfallecer ante imposibles.
Recomiendo la literatura entendida en sentido amplio, no
sólo como lectura o escritura sino como una forma propia de estar en el mundo,
en la vida, a mí me ha dado resultado, ha sido como un lenitivo de mi
existencia, el mejor relajante y ansiolítico, el de efectos más duraderos, y,
todo hay que decirlo, el más adictivo, porque la literatura que no se vende en
farmacias ni en herbolarios sino en librerías, también debería llevar algunas
indicaciones de uso, más de uno ha perdido la cabeza por la literatura, véase
sino el caso de Don Quijote o de Emma Bobary.
El paseante
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