martes, 27 de diciembre de 2011
La película de la semana. El Gatopardo.
"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo
cambie".
Bueno, es como recomendar leer El Quijote, una
obviedad, al igual que El Quijote, El Gatopardo debería ser algo
obligatorio en la escuela.
Visconti, Luchino
Visconti, se sumerge en su propio mundo, la aristocracia italiana,
tomando como base la novela del Príncipe de Lampedusa.
Deliciosa ambientación, maravillosos actores encabezados
por Burt Lancaster, Claudia Cardinale y Alain Delon, en los papeles
protagonistas.
Sur de Italia, calor, mucho
calor, pleno verano, Sicilia, el príncipe de Salina y su familia se van
de veraneo a su palacio de Donnafugata, son los momentos del
Risorgimiento, de la unificación italiana, de Garibaldi, en torno a
1860.
Al príncipe le pilla la proclamación del
nuevo reino de vacaciones, aislado.
No importa,
hasta ese recóndito rincón del sur de Italia se apresura a llegar un
representante del nuevo régimen, un alto funcionario, va a visitarle y
le ofrece ser senador.
Entonces el príncipe,
declinando el ofrecimiento, le dice la famosa frase:
"Si queremos que todo siga como está, es necesario que
todo cambie".
Un clásico de la fraseología moderna que hizo reparar en la novela de Lampedusa llevándola a la fama.
Un clásico de la fraseología moderna que hizo reparar en la novela de Lampedusa llevándola a la fama.
La luz, el
color, la interpretación, los escenarios naturales, los interiores, los
diálogos, el vestuario, la puesta en escena, todo es insuperable. Es,
simplemente, una obra de arte total.
La banda
sonora es de Nino Rota, y contiene un vals inédito de Giuseppe Verdi.
El vals suena entre otras piezas memorables al final de
la película, durante el baile que tiene lugar en un palacio de Palermo,
en el cual toda una sociedad parece entregar el relevo a otra, a la
burguesía, que llega para ocupar el lugar de la aristocracia.
El baile está filmado sin interrupción, es decir, durante
los 20 minutos que dura, Visconti colocó las cámaras, dió instrucciones
a actores, figurantes, y al equipo de filmación, y se retiró a ver
desde fuera como el baile discurría con toda naturalidad, es como si se
hubiera filmado un baile real.
Me acordé esta
semana de esta película porque comprando lo vinos para la cena de
nochebuena me topé con un anaquel lleno de botellas de vino de Marsala, y
me acordé de otra frase del príncipe de Salina en la cual dice que
nadie se va a conformar a beber agua después de haber probado el vino de
Marsala.
Pues bien, eso pasa con esta
película, igual que con el vino de Marsala, una vez vista es difícil
volver a beber agua...
el paseante
lunes, 26 de diciembre de 2011
Sin ti.
En este final
Te contemplo
Perdida
en el tiempo
Siempre feliz y hermosa en mi recuerdo
En este final
Sigues viviendo
Dentro
de mí
Y toda la vida vuelve en el recuerdo
En este final
Te quiero
Igual
que siempre
Y te espero, caballero andante de tus
desvelos
En este final
Te esperaré por
siempre
Hasta que decidas volver
Para
poder quererte y abrazarte de nuevo
En este final
Me adormezco
Sonámbulo
de la vida
Sin ti pero acompañado de tu recuerdo
En este final
Pienso
A
dónde te has ido sin mí
Sin mí que tanto
te quiero
En este final de nada
No veo sino el
comienzo de todo de nuevo
José Ramón Carballo - 23 de diciembre de 2011
Si alguna vez fui...
Vuela
esta canciónpara ti, Lucía,
la más bella historia de amor
que tuve y tendré.
Es una carta de amor
que se lleva el viento
pintado en mi voz
a ninguna parte
a ningún buzón.
No hay nada más bello
que lo que nunca he tenido.
Nada más amado
que lo que perdí.
Perdóname si
hoy busco en la arena
una luna llena
que arañaba el mar...
Si alguna vez fui un ave de paso,
lo olvidé pa' anidar en tus brazos.
Si alguna vez fui bello y fui bueno,
fue enredado en tu cuello y tus senos.
Si alguna vez fui sabio en amores,
lo aprendí de tus labios cantores.
Si alguna vez amé,
si algún día
después de amar, amé,
fue por tu amor, Lucía,
Lucía...
Tus recuerdos son
cada día más dulces,
el olvido sólo
se llevó la mitad,
y tu sombra aún
se acuesta en mi cama
con la oscuridad,
entre mi almohada
y mi soledad.
Lucía - Joan Manuel Serrat
Carlos E. Pérez Sánchez. Semblanza.
Vaya
foto!!!!!!!
Más que una foto es una provocación, ¿o no?
Me comprometí
al principio del blog conmigo mismo en no publicar ninguna imagen fea,
pues he aquí la primera, lo siento, he tratado de evitarlo, le pedí otra
foto, pero ha sido inútil, me contestó que él se ve guapo, y es que la
belleza es algo subjetivo.
Me da rabia que aparezca así porque él es
guapo, creedme, de verdad, son las cosas de la fotografía, acordaros de
la cámara de mi móvil, fotografío la Puerta del Sol y sale Bratislava,
pues esto igual, Carlos E. se hace una foto y sale Boris Karlov,
alucinante.
Por donde pasa va ligando, pero sin hacer nada, sin poner nada
de su parte, es por su aspecto varonil y de hombre duro.
Pero la
última vez que quedamos pasó lo contrario, ligué yo, y eso que él estaba
a mi lado, increíble, le dió rabia que a él no le hicieran ni caso, no
está acostumbrado, cosas de guapos...
Bueno, al tema, fue mi jefe
durante un breve periodo de tiempo, de eso nos conocemos, y pese a las
durísimas circunstancias por las que pasamos, o precisamente por eso,
nos hicimos amigos.
Él es como mi primo el de Zumosol, siempre me
protegía, debía de verme debilucho.
¿Debilucho? ¿Por qué?
Es
matemático, es de ciencias como suele decirse, muy de ciencias, y eso se
nota, por eso éramos compatibles, yo muy de letras y él muy de
ciencias, hacíamos buen equipo, él con sus números y yo con mis poemas,
imbatibles.
Bueno, imbatibles, lo que se dice imbatibles tampoco fuimos,
pero nos lo creíamos, tal vez esa confianza en nosotros mismos que
compartimos, la excelente opinión que tenemos de nosostros mismos, nos
perjudicó porque nos hizo no sopesar debidamente las amenazas que se
cernían a nuestro alrededor.
Yo pienso que volveremos a hacer equipo algún
día no muy lejano, tener de jefe al hermano mayor de Zumosol da mucha
seguridad, y a él también le conviene mi compañía, siquiera sea laboral y
amistosa, porque sabe que él pone la mano dura y yo pongo mis good
manners, mi savoir faire, mi charmé.
De todo eso
él también tiene de sobra pero no le da la gana utilizarlo más que con
quién él quiere, rara vez, porque él es un hombre duro, como el del
anuncio de Marlboro, algo así, uno de esos hombres muy hombres que ya no
hay por el mundo.
Bueno, jefe, que te quiero mucho (perdona la
mariconada, me ha salido sin pensarlo).
Y feliz navidad, ¿o no?
Y sonríe un
poco de vez en cuando.
Abrazos cariñosos,
el paseante
viernes, 23 de diciembre de 2011
Hay una carta para ti.
Estoy preocupado por ti, sabes,
noto que no estás bien, yo soy como tu madre, noto esas cosas aunque
pretendas negarlas y aparentar lo contrario.
Sé que en nochebuena vas a sentir la
soledad, aunque nos cuentes a todos que estarás con la familia, aunque
con ellos estés de una u otra manera, al final sentirás la soledad,
porque aunque estuvieras acompañado te vas a sentir en soledad sin mi.
Y es que que sin mí no eres nada, no
existes, no puedes ya ser feliz, es la maldición de haberme conocido, te
he amargado la soledad, ya no podré salir nunca de tu cabeza porque,
desengáñate, estamos hechos el uno para el otro, es algo predeterminado
por la naturaleza, algo como el curso de las mareas, las fases de la
luna o la órbita del sol.
Es algo
como las constelaciones de estrellas, como el cauce de los ríos, como
las elevadas cimas de las montañas, algo escrito por Dios en el
universo, como las simas profundas del mar.
Puedes resistirte a mí, hacer que me ignoras, que no te
importo, que no existo, que no soy nadie para ti, pero al final no eres
sino víctima de tu propia trampa.
Te
niegas toda la felicidad que tendrías estando a mi lado, ¿y para qué?,
para al final brindar con el vacío de tu vida esta nochebuena, y para
que el jamón y los langostinos te resulten insípidos al no estar yo
junto a ti.
Yo que doy sabor al
mundo, yo que por ti levantaría todo un universo sólo para los dos, yo
que te amo, como tú me amas a mí, lo quieras o no, te lo reconozcas o
no.
Bueno, llega la hora del
adiós, que seas feliz, te lo deseo de corazón aunque sé que es imposible
que seas feliz sin estar a mi lado.
Al menos procura llevar una vida tranquila, vivir la vida en
calma, eso te deseo, porque, creo que debes saberlo, de tu felicidad
depende mi felicidad, de tu vida la mía, y de tu amor mi deseo.
Y nada más, feliz noche, y brinda por mí
aunque sea en silencio...
el paseante
jueves, 22 de diciembre de 2011
Feliz navidad a todos!!!!!!!!!!!!!!
Con esta imagen del árbol de navidad que me gustaría
tener en mi casa os felicito la navidad a todos, queridos amigos, que
seáis muy felices en estos días tan especiales, en compañía de vuestra
familia y amigos, que comáis mucho turrón, bebáis mucho champán, y
toquéis mucho la zambomba y la pandereta, el paseante se acordará de
vosotros en todo momento durante estas fiestas y estará pendiente de
todo sin perderse detalle para poder contároslo.
Por cierto, voy a hacer de cena en nochebuena pavo
relleno según la receta de mi madre, que a su vez fue la receta de mi
abuela, que a su vez fue la receta de mi bisabuela, y así hasta llegar a
la Edad Media..., seguro.
Un beso a todos y
recordad que ya estamos en la edad media, en la nuestra, y que hay que
procurar disfrutar.
Mucho ánimo y mucha
suerte!!!!!!!!!!!
Con amor y amor,
vuestro paseante
El consultorio de Elena Francis. Me he enamorado.
The building, one more time...
Es como una obsesión, este edificio me tiene
enamorado, estoy atrapado en él, llega la hora de irme a casa y no me
quiero marchar, ¿será ésta mi nueva casa?
El
edificio, the building, as you like..., es poco práctico como lugar de
trabajo, está concebido en otra época y para otros usos, y además está
concebido principalmente para ser contemplado, para el recreo de la
vista, prima la estética sobre la funcionalidad, algo que suele suceder
cuando el arquitecto es más un esteta que un técnico.
Los pasillos son fríos, está lleno de corrientes de aire,
debe ser costosísimo de mantener, en fin, es como trabajar dentro de
una catedral, algo poco operativo, pero pese a todo lo prefiero,
prefiero estar dentro de algo tan hermoso, recreándome la vista a cada
momento, contemplando los detalles, las fantasías, los caprichos de la
creatividad desbordada de un artista, de un creador.
Porque eso es el edificio, un capricho, una poesía
escrita en piedra y cristal, un desbordamiento de la imaginación, un
fuego de artificio de la creatividad.
Ni como
hospital sería práctico este edificio, es un edificio para contemplarlo,
no para vivirlo, es un decorado de ópera, un escenario de cuento de
hadas, un castillo encantado.
Un sueño de la
fantasía.
el paseante
La navidad escribe sobre el paseante.
Gracias paseante por tus hermosas palabras, realmente
eres un hombre sabio.
Tú, paseante, has sido
capaz de verme con los ojos de un niño, porque no has dejado nunca de
ser un niño, lo sé, te conozco desde hace ya 51 años, y sé que has
conservado siempre el corazón puro, el alma intacta y la ilusión de un
niño.
Cuando todos me utilizan, cuando caigo en
manos de falsos intelectuales que me critican y de usureros que hacen
comercio conmigo, cuando nadie me ve tal cual soy, pura y esencial,
tierna y entrañable, cariñosa y sensible, cuando nadie parece valorarme
pero todos me necesitan, entonces llegas tú, tú, paseante, y tienes la
gallardía, el valor y la honradez, de defenderme, de hablar bien de mí,
de quitarmne todos los falsos ropajes, todos los disfraces, todos los
adornos que me han puesto encima, de dejarme desnuda, pura y esencial, y
de pregonar al viento mis virtudes y mi misión, la felicidad.
Paseante, por eso que has hecho, desde hoy, te nombro,
hijo predilecto de la navidad.
Abrazos.
Tuya afectísima,
La Navidad
El tamborilero.
El Tamborilero
Raphael
El camino que lleva a Belén,
baja hasta el valle que la nieve cubrió,
los pastorcillos quieren ver a su rey,
le traen regalos en su humilde zurrón,
ropo pom pom, ropo pom pom.
Ha nacido en un portal de Belén,
el niño Dios.
Yo quisiera poner a tus pies,
algún presente que te agrade, Señor,
más tú ya sabes que soy pobre también
y no poseo más que un viejo tambor,
ropo pom pom, ropo pom pom, pom.
En tu honor frente al portal tocaré,
con mi tambor.
El camino que lleva a Belén,
yo voy marcando con mi viejo tambor,
nada mejor hay que yo pueda ofrecer,
su ronco acento es un canto de amor,
ropo pom pom, ropo pom pom.
Cuando Dios me vio tocando ante Él,
me sonrió.
baja hasta el valle que la nieve cubrió,
los pastorcillos quieren ver a su rey,
le traen regalos en su humilde zurrón,
ropo pom pom, ropo pom pom.
Ha nacido en un portal de Belén,
el niño Dios.
Yo quisiera poner a tus pies,
algún presente que te agrade, Señor,
más tú ya sabes que soy pobre también
y no poseo más que un viejo tambor,
ropo pom pom, ropo pom pom, pom.
En tu honor frente al portal tocaré,
con mi tambor.
El camino que lleva a Belén,
yo voy marcando con mi viejo tambor,
nada mejor hay que yo pueda ofrecer,
su ronco acento es un canto de amor,
ropo pom pom, ropo pom pom.
Cuando Dios me vio tocando ante Él,
me sonrió.
Carta abierta a la navidad.
La
navidad es un bálsamo de sentimientos que ponemos sobre el corazón una
vez al año para que cicatricen nuestras heridas.
Es esa melodía tonta y repetida que nos hace descansar del ajetreo de la vida, de la prisa, del afán, del agobio.
La navidad, sí, la navidad, si existe y se mantiene viva, y resurge año tras año, es porque la necesitamos, porque la vida sin ella, una vez al año al menos, no sería digna de ser llamada vida.
Te recuerdo navidad, querida navidad, cuando aún era un niño, con tu dulce aroma de horas felices, de días tranquilos, de apacible hogar con olor a turrón y con sonido de villancicos.
La navidad sólo puede ser entendida completamente desde los ojos de un niño, según vamos creciendo perdemos la capacidad de comprender la navidad, precisamente por eso, porque se trata de algo que es incomprensible salvo para los ojos del alma, que es con la que miran los niños.
Y luego, al cabo de los años, regresamos a la niñez, al recuerdo, y volvemos a ver la navidad de nuevo desde el alma, desde el sentimiento, desde la emoción.
Regresamos a la navidad con el alma pura del niño que fuimos un día, recobrada después de todas las luchas, de todas las batallas, de todo el desamor.
Y entonces, sólo entonces, volvemos a amar la navidad y con el deseo puro, con la mirada tierna, con la ilusión intacta, contemplamos el espectáculo de la navidad, siempre único y diverso, tradicional y nuevo, romántico y material.
Espero, sí, te espero, querida navidad, cada año, con un temblor en la voz, un nudo en la gargante, una lágrima suspendida, te espero emocionado para reencontrarme contigo en las calles de mi ciudad, en sus escaparates, en sus comercios, suspendida en mil bombillas de colores que brillan en el cielo, entre el ir y venir de multitudes que caminan siguiendo tu rumbo, el rumbo que tú les marcas, el de la ilusión.
Y te espero para poder oír tus bellas melodías, músicas que hablan directamente a mi corazón, que se abre a ti como una flor y te acoge feliz del reencuentro un año más contigo.
Te quiere,
el paseante
Es esa melodía tonta y repetida que nos hace descansar del ajetreo de la vida, de la prisa, del afán, del agobio.
La navidad, sí, la navidad, si existe y se mantiene viva, y resurge año tras año, es porque la necesitamos, porque la vida sin ella, una vez al año al menos, no sería digna de ser llamada vida.
Te recuerdo navidad, querida navidad, cuando aún era un niño, con tu dulce aroma de horas felices, de días tranquilos, de apacible hogar con olor a turrón y con sonido de villancicos.
La navidad sólo puede ser entendida completamente desde los ojos de un niño, según vamos creciendo perdemos la capacidad de comprender la navidad, precisamente por eso, porque se trata de algo que es incomprensible salvo para los ojos del alma, que es con la que miran los niños.
Y luego, al cabo de los años, regresamos a la niñez, al recuerdo, y volvemos a ver la navidad de nuevo desde el alma, desde el sentimiento, desde la emoción.
Regresamos a la navidad con el alma pura del niño que fuimos un día, recobrada después de todas las luchas, de todas las batallas, de todo el desamor.
Y entonces, sólo entonces, volvemos a amar la navidad y con el deseo puro, con la mirada tierna, con la ilusión intacta, contemplamos el espectáculo de la navidad, siempre único y diverso, tradicional y nuevo, romántico y material.
Espero, sí, te espero, querida navidad, cada año, con un temblor en la voz, un nudo en la gargante, una lágrima suspendida, te espero emocionado para reencontrarme contigo en las calles de mi ciudad, en sus escaparates, en sus comercios, suspendida en mil bombillas de colores que brillan en el cielo, entre el ir y venir de multitudes que caminan siguiendo tu rumbo, el rumbo que tú les marcas, el de la ilusión.
Y te espero para poder oír tus bellas melodías, músicas que hablan directamente a mi corazón, que se abre a ti como una flor y te acoge feliz del reencuentro un año más contigo.
Te quiere,
el paseante
miércoles, 21 de diciembre de 2011
El edificio y yo.
Este edificio es esencial para mí.
Entro en él y respiro su perfume, el perfume de sus colores, de su luz, de sus perspectivas, de sus proporciones, de sus cielos abovedados, del cielo azul colándose por sus galerías, de los árboles de sus jardines, del agua de su fuentes.
Entro en él y respiro su esencia de ser vivo, de alma, de espíritu, respiro sus pensamientos, su dudas, sus alegrías y tristezas, respiro su amor, su desamor, respiro el aroma que ha ido dejando el tiempo al pasar por él, y me sorprendo al verle como si me encontrara un fantasma, y cada vez que le vuelvo a ver me siento feliz, como quién se reencuentra con un antiguo amor que no ve hace mucho tiempo y del que sigue enamorado.
Estoy enamorado de este edificio.
Habito en él como Jonás en el estómago de la ballena, sin saber si algún día lograré salir de él.
el paseante
El cuadro de la semana. Giovanni Bellini. Sacra conversazione.
Bellini, sí Bellini, siempre Bellini.
Pero, ¿cuál de ellos?
No sabía que hubiera más de uno.
Para ser más exactos hay tres, Jacobo,
Gentile y Giovanni, por aquel entonces la pintura era un negocio
familiar.
Escuela de Venecia,
Cuatrocento italiano, Renacimiento, la vuelta del arte al hombre como
medida del universo, exaltación del hombre.
El renacimiento como continuación del arte griego del periodo
clásico, S. V. a. C., el siglo de Pericles. Vuelta al espíritu, a la
ligereza, a la belleza, vuelta a la vida.
Tras el arte romano y su pesada ostentación de poder, tras la
Edad Media y su visión oscura de la vida, llega el renacimiento, y como
su propio nombre indica, el arte, y el hombre a través del arte, renacen
a la vida.
Hay dos museos imprescindibles para conocer la historia del arte y sus fundamentos, y la historia de la humanidad. El museo arqueológico de Atenas y la Galería de la Academia de Venecia, en éste último se encuentra esta Sacra Conversazione de Bellini.
Su luz, la luz del cuadro, es de abajo hacia arriba, tal y como el brillo de la luz se refleja sobre el agua de los canales e ilumina toda la ciudad de Venecia.
Es un cuadro de género, las santas conversaciones, en ellas aparecen personajes santos en santa conversación, ¿y eso qué es?, pues una conversación sin palabras, una conversación en la que no se habla porque no es necesario, se establece una comunicación espiritual.
Es como cuando rezamos, nos comunicamos con Dios sin palabras, igual aquí.
Bellini ha pintado el silencio, algo imposible de pintar, pero él lo hizo, delante de este cuadro uno se queda mudo, sobrecogido, atónito, no hay palabra, ni comentario posible, uno queda unido a la santa conversación, y se pone a conversar con Dios.
Los eremitas, los ermitaños, los místicos, la clausura, el voto de silencio
Despojarse de todo lo humano para quedar enfrente de Dios, y hablar ya sólo con él por siempre en un delirio de amor místico que te transporta a la dicha más absoluta.
Santa Teresa, San Juan de la Cruz, nuestros místicos, escribieron la más bella poesía amorosa, la poesía de su amor por Dios, la poesía del amor de Dios por todos nosotros.
Bellini, siempre Bellini..., sí, por supuesto...
Y Venecia, siempre Venecia, claro...
Con este bellísimo cuadro que transmite esa paz y ese silencio celestiales del amor divino, os felicito la navidad a todos.
El blog es también el silencio, no se escucha palabra, el blog es igualmente una santa conversación entre vosotros y yo.
FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!!!!!!!
el paseante
Hay dos museos imprescindibles para conocer la historia del arte y sus fundamentos, y la historia de la humanidad. El museo arqueológico de Atenas y la Galería de la Academia de Venecia, en éste último se encuentra esta Sacra Conversazione de Bellini.
Su luz, la luz del cuadro, es de abajo hacia arriba, tal y como el brillo de la luz se refleja sobre el agua de los canales e ilumina toda la ciudad de Venecia.
Es un cuadro de género, las santas conversaciones, en ellas aparecen personajes santos en santa conversación, ¿y eso qué es?, pues una conversación sin palabras, una conversación en la que no se habla porque no es necesario, se establece una comunicación espiritual.
Es como cuando rezamos, nos comunicamos con Dios sin palabras, igual aquí.
Bellini ha pintado el silencio, algo imposible de pintar, pero él lo hizo, delante de este cuadro uno se queda mudo, sobrecogido, atónito, no hay palabra, ni comentario posible, uno queda unido a la santa conversación, y se pone a conversar con Dios.
Los eremitas, los ermitaños, los místicos, la clausura, el voto de silencio
Despojarse de todo lo humano para quedar enfrente de Dios, y hablar ya sólo con él por siempre en un delirio de amor místico que te transporta a la dicha más absoluta.
Santa Teresa, San Juan de la Cruz, nuestros místicos, escribieron la más bella poesía amorosa, la poesía de su amor por Dios, la poesía del amor de Dios por todos nosotros.
Bellini, siempre Bellini..., sí, por supuesto...
Y Venecia, siempre Venecia, claro...
Con este bellísimo cuadro que transmite esa paz y ese silencio celestiales del amor divino, os felicito la navidad a todos.
El blog es también el silencio, no se escucha palabra, el blog es igualmente una santa conversación entre vosotros y yo.
FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!!!!!!!
el paseante
martes, 20 de diciembre de 2011
Silent Night.
Noche Silenciosa , noche santa
Todo está en calma y es
brillante
Alrededor
la Madre Virgen y el Niño
Santo Niño , tan tierno y suave
Duerme en Paz, Duerme en
Paz
Noche
Silenciosa, noche santa
Hay un temblor de pastores a la vista
La Corriente de esplendor
del Cielo a lo lejos
Los Anfitriones cantan Aleluya!
Cristo El Salvador ha nacido
Cristo, nuestro Salvador
ha nacido
Noche
Silenciosa, noche santa
Hijo de Dios
Para luz del amor
Rayos radiantes en la cara santa
con el alba para redimir
la gracia
El
Señor Jesús en el Nacimiento
El señor Jesús en el Nacimiento
Aleluya
Aleluya
Aleluya
Ahora trabajo en un hospital.
La magia de la arquitectura.
¿Es la arquitectura
una de las bellas artes?
No, tranquilos, no soy médico, ni enfermero, ni
comadrona, ni nada parecido, ni siquiera soy paciente o enfermo, al
menos por ahora.
Se trata de un antiguo
hospital, el hospital de jornaleros, conocido como el hospital de
Maudes.
El edificio visto desde fuera es como
un castillo, todo sillares de piedra caliza sin pulir y lleno de almenas
y torreones por todas partes, rodeado de un muro que más parece
muralla, y lleno de rejas.
También tiene una
iglesia que vista desde fuera parece una catedral por las dimensiones.
Tiene el edificio forma de cruz griega, con cuatro
enormes naves o alas en torno a un patio central de inspiración
romántica.
Dentro está rodeado de
jardines, y en el patio central luce una fuente octogonal que es como
el corazón del edificio, su centro.
El edificio es de principios del S. XX, obra del famoso
arquitecto Antonio Palacios, del cual son los edificios más bellos y
emblemáticos de Madrid, como el Palacio de Comunicaciones, hoy sede del
Ayuntamiento, el edificio del Banco Central en la calle de Alcalá, hoy
sede del Instituto Cervantes, el Banco de España, el Círculo de Bellas
Artes, entre otros.
Se nota la
mano de un buen arquitecto sobre todo desde dentro, uno se siente bien
en el espacio, las dimensiones, las proporciones, la luz, los colores,
las perspectivas, todo es armonía, los sentidos lo perciben y el
espíritu respira el oxígeno que le brinda tanta belleza.
La decoración interior está protagonizada por
azulejos, esmaltes, cristaleras, escaleras de forja, cúpulas de cristal,
arcos, bóvedas, galerías, enormes ventanales, vidrieras de colores.
Desde dentro el edificio, al recorrer sus largas y
circulares galerías acristaladas a ambos lados, que dan a jardines
interiores, transmite la sensación de estar uno dentro de un animal
fantástico, mitológico, algo así como una enorme, descomunal mariposa,
que estuviera luchando por despegar de la tierra, salir de la crisálida,
y levantar el vuelo, pero da la sensación de que no pudiera hacerlo,
tanta piedra la mantiene anclada a la tierra, mientras que las alargadas
superficies de cristal que se elevan hacia el cielo parecen invitarla a
volar.
Los
colores interiores del edificio parecen los de las alas de una
mariposa, árboles, setos, cristaleras de variados colores, esmaltes,
azulejos. Y sobre todo ello, el intenso azul del cielo de Madrid
colándose como una cascada dentro de todo el edificio a través de sus
altas galerías acristaladas, llenándolo todo de una luz azul.
A veces parece estar uno dentro de una nave espacial
que volara sobre el cosmos, es tanta la ligereza, la sensación de
livianidad que transmite el edificio que parece fuera a levantar en
vuelo con todos dentro en cualquier momento, lo que digo, como una
mariposa que fuera a aletear repentinamente y marcharse de aquí.
Delicadeza evanescente de cielo, cristal y aire, armonía
viva, celeste laberinto, corredores de perspectivas ilimitadas en las
que la imaginación se proyecta hacia el infinito.
El
edificio te atrapa, te enamora, te hace suyo, al primer golpe de vista,
y no te puedes resistir, ni escapar, te hechiza.
Todo el
edificio desprende magia, misterio y romanticismo, parece un decorado
para representar una ópera, algo fantástico, inventado, irreal e
imposible.
Un mundo de caballeros andantes y de princesas, de
romanticismo, de declaraciones de amor en sus jardines, de poesías
declamadas a la luz de la luna.
Paseante de sus galerías,
ensoñador de sus perspectivas, solitario habitante de su mundo
encantado, príncipe de cuento, señor del castillo, eso soy.
------------------------
En conclusión, creo que sí, que la
arquitectura es una de las bellas artes sin duda, además es la que mayor
influencia tiene en nosotros en el día a día, sobre más personas y
durante más tiempo, no en balde pasamos dentro de los edificios la mayor
parte de nuestra existencia.
el paseante
Caro diario.
Recorro Madrid montado en mi blog
como si fuera montado en una moto, acelero, freno, adelanto, espero
pacientemente en los semáforos, cedo el paso, respeto los pasos cebra,
soy un conductor prudente y entrenado, con todo, a veces, corro algún
riesgo, acelero más de la cuenta preso de la emoción de la velocidad, me
meto por direcciones prohibidas por el placer de acortar trayectos,
aparco donde no debiera, me subo por las aceras si hay mucho atasco, en
lugar de utilizar el claxon chillo a los conductores y a los peatones
imprudentes, escapo de los guardias como puedo para que no alcancen a
ver la matrícula y me multen, bueno, lo típico de un conductor avispado
de moto, digo de blog, como soy yo.
Casi siempre llevo casco, casi siempre... y es que me agobia
los pensamientos tener el casco oprimiéndome la cabeza, el cerebro, la
mente, que todo viene a ser lo mismo.
Si me quito el caso soy más prudente de lo habitual por si
acaso, la vida es, ante todo, el mayor bien, lo primero a preservar, la
propia y la ajena.
También digo
algún piropo desde la moto, quiero decir desde el blog, perdón, a veces
me confundo, y cuando los digo acelero para no pasar la vergüenza de que
me contesten, lo que nunca digo son cosas feas a nadie, si alguien me
insulta o me hace alguna faena solamente le llamo maleducado, sé
contenerme, aunque a veces me cuesta mucho, y a veces también exploto,
pero siempre me arrepiento después.
El aire fresco de cada mañana me da en la cara cuando salgo a
pasear con mi blog, y los pensamientos se me refrescan y el alma se
expande por la ciudad como si fuera un acuario lleno de luz en lugar de
agua, y me deslizo, nado, nado, nado, vuelo, vuelo, vuelo, y contemplo
todo pasar desde mi mirada veloz que todo lo quiere comprender y nada lo
entiende totalmente, y trato de explicarme la vida de alguna manera
cada día y de transmitíroslo por si os sirve.
Y voy pasando en la vespa del blog al lado
de todo, y las cosas, las personas, los animales, las plantas, los
mares, los rios, las montañas, los volcanes, todas las estrellas, el sol
y la luna, todo me sonríe al pasar y dicen: mirad aquí llega ya el
paseante como cada día a contemplarnos con su fugaz mirada de halcón que
todo lo ve y todo lo penetra hasta ver su esencia, la esencia que para
todo va creando el paseante, mientras recrea el mundo cada día, su
mundo, y nos lo ofrece a todos nosotros, fresco y puro como una botella
de leche recién ordeñada que nos dejara el lechero en la puerta de casa.
Soy el lechero de las ideas.
El motorista de las ensoñaciones.
El paseante del mundo.
Cada día ordeño la realidad, la embotello y os la dejo en la puerta de vuestra casa.
Cada día ordeño la realidad, la embotello y os la dejo en la puerta de vuestra casa.
Besos,
vuestro paseante
El blog más caro del mundo.
Igual
que el turrón 1880.El blog de el paseante es al blog más caro del mundo.
"Caro" en el sentido de querido, como dirían los italianos.
Un blog hecho a mano cada día con ingredientes de primera calidad.
Sólo entradas seleccionadas.
Recuerda:
El blog de el paseante, el blog más caro del mundo.
Caro blog...
lunes, 19 de diciembre de 2011
La película de la semana. Le bal. Ettore Scola.
Pues no me acuerdo de nada.
Me la recomendó mi padre que es un gran cinéfilo de toda
la vida, me dijo: he visto una película que no te puedes perder.
Cuando mi padre me dice eso no lo dudo, me voy
inmediatamente a verla, y no falla, siempre me gusta, o mejor decir, me
entusiasma.
También me dijo que en la película
no pasaba nada, pero que por eso mismo era genial.
Es un día en una academia de baile, nada más, sin
argumento, personajes, sin nada especial, sólo música, bailes, la
actividad de la academia de baile durante un día, pero no como un
reportaje sino como si el espectador fuera una de las paredes y
estuviera contemplando todo sin más.
Las
películas en las que no pasa nada son las mejores, las más sugerentes,
te sientes reflejado en ellas porque son como la vida, en la vida
tampoco pasa nada y pasa todo a la vez.
Pero
claro sólo un director genial es capaz de alcanzar esa maestría, esa
sutileza, esa sensibilidad.
Dejar despojada la
película de guión, de actores protagonistas, de mensaje, de significado,
de intención, dejarla abierta a que sea el espectador quien la
complete, la interprete, la haga suya, la sienta como una parte de él,
es algo único en el cine, una habilidad rara de encontrar, por ese
motivo es una película imprescindible, por su originalidad y su
significado.
Uno sale del cine con una media
sonrisa entre los labios, cuando una película es puro arte, uno sale así
del cine, reconfortado con la vida, como caminando varios metros por
encima del suelo, como con alas, es la cualidad que tiene el arte cuando
es verdadero, el efecto catárquico y purificador.
Digo, uno sale del cine..., bueno, así salí del cine
cuando ví Le bal, y así salía del cine cuando era un cinéfilo
empedernido y no podía dejar de ir al cine varias veces por semana, era
adicto al cine, creí que nunca me iba a curar de mi adicción, con
películas como ésta mi adicción en lugar de disminuir se incrementaba.
Pero un buen día todo cambió, se dejó de hacer buen cine
y mi adicción desapareció como por arte de magia, hace años que no he
vuelto a ir al cine...
Abrazos,
el paseante
La nube solitaria.
Y
al amanecer siempre hay perdida en el horizonte una última nube
solitaria que no se quiere marchar, espera el día sobre la alta cima del
Guadarrama, espera algo, no sé bien qué, a veces pienso si me espera a
mí, si me quiere tal vez llevar con ella a su más allá de agua y éter, a
su inmaculada pureza, a su delicada y vaporosa hermosura de algodón, a
su evanescente reflejo de luz, a su tornasolada perfección de cosa que
se acaba, de concepto que se desvanece, de idea que no existe, y mi
pensamiento vuela tras de ella, y queda agarrado a su contorno mientras
éste desaparece y se vuelve nada en el azul iluminado por el sol de la
mañana, entonces despierto de su hechizo y me digo si todo fue un sueño o
si verdaderamente la nube me quería llevar con ella, y me pregunto si
algún día de verdad me llevará y si volveré o no volveré jamás.
el paseante
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