Diario de un paseante 21-12-2012 22:15 Estoy medio dormido
ya.
Estoy medio dormido ya, apenas son las 22:15, ha sido un día
intenso, y además últimamente duermo mal, me despierto a media noche y no logro
volver a conciliar el sueño, en la tele hay debates, no sé lo que dicen, los he
condenado al silencio, estoy escuchando a Antonio Vega, sus canciones de mi
juventud, qué tiempos aquellos, esos sí que eran buenos tiempos, no se sabe lo
que es ser joven hasta que se deja de serlo, dejar de ser joven es básicamente
perder la ilusión, uno queda como desconectado de la vida, como en standby,
como la tele con el pivote rojo encendido cuando la apagas.
Elena Valenciano haciendo declaraciones, se parece un poco a
Nati la enfermera, ¿verdad?, está estupenda también, nada que ver con otras
políticas, que Dios me perdone, pero algunas no son muy agraciadas
precisamente, Fátima Bánez, la Vicepresidenta , Ana Mato, no sé, son como un poco
monster, no me gustan, Elena Valenciano sí, no sé si se escribe con v o con b,
perdonarme pero es que no leo nunca las noticias políticas, no me interesan.
El moderador del debate es una especie de yogurín algo
crecidito, con el pelo engominado, a mitad del debate, cuando más encrespados
están los contertulios, les hace callar y anuncia unos embutidos de
Extremadura, lo extremeño a la derecha le pone, los señoritos extremeños, las
dehesas, los toros de lidia, digo yo que habrá toros de lidia, los caballos,
las espuelas, todo eso es parte de la mitología de la derecha campestre y
terrateniente, embutidos ibéricos de Extremadura auténticos y ahora pude
continuar el debate, dice el joven cachorro de la derecha mediática y pasa a
atizar latigazos dialécticos a los tertulianos que enardecidos saltan como
leones.
Lleva una corbata rosa, no sé cómo se atreve, ¿será gay?
Seguro que no, uno de derechas no puede ser gay, está
prohibido desde lo de las peras y las manzanas y si lo son mejor ocultarlo.
Pues eso, que estoy cansado, me voy a ir a la cama con el
perro, cuando era joven salía por las noches y a la mañana siguiente estaba tan
fresco, ahora ya no estoy fresco nunca, es un problema hormonal, las hormonas
nos gobiernan, yo no contaba con esta decadencia de las hormonas, me creí que
siempre iba a sentirme joven por dentro aunque por fuera envejeciera, pensé que
sólo era cuestión de arrugas en la piel y ahora compruebo que son peores, mucho
peores, las arrugas del ánimo, y peores aún las arrugas del ánima.
Me voy con mi poco ánimo y mi ánima a la cama, me espera la
tibieza del blando lecho que me acoge como el abrazo de mi amante esposa, la
noche.
Hasta mañana.
Os quiere,
El paseante
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