jueves, 2 de agosto de 2012

Soy un pornógrafo digital (3).


Onanismo digital, onanismo político, onanismo, voyeurismo...

Mi amigo Julio siempre que ve esta foto dice lo mismo:

"La de pajas que me he hecho yo mirando esta foto".

Supongo que miraría a Susana Estrada, porque el viejo profesor difícilmente podría ser objeto de su atención, eso creo yo al menos, aunque el morbo de la foto es conjunto de los dos, es decir, Susana sin Don Enrique no resultaría igual de excitante.
Y es que el viejo profesor sabía latín, no en balde recibió al Papa con un discurso en latín, un lujo de alcalde al menos en lo del latín porque en el resto hizo poco, la izquierda vive generalmente del cuento, tienen a la opinión pública a su favor, con eso creen que les basta, aunque hay que reconocerle que sus bandos eran únicos, verdaderas joyas literarias y que fue el catalizador de la movida madrileña, creando ambiente la izquierda es única, además tienen siempre a los artistas e intelectuales a su favor por aquello de que la inteligencia siempre es de izquierdas, pero os pregunto, ¿os imagináis al viejo profesor haciendo los túneles de la M-30?, inverosímil verdad, demasiado esfuerzo, mejor vivir del cuento, es más descansado, y si no véase el ejemplo de la foto.
El viejo profesor ha pasado a la historia por esta foto y por el entierro coreografiado por Pilar Miró, una puesta en escena de gualdarropía propia del más digno akelarre.

Me he ido por las ramas, iba a hablar de la pornografía digital, pues eso, por aquella época se pusieron de moda las películas de Russ Meyer, un director americano muy original, en realidad uno iba a ver sus películas por verle el culo a las tías, la película era básicamente sólo eso, una tía en mitad del desierto desnuda pero con botas de montar y una fusta, ¿donde dejó el resto del equipo incluido el caballo?, no se sabía, al final, cansada de andar, se tumbaba boca abajo a pleno sol sobre una peña enorme, se dormía profundamente, no oía nada, nada, y justo entonces aparecían unos vaqueros a caballo y la veían, el resto os lo dejo a vuestra imaginación...
Pero era cine pseudointelectual, las vistas del desierto estupendas, la fotografía genial, y el culo de las tías insuperable.
También estaba Tinto Brass, inenarrable su Calígula y sus películas orgiásticas sobre las SS, donde básicamente los jerarcas nazis jugaban a entretenerse haciendo chocar batallones de soldados y soldadas desnudos, eso sí, siempre con botas de charol negro y fustas, muchas fustas y látigos..
Buenísimas películas, uno salía con un recalentón que más que artístico o cultural era de tipo sexual, pero de eso no se decía nada en el cine forum que se organizaba después tomando unas cañas, eso sí, al llegar a casa todos como mi amigo Julio..., ya se sabe.
Y la transición política seguía avanzando, imparable.

Onanismo digital, onanismo político, onanismo, voyeurismo...


Luego la política y el sexo se divorciaron, no hay más que ver el panorama actual, menudo morbo.


Pero eso es harina de otro costal...

(continuará)

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