-
Woody, estoy ya harto de Manhattan, quiero volverme a
Madrid.
-
Pero bueno, ¿te has vuelto loco?, estás en Manhattan, te
lo digo por si no te has dado cuenta, medio mundo mataría por estar aquí.
-
Pues que venga medio mundo yo les dejo mi sitio, no
aguanto más, me aburro.
-
¿Me aburro…? Increíble, estás viviendo enfrente de
Central Park, en la ciudad más fascinante del mundo, en la ciudad que nunca
duerme, y quieres volverte a Madrid.
-
El que no duerme nunca soy yo, lo del aquelarre no
para, todas las noches hay aquelarre y lo hacen al otro lado de la pared de mi
dormitorio, y no logro dormirme y cuando lo logro tengo unos sueños extraños.
-
¿Sueños extraños?
-
Sueño que estoy tumbado atado a la cama y que todos los
miembros del aquelarre están desnudos también y que me rodean y me empiezan a
acariciar el cuerpo con lujuria sin dejar de entonar su letanía maléfica.
-
¿Y qué pasa luego?
-
Me violan.
-
¿Te violan?
-
Sí, me violan.
-
¿Todos?
-
Sí, todos, uno a uno, hombres y mujeres, y son todos
viejísimos y muy feos, son terriblemente diabólicos.
-
¡Es horrible! ¿Y cómo acaba el sueño?
-
Al final me viola el mismo diablo.
-
¡EL DIABLO!
-
Woody, no chilles, te van a oír, piensa que están en el
apartamento de al lado.
-
Sí, al final soy poseído por el mismísimo Satanás, mira
cómo tengo el cuerpo, mira, mira…
-
Pero jr, ¿cómo te has hecho esos arañazos en la
espalda?
-
Me los ha hecho el diablo.
-
¿………………..?
-
El mismísimo diablo.
-
¿Y qué sientes mientras te viola?
-
¿Mientras me viola el diablo?
-
Sí.
-
Me da vergüenza decírtelo.
-
¿………………..?
-
Siento placer y a la vez dolor, el placer de lo
prohibido, y el dolor físico de la brutalidad.
-
¿Brutalidad?
-
Sí, el diablo es una bestia.
-
¿Una bestia?
-
Una bestia con un aspecto terrible, repugnante.
-
¿Repugnante?
-
Repugnante y fascinante a la vez, fascinante precisamente
por su extrema repugnancia.
-
No te entiendo.
-
Es la encarnación del mal, y el mal es como un abismo,
cuando empiezas a caer en él no hay fin, el mal es ilimitado, no tiene fin,
produce vértigo.
-
¿……………….?
-
No sé si me explico.
-
Me asustas jr.
-
Por otro lado te digo que aunque estoy asustado se
trata de una experiencia única.
-
¿Y eso qué significa?
-
Que la noche en que no sueño con el aquelarre lo paso fatal,
lo echo de menos.
-
¡Qué fuerte!
- Woody deberías dormir una noche en mi dormitorio para
experimentarlo.
-
Me da miedo jr.
-
¿No decías que el Manhattan hay que estar abierto a
todo…?
-
Sí, pero esto me parece demasiada apertura incluso para
Manhattan.
-
Tal vez así te inspires y puedas salvar tu bache
creativo.
-
¿Pero qué dices? Yo no tengo ningún bache creativo.
-
Como quieras, pero tal vez saques ideas para una nueva
película, Aquelarre en Manhattan, ya puedo ver los títulos de crédito en
Broadway.
-
No es mala idea del todo, pero me asusta.
-
Tranquilo, lo pasas peor la primera vez, las siguientes
ni te enteras.
-
¿Qué quieres decir?
-
Mejor lo experimentas y hablamos.
-
Me lo pensaré…
(continuará)
El paseante
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