viernes, 1 de junio de 2012
4.030 visitas al blog en mayo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Nuevo record del blog, 4.030 visitas en un solo mes!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
En el mes de mayo el blog de el paseante ha tenido 4.030 visitas.
Y desde más de 30 países diferentes de los más variados rincones del mundo.
Enhorabuena blog!!!!!!!!!!!!!
Estás que te sales.
Y cada día más.
El blog de el paseante, el blog más emergente del mundo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Gracias a todos los seguidores,
El paseante
La lectura del fin de semana. Estambul. Orhan Pamuk.
Memorias del premio Nobel turco sobre su
ciudad, su vida en ella desde que era un niño, recuerdos de su familia,
de las costumbres, de la historia, y de los cambios que vive la ciudad a
lo largo de los años y de los cuales es testigo.
Ternura en la visión del mundo desde el
punto de vista de un niño, de un adolescente, de un joven, de un adulto,
ternura, comprensión, cariño hacia las personas, las cosas, los
acontecimientos, y un tono cercano, íntimo, sincero, carente de
artificio, de teatralización, de exageración alguna.
Las viejas mansiones de madera de
Bósforo abandonadas, los barcos de carga que cruzan ceremoniosos el
Bósforo, los barrios de los arrabales, los cambios que va experimentando
la ciudad, la luz, el color, la política, Ataturk, la nueva Turquía, la
modernización, la progresiva pérdida de la esencia, de las raíces, en
pro de la occidentalización, y la memoria del escritor dando fe del paso
del tiempo, siendo testigo de una época.
Se identifica uno con estas memorias tan
despojadas de todo artificio e intención, tan realistas desde el punto
de vista de los sentimientos del escritor respecto de su ciudad, que son
además muy amenas de lectura.
Y se identifica uno con estas memorias,
digo, porque uno ha vivido de forma parecida aunque en otro lugar, y
comprueba uno como en todas partes suceden las mismas cosas, y en la
mirada del artista, del escritor, que es también, por cierto, pintor, se
retienen las mismas imágenes, cuya fuerza transciende épocas, lugares,
costumbres, porque al final hablando de tu ciudad y de los sentimientos
que en ti suscita, resulta que acabas hablando de cualquier lugar del
mundo.
Universalismo de Estambul en las
memorias sentimentales de Pamuk.
Si se ha visitado Estambul mejor que
mejor, se valorará de manera más precisa y se identificarán de manera
clara los lugares, las tradiciones, la historia, y se comprenderá mejor
el libro.
Turquía con sus contrastes entre oriente
y occidente, es un país sorprendente, muy interesante para el turista
occidental, porque en su geografía han convivido y conviven aún
diferentes culturas, razas y religiones, lo que le da una riqueza y un
interés muy especiales.
El texto se apoya además en fotografías antiguas de la ciudad, de su familia, de su vida, en grabados antiguos e ilustraciones, lo cual hace que resulte aún más ameno, interesante, y curioso.
Y para terminar decir que el escritor habla también del amor, de su primer amor, y de cómo macó su vida.
El texto se apoya además en fotografías antiguas de la ciudad, de su familia, de su vida, en grabados antiguos e ilustraciones, lo cual hace que resulte aún más ameno, interesante, y curioso.
Y para terminar decir que el escritor habla también del amor, de su primer amor, y de cómo macó su vida.
el paseante
jueves, 31 de mayo de 2012
Soy un pornógrafo digital (2).
No recuerdo ya ni donde me quedé
contando mis aventuras pornográficas...
Bueno, da igual donde me quedara, continuo, creo que no conté nada de mis visitas a los cines porno, primero a los cines S, proyectaban películas en las que no se veía nada, tenías que verlo todo con la imaginación, menudo esfuerzo, yo creo que de esa época en la que veía películas S se me quedó la manía de fabular, inventar, imaginar, luego vendrían los cines X, tremendo espectáculo, la primera vez que vi una película X me quedé impactado, todo era muy violento, muy reiterativo, muy continuado, muy largo, querían llenar el metraje como fuera, y los guiones no existían, se iban al catre y dale que te pego.
A estos cines iba con mi querido amigo
de adolescencia y juventud, mi gran amigo Pedrito, un intelectual en
ciernes como yo, y un reprimido consumado, como yo.
Recuerdo que íbamos a un cine X en la
calle Francisco de Rojas, al lado de la calle Luchana, y nos tapábamos
la cara para entrar porque justo en la casa de enfrente del cine X, y
además en la primera planta, vivían unos amigos de sus padres, ¡qué
bochorno!, ¡qué peligro!, pero ese riesgo no nos quitaba de la cabeza el
ir al cine X, todo lo contrario, resultaba aún más excitante si es que
eso era posible.
Pecados de juventud, salíamos con la
cara colorada como tomates. Excitados y nerviosos. Calientes.
Luego había que soltar tanta tensión
acumulada, cada uno por su lado, por supuesto, que siempre estáis
pensando mal...
En descargo nuestro he de decir que para
compensar, el resto del cine que veíamos era solamente cine de autor y
en salas de las llamadas de arte y ensayo y cineclubs.
Por ahí siguieron, o más bien fueron
tomando cuerpo, en esos cines del pecado, mis pornografías digitales,
aunque por aquel entonces no eran aún digitales sino más bien del
celuloide.
En aquella época comenzaron también los
sex shops, ¡menuda vergüenza!, ¡qué bochorno!, ¡vaya escándalo!, pero
había que ir aunque sólo fuera por conocer de qué iba aquello, por nada
más, claro, por supuesto...
El mejor el de la calle Atocha que aún
pervive, te metías en una cabinita y echabas monedas de 100 ptas, y
elegías película, bueno elegías un número pulsando un botón y veías qué
salía, si no te gustaba seguías probando suerte, la butaca de la
cabinita era de terciopelo rojo y la verdad es que siempre estaba muy
sucia, daba algo de asco, bueno, cosas de pornógrafos, somos muy
sufridos.
También había cabinitas que daban a un
escenario que giraba donde había stripteases y parejas que hacían el
amor en vivo, igual que para las películas ibas echando monedas de 100
ptas y se bajaba una cortinilla, cuando se acabada el crédito la
cortinilla subía.
Aquello estaba lleno de viejos verdes y
de jovencitos despistados, eran los tiempos del primer destape y la
eclosión sexual.
Me ha quedado rarísimo eso de la
eclosión sexual, suena como a poner un huevo.
Lo dicho, mucha represión lleva a esa
demonización del sexo, convirtiéndolo en un tabú.
Por entonces comencé a leer a Freud y
descubrí que había algo llamado libido que movía la vida, el mundo, y,
sobre todo, las personas, y que yo no era anormal por tener libido, era
natural, estaba despertando a mi sexualidad y aquello había de explotar
tarde o temprano.
Pero esto dejémoslo para el siguiente
capítulo o entrega, por hoy ya es bastante.
(continuará)
Vendo bote de gomina barato (especial mi amigo del pp).
Es inútil esperar por más tiempo que me
llame, me he desengañado definitivamente, mi amigo del pp no me va a
llamar nunca, debe estar enfadado conmigo, seguramente por los
contenidos del blog, seguramente por mis comentarios sobre él,
seguramente por mi eclécticismo político.
Le he defraudado, lo sé, no he respondido a sus expectativas conmigo, he fracasado en mi amistad con él.
Pero no debo culpabilizarme, la amistad es algo recíproco, mutuo, que si no es correspondida fracasa, y no hay que buscar culpables.
Bueno, pues lo dicho, vendo el bote de gomina, total ya no lo voy a usar, no me va a llamar nunca, no le voy a ver más, pues vendo la gomina, y barata, si os interesa decírmelo, regalarla no la regalo por lo de la crisis.
Y es que además, con los cuatro pelos que me quedan cuando me la doy me quedo como Cocoliso, el hijo de Popeye, un desastre, a mí me va más ya el look alternativo, para ser del pp hay que tener buen pelo, un pelo que aguante la gomina, eso o ser calvo total, las calvas totales y absolutas son también muy del pp, véase si no a de Guindos.
Y menos mal que no me he comprado el traje, estaba esperando a las rebajas, pero ya nada.
Pero casi mejor así, cortar la amistad, porque yo cada día tengo menos puntos de contacto con los del pp, imaginaros que siguiera siendo amigo de mi amigo del pp y me invitara a una cena con gente del pp, por ejemplo, pues de qué iba a hablar yo, les digo que vivo en Lavapiés, imposible porque todos ellos viven en Aravaca, Pozuelo, La Moraleja, o sitios por el estilo, les digo que al lado de mi casa viven unos okupas, pues se levantan de la mesa y se van, les digo que hago la compra en Carrefour, si ellos harán la compra en el súper de El Corte Inglés, les digo que mi coche es un Super 5 de hace 23 años, les digo, les digo, les digo...
No puede ser, soy incompatible con la beautyfull del pp, y luego está el tema de los hijos, ellos tienen muchos hijos que estudian en colegios privados bilingües y que en los veranos mandan a un college de Inglaterra, y yo qué hago, me pregunto, hablo de los gatos y del perro, imposible, aunque mi perro sea bilingüe eso no es suficiente.
Pues desisto, no tengo nada que ver con ellos.
Voy a probar con los okupas, hacen una vez al mes unos encuentros de poesía en la corrala abandonada que han okupado y voy a ir a leerles mis poemas, imaginaros que les leo mis poemas a los del pp, me apedrean, sobre todo algunos...
Bueno, lo dicho, bye bye pp.
Como decía la canción:
Bye, bye, love
Bye, bye, happiness
Hello loneliness.
I think I'm gonna cry...
Le he defraudado, lo sé, no he respondido a sus expectativas conmigo, he fracasado en mi amistad con él.
Pero no debo culpabilizarme, la amistad es algo recíproco, mutuo, que si no es correspondida fracasa, y no hay que buscar culpables.
Bueno, pues lo dicho, vendo el bote de gomina, total ya no lo voy a usar, no me va a llamar nunca, no le voy a ver más, pues vendo la gomina, y barata, si os interesa decírmelo, regalarla no la regalo por lo de la crisis.
Y es que además, con los cuatro pelos que me quedan cuando me la doy me quedo como Cocoliso, el hijo de Popeye, un desastre, a mí me va más ya el look alternativo, para ser del pp hay que tener buen pelo, un pelo que aguante la gomina, eso o ser calvo total, las calvas totales y absolutas son también muy del pp, véase si no a de Guindos.
Y menos mal que no me he comprado el traje, estaba esperando a las rebajas, pero ya nada.
Pero casi mejor así, cortar la amistad, porque yo cada día tengo menos puntos de contacto con los del pp, imaginaros que siguiera siendo amigo de mi amigo del pp y me invitara a una cena con gente del pp, por ejemplo, pues de qué iba a hablar yo, les digo que vivo en Lavapiés, imposible porque todos ellos viven en Aravaca, Pozuelo, La Moraleja, o sitios por el estilo, les digo que al lado de mi casa viven unos okupas, pues se levantan de la mesa y se van, les digo que hago la compra en Carrefour, si ellos harán la compra en el súper de El Corte Inglés, les digo que mi coche es un Super 5 de hace 23 años, les digo, les digo, les digo...
No puede ser, soy incompatible con la beautyfull del pp, y luego está el tema de los hijos, ellos tienen muchos hijos que estudian en colegios privados bilingües y que en los veranos mandan a un college de Inglaterra, y yo qué hago, me pregunto, hablo de los gatos y del perro, imposible, aunque mi perro sea bilingüe eso no es suficiente.
Pues desisto, no tengo nada que ver con ellos.
Voy a probar con los okupas, hacen una vez al mes unos encuentros de poesía en la corrala abandonada que han okupado y voy a ir a leerles mis poemas, imaginaros que les leo mis poemas a los del pp, me apedrean, sobre todo algunos...
Bueno, lo dicho, bye bye pp.
Como decía la canción:
Bye, bye, love
Bye, bye, happiness
Hello loneliness.
I think I'm gonna cry...
el paseante
Especial fetichistas: las sandalias de el paseante.
Había una película que se llamaba Las
sandalias del pescador, pues estas son las sandalias de el paseante,
parecen unas sandalias bíblicas, parecen las sandalias de Jesucristo, y
es que yo, el paseante, soy el Jesucristo del S.XXI.
Las compré en un puesto del rastro y son
de Marruecos.
Cuando llevé a Lobi a casa por primera
vez se las comió, bueno, no enteras, las partió, cosas de cachorros,
pero mi fiel zapatero de toda la vida, un gallego octogenario que es el
zapatero de la familia, me las arregló con paciencia propia de buen
artesano, y paciencia para conmigo, no podía ser de otra manera, me
conoce desde la cuna.
Pues eso, mis sandalias y yo, mi
zapatero y yo, mi Lobi y yo.
Yo, yo, yo...
En este yoismo perpetuo que me traigo en
el blog.
Abrazos,
yo
Soy adicto a mí.
Confieso mi adicción.
Soy adicto a mí.
No he conocido nunca a nadie tan
interesante como yo, ése es mi problema, ésa es mi frustración.
Apenas tuve uso de razón me di cuenta de
que era único, irrepetible, maravilloso.
He buscado siempre a alguien que pudiera
estar a mi altura pero es imposible.
Soy adicto a mí mismo, a la sustancia
que me conforma, a mi química, mi propio cuerpo genera la fórmula de la
sustancia adictiva que satisface mi adicción a mí.
Vivo pleno en mí.
Jamás he conocido a nadie que me
superara en nada.
Jamás he conocido a nadie que no fuera
inferior a mí.
Jamás he conocido a nadie al que yo no
fuera superior.
Soy, en definitiva, un superhombre, un
ser perfecto, un santo.
Único, irrepetible, maravilloso.
Deseado, envidiado, odiado por eso
mismo.
Y esa excelencia que me conforma ha sido
durante toda mi vida mi principal desventaja.
En un mundo de mediocres es difícil
encajar siendo como soy yo, un dios.
Y con su mediocridad, su envidia, su
egoísmo mezquino, su falta de valores, de sentimientos nobles, de
pensamientos elevados, se han dedicado, desde siempre, a ponerme
zancadillas.
Pero eso, lejos de hundirme o
aniquilarme como pretendían, me ha hecho aún mejor y me ha elevado
definitivamente a un plano espiritual de perfección moral y de unión con
Dios.
Mi vida, yo, no son sino la sublime
escritura del destino divino en mí.
Soy un elegido.
Soy la materialización de Dios en la
tierra.
Y soy, al igual que él, compasivo,
generoso, paciente, sacrificado y lleno de amor al prójino.
Por todo esto soy grande, único,
irrepetible, maravilloso.
Y adicto a mí.
el paseante
(entrada dedicada a mi amiga Manoli)
(entrada dedicada a mi amiga Manoli)
miércoles, 30 de mayo de 2012
Las musas de los sueños, nereidas de lo onírico. Poema.
Las musas de los sueños, nereidas
de lo onírico
Desconozco vuestros cantos de sirena
Los olvido
Desconozco vuestros rostros, vuestras manos, vuestros labios
Los olvido
Os desconozco musas de los sueños
Nereidas de lo onírico
En vuestras aguas me sumerjo cada noche
En vuestro reino secreto penetro
Tímido, inseguro, humano, vulnerable
Y allí no sé bien qué hacéis conmigo
Lo olvido
Pero sé que algo sucede entre nosotros
Musas de los sueños
Nereidas de lo onírico
Vuelvo a la vida al amanecer
Y aún llevo en mis labios la delicada dulzura de vuestros besos
Y aún llevo en mi piel el suave tacto de vuestras manos
Subo a la superficie del día, busco su luz
Escapo del placer de vuestra compañía
Y abrasado por la pasión despierto
Y el día rompe con su aleteo de luz la sombra de mi sueño
Y despierto al fin a la mañana
En la cual vivo exiliado de vuestro reino
José Ramón Carballo
31 de mayo de 2012
Desconozco vuestros cantos de sirena
Los olvido
Desconozco vuestros rostros, vuestras manos, vuestros labios
Los olvido
Os desconozco musas de los sueños
Nereidas de lo onírico
En vuestras aguas me sumerjo cada noche
En vuestro reino secreto penetro
Tímido, inseguro, humano, vulnerable
Y allí no sé bien qué hacéis conmigo
Lo olvido
Pero sé que algo sucede entre nosotros
Musas de los sueños
Nereidas de lo onírico
Vuelvo a la vida al amanecer
Y aún llevo en mis labios la delicada dulzura de vuestros besos
Y aún llevo en mi piel el suave tacto de vuestras manos
Subo a la superficie del día, busco su luz
Escapo del placer de vuestra compañía
Y abrasado por la pasión despierto
Y el día rompe con su aleteo de luz la sombra de mi sueño
Y despierto al fin a la mañana
En la cual vivo exiliado de vuestro reino
José Ramón Carballo
31 de mayo de 2012
Mis conversaciones con Woody.
- ¿Qué te pasa Woody?, te noto como envejecido desde la última vez que nos vimos, ¿te encuentras bien?, me preocupa tu aspecto.
- No es nada jr simplemente es que he dormido mal.
- ¿Te preocupa algo?
- Sí, claro, que me preocupa algo, estoy preocupado por ti...
- ¿Por mí?
- Sí, por ti, últimamente te noto diferente, como cambiado, y me preocupa verte así, no estoy acostumbrado.
- Pero yo soy el mismo.
- No, no eres el mismo en absoluto jr, y tú lo sabes, algo está cambiando en ti, te pregunto: ¿tiene algo que ver con Nerea?
- En absoluto, Nerea es solamente una amiga, una buena amiga.
- ¿Estás seguro? ¿No hay nada más? Yo creo que al menos por tu parte hay algo más, ¿hay amor tal vez?
- Que no Woody, yo no puedo enamorarme, mi libido me ha abandonado hace algún tiempo.
- Pero jr, eso es un error, sé que el doctor Freud con sus teorías tiene una gran influencia sobre ti, pero créeme, no todo es sexo, hay, te lo puedo asegurar, amor sin sexo, hay vida más allá del sexo, diga lo que diga tu buen amigo Sigmund.
- Pues entre uno y otro me vais a volver loco, ya no sé qué pensar.
- Debes dejar de pensar tanto y dejarte llevar más.
- Bueno, vale, como quieras.
- Debes sentir, simplemente sentir.
- De acuerdo, te haré caso.
- Y lo de tu incipiente heterosexualidad, ¿cómo va?
- Pues estoy en ello pero está muy difícil.
- ¿Y eso qué quiere decir?
- Pues que el proceso es lento según parece.
- ¿Pero en qué fase estás?
- Estoy parado, no evoluciono, noto un cierto estancamiento, y tal vez hay alguna involución, yo no estoy convencido en absoluto de querer ser heterosexual.
- Pero eso no es un acto de voluntad jr, eso es algo que se da independientemente de tu voluntad.
- Ya, ya, pero es que no avanzo y eso me desespera, estoy a medio camino, no disfruto ni de ser asexual como antes era, ni de ser heterosexual como parece que seré, ¿qué me recomiendas Woody?
- Pues no sé bien qué decirte, creí que yo era el único que tenía problemas pero veo que las cosas para ti no son fáciles tampoco.
- Ya, las cosas no son nunca fáciles para nadie Woody.
- Se me ha ocurrido una cosa, por qué no intentas darle un beso a Nerea.
- PERO WOODY TE HAS VUELTO LOCO??????????????????????
- ¿Por qué?
- Porque no procede hacer algo así
- Lo mismo ella lo está esperando.
- No lo creo.
- Pero no lo sabes, deja ya de pensar tanto y actúa.
- ¿Actuar?
- Sí, actúa, déjate llevar, permítete sentir nuevas experiencias, nuevos sentimientos, nuevas emociones.
- No sé, me da miedo...
- Pues entonces no me vuelvas a pedir consejo si no me vas a hacer nunca ni caso, hazme caso y bésala.
- Está bien, me lo pensaré.
- No lo pienses tanto y hazlo, lo mismo así se desbloquea tu heterosexualidad de una vez, que está como retenida.
- Bueno, vale, ya veré...
- Ya veré no me vale, quiero resultados, la próxima vez que nos veamos quiero que me cuentes que la diste un beso, y si no olvídate de mí para siempre.
- Eres muy duro conmigo Woody.
- Pero es por tu bien jr.
- Bueno Woody, cuídate, que me preocupa tu aspecto.
(continuará)
Los huevos de Fabergé (repetición).
SUBASTA EN LA CASA CHRISTIE'S DE LONDRES
Un
huevo de Fabergé para Rothschild bate todos los récords al alcanzar los
12,5 millones
§ La pieza no
había sido expuesta al público hasta ahora
LONDRES.- Un
huevo con un reloj de cuco de
diamantes fabricado por el joyero ruso Carl Fabergé para la familia
Rothschild ha batido tres récords mundiales al alcanzar un precio
de 12,5 millones de euros en una subasta de la casa Christie's de
Londres.
La exquisita joya, uno de los
tan sólo 12 huevos de
Fabergé (1846-1920) conocidos en el mundo, se
convirtió no
sólo en el objeto ruso por el que más se ha pagado hasta la fecha en
una subasta, sino también en la obra del famoso joyero y el reloj más
caro vendido en una puja.
Esta excepcional pieza de
artesanía, que
hasta ahora nunca había sido expuesta en público, fue el
regalo
que Beatrice Ephrussi de Rothschild, esposa del multimillonario banquero
ruso Maurice Ephrussi, le hizo a Germaine Halphen en 1905, tras
anunciarse el compromiso de la joven con el hermano menor de Beatrice,
el barón Edouard de Rothschild.
Después de 10 tensos
minutos en una
abarrotada sala de Christie's, un comprador privado ruso se adjudicó la
pieza por una cifra que supera los 18 millones de dólares que, como
máximo, los expertos de Christie's esperaban recaudar con la venta.
Prácticamente desconocido
hasta el
momento, puesto que su existencia tan sólo figuraba en los registros
privados de la familia, el huevo ha sido el plato
fuerte de
las jornadas rusas que la casa de subastas
celebra en la
capital británica.
"Éste es uno de los momentos
más
emocionantes de mis 40 años de carrera" afirmó el director internacional
de obras de arte rusas de Christie's, Anthony Philips. Destacó cómo "el
huevo de Fabergé para los Rothschild reúne todos los
elementos de una auténtica obra de arte: la
calidad de
la artesanía combinada con sus excepcionales condiciones, su rareza, su
procedencia y el hecho de que es el único ejemplar que siguió siendo
siempre propiedad de la familia que lo encargó".
De dimensiones
excepcionalmente
grandes, el huevo fue realizado en 1902 por el
técnico jefe del taller de Fabergé, Michael Perchin, quien lo hizo
descansar sobre un pedestal en cuya decoración se combinan diversos
matices de oro con esmalte rosa semitransparente.
En
la parte frontal del huevo descansa un reloj, dentro del cual se halla
un cuco elaborado con diamantes que, cada hora, se asoma, mueve sus alas
cuatro veces y asiente con la cabeza mientras abre y cierra el pico
para cantar. La fascinante actuación del pequeño cuco dura 15 segundos,
tras los cuales una campanada marca la hora exacta.
La joya, que en los últimos
dos meses ha
sido exhibida en Londres, Moscú, París, Ginebra
y Nueva York, representa uno de los tres
únicos
ejemplares de huevos Fabergé con reloj y cuco conocidos hasta el
momento: el 'Huevo Imperial con Cuco', de 1900, y el 'Huevo Chanticler',
de 1904.
Entre 1885 y 1916, Fabergé
creó medio
centenar de huevos para los zares Alejandro III y Nicolás II, que los
utilizaban como regalos de Pascua para las emperatrices. Sin embargo, sólo se
conoce
el paradero de una docena de aquellas joyas
imperiales, que
se hallan en manos de coleccionistas privados y museos, y a los que
ahora se suma el ejemplar subastado hoy porque, a pesar de que el joyero
lo realizara para otro cliente, no pierde en calidad, según la casa de
subasta.
El anterior récord lo
estableció el 'Huevo de
Invierno', una joya de cristal con más de 3.000
diamantes incrustados que en 2002 alcanzó un precio de 9,5 millones (6,4
millones de euros) de dólares en una subasta de la sala Christie's en
Nueva York.
El cuadro de la semana. Cine en Nueva York. Edward Hopper.
La soledad, pero no cualquier soledad,
la soledad acompañada, eso es precisamente lo que retrata Edward Hopper
en sus cuadros.
Ese momento en que cada uno está a solas
consigo mismo, concentrado en sus pensamientos, preso del vacío que se
extiende delante de sí, del vacío existencial, de la duda, del malestar
que provoca pensar en el verdadero sentido de la vida, como si fuera
posible averiguarlo.
Hopper es un pintor de vacíos, de
espacios vacíos llenos de soledad, de la soledad que proyectan los
personajes de sus cuadros sobre el espacio.
Los decorados de sus cuadros parecen
salidos de las películas de cine negro, son los mismos de las películas
de Bogart sólo que coloreados, eso les da una expresividad que nunca
tuvieron en esas películas, y es en esos decorados donde coloca a sus
personajes, náufragos a la deriva dentro de navíos varados, habitantes
de esas naves que no avanzan, de esos espacios en los que no circulan,
de esa realidad inmóvil anclada en un momento del tiempo que parece
eterno y que lo es en la consideración, la reflexión, del personaje del
cuadro, el cual, concentrado en sí mismo, preso de sus pensamientos, no
logra averiguar cómo escapar de allí, y sigue dándole vueltas, hora tras
hora, día tras día, sin encontrar solución alguna.
Bueno, parece una especie de maldición
cósmica la vida en los cuadros de Hopper, el hombre habitante del
planeta, parece flotar a la deriva, montado en el lomo de la tierra,
entre galaxias, estrellas, constelaciones, planetas, la luz del sol, tan
fría en sus cuadros, y la oscuridad de la noche.
Esta acomodadora de un cine de Nueva
York no es que parezca muy feliz, al margen de la película, que no tiene
ningún interés ya por verla, en una sala de cine medio vacía, iluminada
por la glauca luz que proyecta la pantalla en la oscuridad, con una
escalera a la derecha que parece llamarla y decirla: escápate.
Pero ella no es capaz de oir la llamada
de la escalera, ni siquiera ve la escalera, ella sólo ve sus
pensamientos, en los cuales parece ensimismada, de los cuales está
presa.
La libertad de la soledad, el abismo del
pensamiento, el abandono.
Edward Hopper.
el paseante.
martes, 29 de mayo de 2012
Ibiza y yo.
La isla de Ibiza vive momentos
difíciles, el becerro de oro va acabar con ella de seguir así.
Me apena ver en lo que se está convirtiendo, nada que ver con la Ibiza que yo conocí hace años y en la cual pasé durante más de 10 años todos mis veranos.
Hace ya tres veranos que no voy por allí, y lo cierto es que ya en los últimos años pude comprobar cómo esa preciosa isla estaba siendo pasto de especuladores sin escrúpulos y políticos sin control.
Me apena ver en lo que se está convirtiendo, nada que ver con la Ibiza que yo conocí hace años y en la cual pasé durante más de 10 años todos mis veranos.
Hace ya tres veranos que no voy por allí, y lo cierto es que ya en los últimos años pude comprobar cómo esa preciosa isla estaba siendo pasto de especuladores sin escrúpulos y políticos sin control.
Las últimas noticias en mi último verano
allí eran que pretendían hacer una macro urbanización en el parque
natural de Ses Salines, en fin, de pesadilla.
Y esas carreteras que han ido haciendo a
costa de degradar el entorno, de derribar construcciones típicas, y de
podar árboles y expropiar huertas, terrible.
No sé si habrán acabado con los atascos
pero aunque lo hayan hecho ha sido a costa de desnaturalizar la isla.
Ibiza se ha ido centrando
progresivamente en un turismo hortera de macrofiestas y de adinerados
nuevos ricos del papel cuché.
Aquella Ibiza idílica del movimiento
hippie, tolerante y abierta, íntima, reconfortante en esos veranos de
quietud y sosiego, esa Ibiza hoy ya es recuerdo.
Toda esa magia ha ido desapareciendo,
ahora está llena de millonarios rusos, pues sin comentarios, mejor no
comentar nada...
Fiestas en las que las botellas de
champán valen los ahorros de muchos españoles de toda una vida,
derroche, desnortado consumismo frenético que nunca lleva a la felicidad
sino al vacío.
Nada que ver con el paraíso feliz de los
70, con la isla que vacía de contenido cada cual llenaba con el suyo
propio y convivía felizmente con el resto compartiendo lo poco que la
isla tenía, que era en realidad la esencia de todo, la calma, la
quietud, el silencio, los atardeceres, las calas, las playas, sus
campos, su luna, su sol.
En fin, me ha salido la nostalgia de un
mundo hoy perdido, por mí añorado, ya casi olvidado.
Me ha salido el recuerdo de aquel que
fui, sintiéndome otro, diferente, y por eso mismo más yo mismo que
nunca, perdido en esos parajes de ensueño de la isla pitiusa.
el paseante
La hora violeta.
Eric Rohmer tiene una película con este
título, La hora violeta, y va precisamente sobre eso, sobre el momento
mágico del anochecer en que el cielo cambia de color, apenas dura un
instante, y se torna violeta, poco antes de que desaparezca
definitivamente la luz del sol y se haga la noche.
La foto una vez más está tomada desde mi casa, me impactó de manera especial este cielo tan hermoso, como irreal de lo bello que es, como pintado, inventado.
Parece una acuarela, casi se puede apreciar el granulado del papel, es curioso cómo la naturaleza imita al arte en ocasiones.
La paleta de colores de la naturaleza, tan rica, variada, tan sorprendente.
Transmite este cielo una gran tranquilidad al espíritu, la luz parece despedirse de nosotros hasta el día siguiente dejando tras de sí una estela de perfecta belleza, de perfecta armonía, que predispone el alma a la belleza y que hace nacer en nosotros sentimientos bellos como la ternura, el amor, la calma.
De todas maneras esta puesta de sol en concreto resulta chocantemente irreal, como elaborada por la mano de un sensible y hábil pintor, un acuarelista genial, y así es, está elaborada por el más prestigioso, completo, y encumbrado artista.
Está elaborada por Dios.
el paseante
La foto una vez más está tomada desde mi casa, me impactó de manera especial este cielo tan hermoso, como irreal de lo bello que es, como pintado, inventado.
Parece una acuarela, casi se puede apreciar el granulado del papel, es curioso cómo la naturaleza imita al arte en ocasiones.
La paleta de colores de la naturaleza, tan rica, variada, tan sorprendente.
Transmite este cielo una gran tranquilidad al espíritu, la luz parece despedirse de nosotros hasta el día siguiente dejando tras de sí una estela de perfecta belleza, de perfecta armonía, que predispone el alma a la belleza y que hace nacer en nosotros sentimientos bellos como la ternura, el amor, la calma.
De todas maneras esta puesta de sol en concreto resulta chocantemente irreal, como elaborada por la mano de un sensible y hábil pintor, un acuarelista genial, y así es, está elaborada por el más prestigioso, completo, y encumbrado artista.
Está elaborada por Dios.
el paseante
Madrid monumental.
Esta foto la tomé ayer por la tarde,
como a las 19:00 hs más o menos, hacía una tarde preciosa y me apetecía
pasear, me topé con la imponente fachada del Instituto Cervantes, antes
de llegar a la plaza de la Cibeles, y ver a la diosa subida en su carro
tirado por leones entre los burbujeantes chorros de agua de la fuente.
No pude resistirme a hacer la foto, saqué mi modesto móvil Nokia X2, cuya magnífica cámara no dejará nunca de sorprenderme, y disparé, y he aquí el resultado, magnífico.
La tarde como digo era muy agradable, una de esas tardes de primavera en Madrid en que hace la temperatura ideal y de los árboles desciende una delicada sombra que protege de los rayos del sol.
La luz tan tamizada, contrastada, coloreada, sublimada, como en un cuadro de Velázquez, y el cielo de un azul tornasolado como lleno de iridiscencias luminosas, de haces y rayos de luz, que se superponen en una cascada de luminosidad inagotable y deslumbrante.
Me parece esta fachada del Instituto Cervantes de una magnificencia faraónica, de una monumentalidad colosal, de una grandiosidad sobrecogedora, de una pureza abrumadora, de un equilibrio sublime, y, ya para terminar, de un clasicismo realmente perfecto.
Parece un templo griego, el paradigma de lo que debería ser un templo griego, es decir, un templo griego sublimado, con toques de la colosal arquitectura egipcia, del Egipto más faraónico.
Madrid tiene estas cosas únicas, la monumentalidad de sus edificios que parecen acompañarte y hablarte en tu paseo por sus calles, e invitarte a reflexionar siempre sobre la fugacidad de la existencia sumergido entre tanta aplastante monumentalidad.
Seguí mi paseo hasta la boca del metro y me sumergí en las profundidades underground, nunca mejor dicho, y me fui a recogerme a mi casa de los arrabales, a esa jaula que cuelga, como suspendida de un hilo, sobre el cielo de Madrid, y no pude evitar, como cada noche, fotografiar la vista del cielo al anochecer asomado a la ventana, justo antes de acostarme, y dejar constancia de la belleza última de la luz crepuscular del cielo de Madrid, siempre única y diferente cada anochecer.
Pero eso será asunto de otra entrada y no quiero adelantarme.
Besos
le paseant
No pude resistirme a hacer la foto, saqué mi modesto móvil Nokia X2, cuya magnífica cámara no dejará nunca de sorprenderme, y disparé, y he aquí el resultado, magnífico.
La tarde como digo era muy agradable, una de esas tardes de primavera en Madrid en que hace la temperatura ideal y de los árboles desciende una delicada sombra que protege de los rayos del sol.
La luz tan tamizada, contrastada, coloreada, sublimada, como en un cuadro de Velázquez, y el cielo de un azul tornasolado como lleno de iridiscencias luminosas, de haces y rayos de luz, que se superponen en una cascada de luminosidad inagotable y deslumbrante.
Me parece esta fachada del Instituto Cervantes de una magnificencia faraónica, de una monumentalidad colosal, de una grandiosidad sobrecogedora, de una pureza abrumadora, de un equilibrio sublime, y, ya para terminar, de un clasicismo realmente perfecto.
Parece un templo griego, el paradigma de lo que debería ser un templo griego, es decir, un templo griego sublimado, con toques de la colosal arquitectura egipcia, del Egipto más faraónico.
Madrid tiene estas cosas únicas, la monumentalidad de sus edificios que parecen acompañarte y hablarte en tu paseo por sus calles, e invitarte a reflexionar siempre sobre la fugacidad de la existencia sumergido entre tanta aplastante monumentalidad.
Seguí mi paseo hasta la boca del metro y me sumergí en las profundidades underground, nunca mejor dicho, y me fui a recogerme a mi casa de los arrabales, a esa jaula que cuelga, como suspendida de un hilo, sobre el cielo de Madrid, y no pude evitar, como cada noche, fotografiar la vista del cielo al anochecer asomado a la ventana, justo antes de acostarme, y dejar constancia de la belleza última de la luz crepuscular del cielo de Madrid, siempre única y diferente cada anochecer.
Pero eso será asunto de otra entrada y no quiero adelantarme.
Besos
le paseant
The Gran Vía obsession (2). Reportaje fotográfico+reflexión.
Es como una enfermedad, vivo obsesionado
con la Gran Vía, me apasiona esta calle, resumen del cosmopolitismo y
la agitación frenética de la ciudad, de su mejor arquitectura, de sus
más variopintas tiendas, de sus mejores escaparates, de su incesante
chorro de vida que nunca se detiene y que la cruza como por cruzarla,
sin necesidad alguna, sin saber a dónde ir, por el puro placer de
cruzarla, mirarla y ser uno más dentro de su chorro ilimitado de vida,
de sus colores, su agitación, su frenesí, de su mezcla.
Es el cosmopolitismo de Madrid en estado puro, la esencia del Madrid cosmopolita, abierto, plural, tolerante, ecléctico, provocativo, excéntrico y chic.
Me parece la Gran Vía lo más destacado y valioso de la ciudad, una calle, más bien avenida, más bien, como su propio nombre indica, una gran vía, un invento único, que da carácter a la ciudad, que la diferencia, la hace única y deseable.
Es como si llevara tatuada en mi piel la Gran Vía, o mejor tatuada, sobreimpresa en el cerebro, o que mi ADN llevara incorporado un ácido desoxirribonucléico único que incorporara en su composición la esencia adictiva de la Gran Vía.
Será cuestión genética, será, será que soy paseante, será, será que soy un enamorado de ella, será, será que tal vez en ella mi alma como en ningún otro lugar se siente libre, etérea, inmortal, será, pero quién sabe lo que en verdad será...
¿Pero por qué será me pregunto?
Y me respondo que no lo sé del todo bien, pero que soy, sin dudarlo, adicto a esta calle de Madrid.
Fantasía de mi vida, confín de mi imaginación, sueño diurno, continua obsesión de mis días felices en esta ciudad que amo.
Gran Vía, the Gran Vía obsession, of course, cómo no, the Gran Vía forever, yes please, more Gran Vía, I need more...
The paseante
Es el cosmopolitismo de Madrid en estado puro, la esencia del Madrid cosmopolita, abierto, plural, tolerante, ecléctico, provocativo, excéntrico y chic.
Me parece la Gran Vía lo más destacado y valioso de la ciudad, una calle, más bien avenida, más bien, como su propio nombre indica, una gran vía, un invento único, que da carácter a la ciudad, que la diferencia, la hace única y deseable.
Es como si llevara tatuada en mi piel la Gran Vía, o mejor tatuada, sobreimpresa en el cerebro, o que mi ADN llevara incorporado un ácido desoxirribonucléico único que incorporara en su composición la esencia adictiva de la Gran Vía.
Será cuestión genética, será, será que soy paseante, será, será que soy un enamorado de ella, será, será que tal vez en ella mi alma como en ningún otro lugar se siente libre, etérea, inmortal, será, pero quién sabe lo que en verdad será...
¿Pero por qué será me pregunto?
Y me respondo que no lo sé del todo bien, pero que soy, sin dudarlo, adicto a esta calle de Madrid.
Fantasía de mi vida, confín de mi imaginación, sueño diurno, continua obsesión de mis días felices en esta ciudad que amo.
Gran Vía, the Gran Vía obsession, of course, cómo no, the Gran Vía forever, yes please, more Gran Vía, I need more...
The paseante
La película de la semana. Regreso a Howards End. James Ivory. 1992.
Le está enseñando los cuadros que
cuelgan en las paredes de la escalera, son retratos, él va diciéndole a
ella el nombre de los pintores y destaca los que son más valiosos, ella
escucha y mira con admiración, se está empezando a enamorar.
En un momento dado, a mitad de la
escalera ella le pregunta si son sus antepasados y él responde que no lo
son en absoluto, son los antepasados del anterior dueño de la casa al
que se la compró con todo dentro, el vendedor no quiso llevarse nada,
cogió el dinero y se fue a vivir a Italia, cosas de la aristocracia que
siempre ha sido algo ligera, el dolce far niente...
Al final de la escalera los dos quedan
frente a frente en un embarazoso silencio, él la toma por la cintura y
la da un beso, ella, azorada, se escapa a la carrera.
Puro victorianismo.
La obra literaria que sirve de base a la
película es la novela homónima de Forster.
Ya hemos hablado en el blog antes, en la
lectura del fin de semana, de otra novela suya, Maurice, que sirvió de
base asimismo a otra película de la factoría Ivory, al igual que la más
conocida de este director, A room with a view, ambientada en Florencia.
Repito, puro victorianismo, nadie como
Forster disecciona la sociedad victoriana, sus personajes prototípicos,
con un análisis de caracteres profundo y sagaz, un perfecto retrato de
esos personajes y de esa época.
Y James Ivory borda virtuosamente en la
película la transposición de la novela.
Howards End es el nombre de un cottage,
de una casa de campo inglesa, y la casa, esa casa, vertebra toda la
película.
La amistad entre dos mujeres, la casa
como herencia, los objetos, las costumbres, los sentimientos, la
enfermedad, la muerte, el amor, la pasión, las diferencias sociales, los
estigmas sociales, todo.
Vanessa Redgrave, Emma Tompson, Anthony
Hopkins, entre los principales intérpretes.
Cine típicamente inglés hecho por un
americano, James Ivory.
Una película con una magia especial que
hace pensar, planteando temas de reflexión que perviven a lo largo de la
historia, y una Inglaterra victoriana de fondo con sus luces y sus
sombras.
Recomiendo verla, es una delicia.
el paseante
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