martes, 7 de agosto de 2012

La película de la semana. El banquete de boda. Ang Lee. 1993.


Supertierno, el amigo del novio limpia amorosamente los labios del novio ante el gesto algo contrariado de la novia, aquí pasa algo raro...

Un lío, un verdadero lío, una boda de conveniencia, una tapadera, la novia al final sufre, lo pasa mal, las farsas aunque asumidas al final causan dolor, implican sentimientos se quiera o no, y todas las partes sufren, pero esta situación da pie a Ang Lee a desarrollar una comedia de costumbres sorprendente, en la cual todo se va liando en un crescendo endiabladamente divertido, la cosa empieza como si nada, puro trámite, pero se va complicando acabando en una cadena de situaciones disparatadas que no producen sino sorpresa e hilaridad al espectador, removiéndole además en la conciencia todos los tópicos, convencionalismos y lugares comunes que todos llevamos tan firmemente asentados en nuestra cabeza, seamos o no conscientes de ello.
La educación recibida, la cultura en la que nos movemos, la sociedad, sus exigencias, los roles asignados, aceptados, ¿aceptados?, perpetuados, todo eso que nos coarta, nos quita libertad, espontaneidad, nos limita, y de lo que es difícil liberarnos y romper los esquemas para no ofender, molestar, causar tristeza a los demás, a las expectativas que han puesto en uno, a "sus" expectativas sobre ti.
La sociedad te va colocando sutilmente en el lugar que te tiene preparado, y en esta película se plantea lo arbitrario y poco conveniente que puede ser para la persona y su desarrollo ese lugar tan cuidadosamente asignado.
La película divierte y hace pensar a la par, hace pensar divirtiendo, y sorprendiendo nos hace cuestionarnos nuestra "ideología" social, sus absurdos y contradicciones.

el paseante

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